sábado, 12 de octubre de 2013

Cecilia Barraza: La Musa Discreta. En su último libro, “El héroe discreto”, Mario Vargas Llosa, a través de uno de sus personajes, llena de halagos a la cantante Cecilia Barraza. No es la primera vez, sin embargo. Aquí, la propia Cecilia nos habla de su simpática relación con el Premio Nobel.

Cecilia Barraza:
La Musa Discreta
En su último libro, “El héroe discreto”, Mario Vargas Llosa, a través de uno de sus personajes, llena de halagos a la cantante Cecilia Barraza. No es la primera vez, sin embargo. Aquí, la propia Cecilia nos habla de su simpática relación con el Premio Nobel.
Cecilia posa feliz con la novela que el propio Premio Nobel le envió desde Madrid.
“… Se enamoró de ella por su voz. No se lo había contado a nadie, era algo íntimo (...) De pronto oyó cantar en la radio local, uno de sus valses preferidos  “Alma, corazón y vida”, con más gracia, emoción y lisura que lo había oído nunca antes. Ni Jesús Vásquez, ni Los Morochucos, ni Lucha Reyes, ni cantante criollo alguno de los que conocía, interpretaba este lindo vals con tanto sentimiento, gracia y picardía como esa cantante que escuchaba por primera vez . Imprimía a cada palabra, a cada sílaba, tanta verdad y armonía, tanta delicadeza y ternura, que daban ganas de ponerse a bailar y hasta de llorar. Preguntó su nombre y se lo dijeron: Cecilia Barraza.
Con esas palabras, Mario Vargas Llosa describe la fascinación de Felícito Yanaqué, un pequeño empresario de transportes en Piura, por Cecilia Barraza. Las leemos en “El héroe discreto”, su más reciente novela. Ella, solo sonríe y baja la mirada.

–¿Qué se siente, Cecilia? El solo saber que existes en el  mundo de Vargas Llosa, ya debe ser una maravilla…
 –Sí, es verdad. Sobre todo ahora que es Premio Nobel, ¿no? Pero mira, antes ya me había mencionado en “Travesuras de la niña mala”, como la cantante favorita de uno de los personajes, Somocurcio. Pero en esta oportunidad, sinceramente me he sentido abrumada y es que, juntando los párrafos, son casi tres páginas en las que habla de mi forma de cantar, no sé qué decir…

–¿Lo conoces personalmente?
–Sí, una vez, hace muchísimos años, cuando él conducía “La Torre de Babel” en televisión, nos hizo una entrevista a Andrés Soto y a mí, sobre el pregón limeño. Le gustaban mucho las letras de Andrés y cómo yo cantaba sus canciones. Le agradaba la dupla. Recuerdo, además, que antes de invitarme, fue a verme cantar a “La tremenda peña”, con un grupo de gente.
Cuando  Vargas Llosa celebró sus 70 años en el restaurante ‘La Huaca Pucllana’, ella cantó a pedido suyo ‘Todos vuelven’ y ‘Cardo o ceniza’.
–Dicen que cuando escucha música peruana, suele tocar tus discos…
–Bueno, creo que sí. Al menos eso le dijo una de sus asistentes a mi representante, que en su estudio de Madrid, incluso cuando escribe, escucha mi voz como fondo…

–Él mismo lo afirmó cuando celebró, aquí en Lima, en el restaurante ‘La Huaca’, sus 70 años. Entonces, tú también cantaste.
–Sí, claro, ¡cómo te acuerdas! Él estuvo con todo el elenco de ‘La Fiesta del Chivo’ (justo por esos días se estrenó la película en Perú). Casi me muero cuando vi a Isabella Rosellini, entre los asistentes.  Bueno, el hecho es que Lucho Llosa me  dijo que él quería que cantara ‘Todos vuelven’ y ‘Cardo o ceniza’, pero además de eso, canté un tondero porque sabía que había vivido en Piura. Después de mi presentación él se acercó a agradecerme y yo le entregué, en una bolsita, mis dos discos, que no sé si los tendría o no. Después, ya no lo he vuelto a ver más.

Sin embargo, la cantante y el escritor se mantienen de alguna manera comunicados. Y es que si bien ella se fue a comprar “El héroe discreto”, luego de que yo la llamara para contarle que había varios párrafos en los que se la mencionaba; a los pocos días le llegó de Madrid la novela con una dedicatoria de Vargas Llosa que Cecilia no nos quería dejar fotografiar pero que finalmente la convencimos. Así es de sencilla.
Me han dicho que en su estudio de Madrid, incluso cuando escribe, escucha mi voz como fondo.
Además, nuestro premio Nobel  ha escrito una suerte de prólogo, a pedido de ella, para un disco que tiene en mente producir hace años: “Cecilia Barraza canta a Andrés Soto”.

–¿Cómo surgió ese texto?
–Como yo sabía que él admira a Andrés y que le gusta la  dupla que ambos formamos, le hice llegar el pedido y él accedió encantado, sin  hacerse de rogar. Ahí lo tengo, desde hace como cinco años, y el disco todavía no sale, qué vergüenza…, pero esto me servirá para sacarlo de una vez. 

–¿Por qué dejaste pasar tanto tiempo?
–Para todo se necesita convicción ¿verdad? Y, en muchos aspectos, últimamente, yo la he estado perdiendo. Pero ahora sí, tú sabes que a cualquiera se le sube el ánimo cuando hablan bien de uno. Creo que ya es tiempo, aunque ese disco sea lo último que haga. 

–¿Por qué va a ser lo último?
–Acabo de salir de algunos problemas personales y familiares que quieras o no, te restan mucha energía…y hablando de eso, el  personaje de la novela de Mario, practica Qigong, disciplina que justo hace como cinco meses yo también he iniciado. Mira qué coincidencia. El Qigong me ayuda mucho a equilibrar la energía.

–¿Has encontrado otras coincidencias en el libro?
–Me identifiqué mucho con la frase que mueve a Yanaqué y que le dejó su padre, aquello de que no se deje pisotear por nadie. Mi madre me decía lo mismo, pero de otra manera “No hay que dejar que te pisen el poncho”. Voy a cumplir 61 años y creo que en  toda mi vida, como Yanaqué, nunca me he dejado pisotear por nadie.
Hermosas y sentidas palabras de Mario Vargas Llosa dedicadas a Cecilia. El escritor le ha levantado el ánimo
–A pesar de lo difícil que es el mundo de los artistas…
–Quizás lo bueno es que yo no soy competitiva, no me gusta compararme con nadie. Sé que hay cantantes que  cantan mejor que yo, que tienen más voz, más potencia. Yo tengo un pellizco de voz, mi registro vocal es corto. Pero, bueno, tengo otras cosas, quizás la gracia para bailar, que es la que complementa mi canto…no lo sé, pero algo debo tener.

“Sin decírselo a nadie, y menos que a nadie a Mabel, por supuesto, había vivido platónicamente prendado de esa carita risueña, de ojos tan expresivos y sonrisa tan seductora (…) Si le hubieran preguntado cuál había sido el día  más feliz de su vida. Felícito Yanaqué hubiera escogido aquella noche”.

–¿Cuándo lees un párrafo como ese, eres consciente  de que eso le puede haber pasado a muchos en la vida real?
–¡Ay, no sé! (suelta una carcajada nerviosa). Me gusta saber que hay gente que se siente acompañada cuando me escucha, pero eso de seductora me parece un poco exagerado. Es más, ni siquiera por  mi manera de cantar creo merecer tantos halagos.

–¿Realmente eres tan modesta?
–No es modestia, en serio, sé que algunas canciones me salen muy bien y que bailo el tondero también muy bien, ahí, sí me gusto. Lo hago a mi manera y siento que transmito esa fuerza. Pero en las canciones, cuando alguien interpreta una canción que a nadie le va a salir  tan bien, ya no la canto yo, ¿para qué? Es muy arriesgado intentar cantar ‘Regresa’ después de Lucha Reyes o ‘El Plebeyo’ después de Jesús Vásquez. ‘El Plebeyo’ es Jesús pues, es ella.

–¿Cuál sería, entonces, el tema de Cecilia Barraza? ¿’El tamalito’?
–No necesariamente. Eva Ayllón también lo hace muy bien. Creo que el tondero es lo mío. Por  supuesto que puede haber otras personas que lo canten y bailen, pero si quieres que te diga la verdad, yo lo hago de una manera especial…basta de hipocresías.

–¿Vas a celebrar el día de la Canción  Criolla?
Claro, siempre canto el día del Canción Criolla. Esta vez estaré en el Pentagonito con Edith Barr y Bartola. Será la primera vez que hagamos algo las tres juntas y me encanta la idea.

FUENTE: http://ellosyellas.com.pe/reportajes/personaje/la-musa-discreta-4541


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