CRÓNICA: el drama de los familiares de los rehenes de Gamarra

CRÓNICA: el drama de los familiares de los rehenes de Gamarra
Ruiz Wilfredo Ninasqui Barrios (29) retuvo ayer durante siete horas a 33 personas al interior de una agencia del BBVA. En los exteriores del banco, los familiares de los rehenes rezaban para que salgan con vida

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Viernes en la mañana.

Eliseo Vásquez, su esposa Luana Ordóñez y sus tres hijos acudieron a Gamarra para comprar el vestido que una de ellas necesitaba para su primera comunión.

La falta de dinero en efectivo les hizo ingresar al Banco Continental, ubicado en el cruce de los jirones Unanue y Gamarra. No había forma de suponer lo que vendría.

Tras sacar su ticket de atención, vio que un hombre que escondía su rostro con una capucha ingresó con una cadena en la mano para bloquear la puerta.

Miró a su esposa y a una seña se dispusieron a salir. Solo él y dos de sus niños lo lograron; la puerta se cerró tras ellos y apenas pudo ver a su esposa y a Defna, su hija de 4 años, a través del vidrio, mientras escuchaba el aterrador: “Nadie se mueva”.

Eliseo y los otros familiares de los rehenes vivieron horas de angustia. Nadie les decía cómo marchaban las cosas o si sus seres queridos estaban bien; por el contrario, los conminaban a quedarse fuera del cerco policial, con los curiosos.

Así lo sintió Marisol Paredes Caviedes, madre de Claudia Ramos Paredes, quien también había acudido al banco a realizar un depósito.

“En mi familia estamos preocupados porque ella me llamó al mediodía y dijo que se dirigía al banco. Yo le he llamado varias veces y no me contesta”, narró Paredes al borde del llanto.

Karina Guevara Aguirre, fue otra de las personas que llegó desesperada al lugar para preguntar por su hermana Brenda, quien desde hace tres meses trabaja como cajera en la mencionada agencia del Banco Continental. “Logré hablar por teléfono con ella a eso de las 3 p.m. y me contó algunos detalles del asalto. Me dijo que se trataba de una sola persona la que había tomado el banco, pero que todos estaban bien de salud. Ella está bien”, recuerda. “Ella está bien”.

Esa fue la frase que repitió una y otra vez para convencerse de que todo saldría bien.

Lo mismo deseaba la familia de Rosa Lima Cahua, quien estaba dentro con su niña de 3 años; o la de Janet Díaz, una comerciante de Gamarra con ocho meses de gestación. Julio, su esposo, llegó sumamente angustiado, sin poder encontrar respuestas. Solo le quedó rezar.

CAJEROS Y CLIENTES

Clientes y trabajadores bancarios se vieron envueltos en un trágico episodio que no sucedía en Lima en muchas décadas.

Kelly Santos Trujillo, con tres años de experiencia como cajera, compartió la tensión con clientes como Gladys Tafur Mejía, quien a sus 60 años, tuvo el temple necesario para resistir.

Pero hubo uno que el azar lo colocó en el lugar equivocado: Richard Rioja (23), un mensajero de la compañía Hermes que solo debía dejar un sobre y retirarse.

La impotencia y la súplica no estuvieron ausentes ni en recios rostros como los del brigadier PNP Nílver Serrano Fernández. Su hijo, Sherlon Serrando García (24), se encontraba dentro, pues había logrado un puesto para trabajar en el área de atención al cliente de la sede bancaria.

Ambos, incluso, lograron comunicarse por celular, pero no había palabras que calmaran sus nervios.

Siete horas después todo acabaría para bien.

SEPA MÁS

Las cámaras de seguridad del banco registraron el ingreso del delincuente. Estas imágenes sirvieron a la policía para tener detalles del asalto.

Según personal de la PNP, el secuestrador tenía conocimientos de electrónica y sabía elaborar explosivos.

El explosivo que el delincuente tenía en el maletín y el simulado que llevaba en el pecho estaban unidos por cables a un teléfono celular distinto del que usaba para comunicarse.

Un helicóptero de la PNP sobrevoló la zona y en edificios contiguos se apostaron francotiradores.

FUENTE: http://elcomercio.pe/lima/679142/noticia-cronica-drama-familiares-rehenes-gamarra