Asesinas, por Patricia del Río.
Si una mujer es violada en el Perú y queda
embarazada, solo le queda recurrir a un aborto clandestino.
Mientras andábamos todos muy ocupados tratando de
averiguar si a Martín Belaunde Lossio lo había dejado escapar Bolivia o lo
habían raptado unos extraterrestres; en la Comisión de
Justicia del Congreso de la República se votaba en contra de una ley
difícil, polémica, pero necesaria: la despenalización del aborto en casos
de violación.
Lo que esta iniciativa legal buscaba es que una mujer que ha sido
sometida a un acto denigrante como una violación sexual y resulte embarazada sea capaz de
decidir interrumpir su embarazo, sin que eso constituya un delito. Sea capaz de
manejar las consecuencias de esa brutal experiencia como su conciencia y su
alma decidan, sin ser perseguida por la justicia.
El tema es delicado, y resulta perfectamente comprensible que existan
personas cuyas convicciones morales o religiosas no les permitan estar de
acuerdo con él. Por eso, es respetable que haya habido congresistas capaces de
dar la cara y plasmar su voto a favor de la ley o en contra de ella, sabiendo
que serán criticados por eso. Lamentable, en cambio, la actitud de los tibios
de siempre, que faltaron al trabajo para no fijar posición alguna. Sin embargo,
un aspecto que resulta absolutamente inaceptable en esta discusión es la
tergiversación de la información. Es manipular cifras e imágenes para hacer
pasar a esas mujeres, que ya se encuentran en una posición horriblemente
compleja, como asesinas. Como madres insensibles. Como seres terriblemente
malvados.
Y lo digo, porque ya se ha hecho costumbre en los medios de
comunicación, serios y no tan serios, graficar las noticias sobre el aborto con
fotos que presentan a mujeres con avanzadísimos estados de gestación. A señoras
preñadas de ocho o nueve meses haciéndose una ecografía o chequeos médicos como
si ellas fueran las candidatas a un aborto, como si a ellas fuera dirigida la
ley. Y basta tener un mínimo de conocimiento acerca de la legislación sobre
aborto, la que se propone en el Perú y la que existe en el mundo, para saber
que ninguna considera la posibilidad de interrupción del embarazo más allá de
la semana 12 o 14 de gestación. Que esas imágenes lo único que buscan es
presentar a las mujeres como unas desalmadas asesinas de niños.
Más de una portada de diario o revista se ha atrevido incluso a graficar
estos temas colocando imágenes de mujeres embarazadas que se apuntan el
protuberante vientre con una pistola. Podemos discutir, y existe amplia
bibliografía y debate al respecto, si antes de las 12 semanas un feto es una
vida o un proyecto de vida. Y bienvenida la discusión. Pero lo que no nos
podemos permitir es seguir ofendiendo con imágenes falsas y manipuladoras a
quienes están en la terrible posición de decidir si van a cargar o no con un
embarazo producto de la invasión más brutal que se puede ejercer sobre el
cuerpo de una mujer.
Actualmente en el Perú, si una mujer es violada y asiste a un centro
médico del Estado, ni siquiera recibirá como parte del protocolo de atención la
píldora del día siguiente, porque el Estado también le ha negado esa
posibilidad de defenderse de un embarazo forzoso. Si una mujer es violada en el
Perú y resulta embarazada, lo único que puede hacer es recurrir a un aborto
clandestino y vivir condenada toda su vida por una sociedad hipócrita, que le
dirá mil veces y de mil formas que es una asesina.
FUENTE:
Patricia del Río
Periodista
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/asesinas-patricia-rio-noticia-1814354?utm_source=mail&utm_medium=newsletter&utm_content=2&utm_campaign=20150528
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