Idi Amin Dada:
el caníbal de Uganda
Un 16 de agosto 2003, hace 10 años, falleció Idi Amin Dada,
presidente de Uganda entre los años 1971 y 1979. Durante su régimen dictatorial
murieron 300.000 personas y Uganda quedó sumida en una profunda crisis
económica. Exiliado en Arabia Saudita por 20 años, Amin falleció sin haber
pagado por sus crímenes. Nunca pisó una cárcel. Tampoco fue juzgado ni dio
señales de arrepentimiento.
Esta es su historia.
Uganda
se ubica al este de África. Limita con Sudan, la República Democrática del
Congo, Ruanda, Tanzania y Kenia. Su capital es Kampala. El ex primer ministro
de Inglaterra, Winston Churchill, la llamó ‘La perla de África’ por su riqueza
natural; es decir, un país con un futuro prometedor. Nadie imaginaba que
bastarían 8 años para que Amin alejara a Uganda del desarrollo.
Corría el año 1925 cuando nació Idi
Amin en una pequeña tribu musulmana, a orillas del rio Nilo. Tuvo una infancia
llena de carencias. No terminó la educación primaria, pero su imponente físico
hizo que pudiera ser parte del ejército británico. Empezó como ayudante de
cocina para luego formar parte de la represión al levantamiento de Mau Mau, en
Kenia.
Amin no fue un simple militar. Su
metro noventa de estatura y sus más de cien kilos hicieron que fuera un gran
deportista. Fue campeón ugandés de boxeo entre los años 1951 y 1959. Se dice
que era un hombre muy carismático y el deporte lo hizo popular entre los
ciudadanos de Uganda.
En 1962, luego de que su país
obtuviera la independencia de Inglaterra, Amin es nombrado oficial. Bastaron
cuatro años para que se ganara la confianza del presidente Milton Obote quien
lo nombraría jefe del ejército.
El
25 de enero de 1971, mientras Obote se encontraba en Singapur, Idi Amin dio un
golpe de Estado y se declaró el nuevo presidente de Uganda.
Su
autoritarismo y violencia no se hicieron esperar. Sus primeras acciones
consistieron en encarcelar y desaparecer a todo aquel que apoyara al depuesto
presidente. Poco a poco, Uganda se fue tiñendo de sangre. Los cuerpos de las
víctimas de la represión se amontonaban en las orillas de los ríos, pues los
cocodrilos ya estaban satisfechos de carne humana.
Desde que Amin asumió el poder,
Uganda se volvió un país convulsionado. Las excentricidades de su gobernante
hacían que ‘La perla de África’ se fuera derrumbando de a pocos. Al cumplir un
año en el poder, Amin expulsó a todos los asiáticos para expropiar sus
propiedades y entregarlas a ciudadanos ugandeses. Indios, bengalíes y
paquistaníes sólo podían llevar consigo el equivalente a 100 dólares.
Amin no calculó el poder económico
que ejercían los asiáticos en su país. Ellos poseían casi el 100% del comercio
de tejido y eran propietarios de diversas factorías. Todos estos negocios se
fueron a la quiebra.
Idi
Amin no sólo mandaba a asesinar sin remordimiento sino que, según testimonios,
comía a sus víctimas y guardaba las cabezas de sus rivales en el refrigerador
de su casa.
El ex ministro de Salud, Henry
Kyemba, refugiado en Gran Bretaña, declaró que el dictador ugandés le había
confesado que comía la carne y los órganos de sus víctimas. Henry nunca volvió
a Uganda. En aquella declaración de junio de 1977 afirmó que los ugandeses solo
se preocupaban por sobrevivir el día siguiente.
En setiembre de 1977, el diario
Sunday Times publicó las declaraciones de Moses Aloga, un ex sirviente de Amin
que logró huir de Uganda. Él afirmó haber visto, en un refrigerador de la casa
de Amin, la cabeza del ex amante de una de sus esposas y los órganos de una de
sus otras víctimas.
El primero de noviembre de 1978,
Amin invadió Tanzania para tomar posesión de parte del territorio fronterizo.
Días después, en otra de sus innumerables excentricidades, propuso al
presidente de Tanzania Julius Nyerere solucionar el problema limítrofe mediante
una pelea de box entre ambos mandatarios. Pero él tendría un brazo atado y
pesos en las piernas para que el presidente de Tanzania tenga posibilidades
deportivas de ganar.
El conflicto entre Tanzania y Uganda
terminó un año después con Amin derrocado y huyendo hacia Libia. El ejército de
Tanzania buscaba a Amin por todas partes, pero él ya había escapado a Libia.
Luego se refugiaría en Iraq y finalmente en Arabia Saudita, donde permanecería
hasta su muerte.
Durante
su exilio se especuló que Amin podría llegar a Paraguay procedente de Libia. Se
dijo que ambos países mantuvieron negociaciones para poder trasladar al
dictador a territorio paraguayo. El entonces presidente de Paraguay, Alfredo
Stroessner, habría manifestado a su homólogo Libio, Gadafi, su disposición de
recibir a Amin a cambio de petróleo. Pero no se llegó a concretar.
El 16 de agosto del 2003, tras dos
semanas de agonía, falleció ‘El Carnicero de Kampala’ en el hospital
Especializado Rey Faisal de la ciudad de Jedda (Arabia Saudita). El gobierno de
Uganda negó que se fuera a dar un funeral de Estado, pero añadió que no tenían
inconvenientes de que fuera enterrado en Uganda. El cuerpo de Amin jamás volvió
a su tierra natal y fue enterrado en un cementerio de la ciudad de Jedda.
(José Rojas Gutierrez)
Fotos:
Agencias
FUENTE: http://blogs.elcomercio.pe/huellasdigitales/2013/08/idi-amin-el-canibal-de-uganda.html
seguro es de buen diente!
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