domingo, 22 de mayo de 2011

Lourdes Flores Nano: “Voy a votar con dolor, pero lo haré”

Lourdes Flores Nano:
Voy a votar con dolor,
pero lo haré”

Flores Nano dejará la presidencia del PPC en octubre y no postularía a la reelección. (USI)

Lourdes Folres reconoce que es probable que de sus expresiones se pueda deducir qué es lo que el PPC considera el mal menor, pero dice que prefieren marcar distancia para poder ejercer, luego, su rol fiscalizador.
¿El PPC ha pedido a sus militantes que voten por el mal menor, pero esa invocación es ambigua. Para usted y el PPC, ¿quién es el mal menor?
No hay ambigüedad, lo que hay es una clara decisión de no tomar partido y de invocar un sentido de responsabilidad. El voto en el siglo XXI no es un voto que pueda ser inducido, guiado ni conducido por nadie. El voto del 5 de junio es un voto de responsabilidad.
¿No es más responsable que el partido diga quién es el mal menor?
La responsabilidad del partido no puede ser la de imponer individualmente a sus militantes qué hacer en un momento en el que la opción del partido ya no juega. El partido forma opinión, hace una reflexión y compromete su línea de acción para que, cualquiera sea la decisión, se sepa que hay una fuerza política en el centro que tiene que cumplir un rol fiscalizador.
Mario Vargas Llosa ha tomado partido por Ollanta Humala…
Sí. Es una persona individual y con todo derecho… A mí no me costaría nada individualmente salir y decir: voy a hacer esto.
¿Y va a decir por quién votará?
No, porque el partido nos ha pedido mantenernos en una posición equidistante. Y lo que estoy tratando de hacer, a través de las reflexiones, es dar a conocer los riesgos que el PPC ve en una y otra fuerza para que los aquilatemos. Es evidente que hay riesgos que son mucho más fáciles de revertir que otros. Si uno lee el foro de San Pablo, encuentra que hay un intento del socialismo del siglo XXI de encontrar en el Perú a un aliado, y ese es un tema que a nosotros nos preocupa. Ahora, tampoco podemos cerrar los ojos; quienes hemos combatido en los 90 al fujimorismo tenemos que estar alertas. Esa década fue nefasta, de ruptura de instituciones, de violación de derechos fundamentales, y quisiéramos ver –y lamentablemente no tendremos forma de juzgarlo sino en el gobierno– cuánta real capacidad y poder existe para enfrentar los riesgos del chantaje montesinista, que creo que se va a producir.
La impresión es que están más cerca de Fujimori que de Humala. Si es así, ¿por qué no ser más claros?
Cuando uno se encuentra en la disyuntiva inevitable de elegir entre dos opciones que no nos gustan, evidentemente el juicio de valor tiene que basarse en el sentido de responsabilidad. De modo que, probablemente, de nuestras expresiones pueda deducirse qué es lo que nosotros consideramos responsable, pero queremos hacerlo marcando distancia para tener más independencia de poder ejercer esa función fiscalizadora que vamos a cumplir.
¿No hay temor a tomar partido?
De nuestro lado, no. Hay una decisión política (…) Hay un 50% de ciudadanos que no votamos por estas dos opciones y, en consecuencia, estamos obligados a tomar partido. Lourdes Flores Nano va a votar por una de estas dos opciones, lo va a hacer con tristeza y con dolor, pero lo va a hacer.
¿Cómo es que tenemos a los dos candidatos más cuestionados con posibilidades de llegar a la Presidencia?
Que una vez más, por tercera vez consecutiva, volvemos a pegarnos un golpazo y a darnos cuenta de que, fragmentado el mismo sector que más o menos comparte visión y pensamiento, tenemos una derrota anunciada.
¿Ustedes pueden garantizar la unidad de la bancada de la alianza?
En lo que concierne al PPC, hay la mejor disposición y voluntad para que este núcleo de 12 personas se mantenga unido. No descarto que entre el 6 de junio y el 28 de julio veamos movimientos. Dejaríamos de ser realistas en la vida política para no saber que más de uno estará acomodándose a una fuerza ganadora.
¿Han conversado con Simon?
Sí, absolutamente. Yo creo que Yehude, como todo ciudadano, ha tomado partido en estas elecciones, y eso no es reprochable. Somos una colectividad plural, no hemos ganado las elecciones, es legítimo que personalidades independientes tomen posición.
¿Sería legítimo si él decidiera irse a la bancada nacionalista?
Eso es otra cosa. Por eso es que, concluida la elección, tenemos que encontrar una línea política común, que es la que garantiza la unidad de la bancada con los matices y flexibilidades que correspondan.
¿El próximo presidente del PPC debería ser un joven o una vieja gloria?
Me censurarían mis amigos si dijera alguien debe o no debe ser. Lo que digo es que el partido ya tiene en algunas funciones públicas, edilicias o parlamentarias a figuras de esa generación (joven). Hay un equipo humano que podemos proyectar en una visión de diez o quince años. Es mi deber asegurarle al Perú que el PPC ha cumplido conmigo un ciclo y va a iniciar uno nuevo, que incluye la posibilidad de un nuevo candidato presidencial, de nuevos líderes. Yo quise ser presidenta, lo intenté con toda fuerza. ¿Me está negada esa opción para toda la vida? Creo que si Dios me da vida, tengo muchos años para ver qué pasa…
No descarta una nueva postulación.
Es que si la descarto, y si por alguna razón la vida me da la oportunidad, entonces, qué barbaridad, me niego a mí misma.
¿Reconoce errores como presidenta del PPC? Varias veces se ha dado la impresión de que no ha habido un buen manejo político interno. Un ejemplo: el señor Córdova generó tanta turbulencia aparentemente porque usted le dio muchas alas…
Tengo dos cosas negativas que destacar. Una es que yo le puse al partido el objetivo de ser gobierno y no logré ganar. Y lo que usted señala es algo que me critican mucho. Debe ser que mi rechazo al autoritarismo es tan grande que procuro ser extremadamente conciliadora; entonces, mis críticos dicen que no impongo autoridad.
No se puede tener contentos a todos.
Yo he entendido que la relación política al interior de una colectividad debiera ser más armoniosa, pero tiene usted razón, reconozco que a la gente le gusta el líder con autoridad, y yo he dado, interna y externamente, la sensación de ser, más bien, una persona conciliadora. Eso seguramente es un defecto, pero no me pida ser distinta de lo que soy.
Y reconociendo eso, que…
No soy lo mandona que debo ser.
¿Hubiera sido buena presidenta?
Hubiera hecho todo el esfuerzo por serlo. Creo que hubiera ejercido una autoridad democrática con mucha firmeza y, simultáneamente, hubiera sido muy conciliadora.
Con Susana Villarán no fue conciliadora, fue agresiva. ¿Fue idea suya?
No, eso no estaba en mi mente, pero fue un pedido de distintas personas en el partido que consideraban que ese era el rol que me tocaba cumplir.
¿Se sintió cómoda?
No era lo que esperaba. Hice lo que tenía que hacer por mi partido, porque creo que había que defender un conjunto de ideas.

FUENTE: Por Patricia Kadena
http://peru21.pe/noticia/761377/voy-votar-dolor-lo-hare

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