Éxodo masivo en Honduras por acción de las
pandillas.
La Mara Salvatrucha (MS-13), Barrio 18 y otras bandas
tienen tomadas las periferias.
Policía Militar patrulla en San Pedro Sula. 74.000 personas han huido de sus casas en Hoonduras
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Geraldina
abandonó su barrio después de perder a tres de sus hijos: dos de ellos fueron
asesinados por vestir la camisa de su equipo de fútbol, el capitalino Olimpia,
y otro por rechazar integrarse a una pandilla en el norte de Honduras.
“También mi
hija tuvo que salir del país por amenazas, pero fue deportada de EE. UU. Los
pandilleros entraban a la casa y le ponían la pistola en la boca para que no
hablara, porque ella miró cuando mataban al hermano”, dice la mujer de 52 años.
Geraldina abandonó su casa en la colonia marginal López Arellano en San Pedro
Sula, la segunda ciudad de Honduras y una de las más violentas del mundo,
situada 180 km al norte de la capital.
Petronila,
otra de las mujeres de esa localidad, relató que “los tiroteos, hasta de una
hora o más, son casi a diario en la colonia”. Los jóvenes de las pandillas
forman verdaderos ejércitos que se desplazan en vehículos de lujo y portan
armas de guerra. “Muchas (armas) quedan regadas en las calles” después de las
balaceras, cuenta Petronila.
La
Mara Salvatrucha (MS-13), Barrio 18 y otras bandas de pandilleros y
narcotraficantes, junto con infiltrados en las barras de los equipo de fútbol,
tienen tomadas las periferias de las principales ciudades de Honduras,
obligando a pobladores pobres a abandonar sus barrios.
Historias
similares pueden contar más de 74.000 personas en al menos 20 de los 289
municipios de Honduras, que han tenido que mudarse dentro del país o emigrar a
Estados Unidos entre 2004 y 2014, según el Comisionado Nacional de los Derechos
Humanos (Conadeh). Una encuesta del Conadeh determinó
que 51 por ciento de esa población huyó por vivir en una comunidad insegura;
20, por amenazas; 17, por asesinato de algún familiar; 12, por haber sufrido
lesiones; 10, por extorsiones y los demás por violencia sexual, reclutamiento
forzado por pandillas, secuestro y despojo de viviendas.
Conadeh,
junto con organizaciones no gubernamentales y el Alto Comisionado de Naciones
Unidas para los Refugiados (Acnur), da apoyo a los desplazados, pero el número
aumenta cada día.
El control
de los pandilleros es tal que decretan toques de queda: después de las nueve de la noche, por ejemplo,
nadie puede salir de su casa porque la pandilla tiene “trabajos que hacer”.
El
comisionado de Derechos Humanos, Roberto Herrera, advirtió que 16.424
hondureños llegaron en 2015 a Conadeh solicitando ayuda para lograr refugio en
diversas partes del mundo, especialmente en Canadá y Costa Rica.
Esta cifra
representa un aumento de 99 por ciento comparado con 2014, dijo el comisionado.
Según la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) de Estados Unidos, en
Honduras hay unos 36.000 pandilleros activos que siembran el terror
especialmente en barrios pobres o marginales.
FUENTE:
http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/pandillas-en-honduras-obligan-a-la-gente-abandonar-sus-hogares/16697583
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