Elecciones en Perú: Castillo y Fujimori pelean los votos y la incertidumbre acecha al país.
Los
candidatos presidenciales están muy cercanos en el conteo de votos. Una reclama
fraude y busca que se anulen decenas de miles de votos. El otro ha convocado a
sus seguidores a las calles.
Por Mitra
Taj y Julie
Turkewitz
10
de junio de 2021
LIMA,
Perú — Perú ha pasado por un año de profunda agitación: tres presidentes
transitaron por el poder, sufrió una de las tasas de mortalidad por coronavirus
más altas del mundo y, por la pandemia, su economía se contrajo más que
cualquier otra en la región.
Ernesto Benavides/Agence France-Presse — Getty Images
Muchos
en el país esperaban, contra todo pronóstico, que las elecciones presidenciales
del domingo pasado ofrecieran un nuevo comienzo. En cambio, casi una semana
después de que se emitieron los votos, Perú ha vuelto a sumirse en la
incertidumbre.
Los
dos candidatos están prácticamente empatados. La candidata alega fraude y pide
que se anulen hasta 200.000 votos, una medida que privaría del derecho a voto a
muchos electores pobres e indígenas. El candidato convocó a sus seguidores para que salieran a las
calles a defender los votos.
Según
algunos analistas, la tensión está llevando a la democracia hasta sus límites;
exacerba las fisuras de una sociedad profundamente dividida y aumenta la
preocupación por el futuro del país.
Perú
está soportando una “guerra nuclear en la cual se ha sumido la política
peruana”, dijo el politólogo Mauricio Zavaleta, una en la que los políticos
creen que “los fines justifican los medios”.
Con
el 99 por ciento de las actas contabilizadas, Pedro
Castillo, un exmaestro de izquierda sin experiencia en el gobierno, lidera
sobre Keiko Fujimori, la hija del expresidente de derecha Alberto Fujimori —y
símbolo de la política tradicional peruana—, por aproximadamente 70.000 votos.
Castillo ha ganado alrededor del 50,2 por ciento de los votos contabilizados y
Fujimori el 49,8 por ciento.
Pero
Fujimori ha pedido que se anulen miles de votos, alegando, sin mostrar pruebas
concretas, que el partido de su oponente violó “de manera sistemática” el sistema de votación.
Tanto
autoridades electorales como los observadores afirman que aún no se ha
presentado evidencia de fraude sistemático, y los analistas han dicho que el
esfuerzo de Fujimori probablemente no logrará que los resultados la favorezcan.
Las
autoridades electorales tienen hasta el sábado para analizar las solicitudes
del partido de Fujimori que pide anular actas de 802 mesas de votación, en las
que, según sus acusaciones, los partidarios de Castillo realizaron varios tipos
de actividades ilegales, incluido el cambio del conteo de votos a su favor.
Angela Ponce/Reuters
Esas
mesas de votación están en regiones en las que Castillo ganó con una diferencia
sólida, principalmente en áreas rurales andinas pobres e históricamente
marginadas, incluida la ciudad natal de Castillo.
Para
el jueves, una multitud de seguidores de Castillo se había reunido frente a la
sede de la autoridad electoral nacional. Algunos habían viajado desde muy lejos
y dijeron que estaban frustrados y preocupados por la posibilidad de que Keiko
Fujimori estuviera tratando de robar las elecciones.
“¡El
voto se defiende!”, corearon algunos.
“Son
las elecciones más desastrosas que me ha tocado vivir”, dijo Antonio Gálvez, un
taxista de 37 años que trabaja a un lado de donde sucedía la manifestación. “La
señora Keiko Fujimori representa todo lo malo de la política peruana”.
El
jueves, la crisis se intensificó cuando un fiscal pidió a un juez que
encarcelara a Keiko Fujimori, quien enfrenta cargos de corrupción relacionados
con una campaña anterior en la que contendía por la presidencia.
Acusada
de dirigir una organización criminal que traficaba con donaciones ilegales de
campaña, Fujimori podría ser sentenciada a 30 años de prisión. Detenida y
liberada tres veces a medida que avanzaba el caso, ahora la fiscalía la acusa
de tener contacto con testigos del caso, una violación de su excarcelación.
Si
gana las elecciones, estará protegida del enjuiciamiento durante su mandato
presidencial, que tiene una duración de cinco años.
Los
comicios y las tensiones que han generado están exacerbando las divisiones en
la sociedad peruana.
A
pesar de que durante las últimas dos décadas el país ha registrado tasas de
crecimiento económico, Perú sigue siendo una nación desigual y dividida, en la
que la población más rica y blanca de sus ciudades mantiene la mayoría de los
beneficios de un modelo económico neoliberal impuesto en la década de 1990 por
el padre de Keiko Fujimori.
Cuando
la pandemia arrasó en Perú, exacerbó esas brechas sociales y económicas y
golpeó con mayor dureza a quienes no podían permitirse dejar de trabajar, a
quienes vivían en condiciones de hacinamiento o que tenían acceso limitado a la
atención médica en un país con un sistema de seguridad social endeble.
Las
elecciones se llevaron a cabo en los mismos términos económicos, raciales y de
clase: Fujimori ha obtenido la mayor parte de su apoyo de áreas urbanas, y
Castillo ha establecido su base de apoyo en las tierras altas en zonas rurales,
donde viven más peruanos mestizos e indígenas.
Zavaleta,
el politólogo, dijo que pensaba que el caos de las elecciones, incluidos los
intentos de Fujimori de anular votos, había “ahondado las diferencias entre los
peruanos”.
“Y
creo que va a tener efectos relativamente duraderos”, agregó.
Afuera
de la oficina de la autoridad electoral, Max Aguilar, de 63 años, dijo el
jueves que había viajado varias horas en autobús, desde la norteña ciudad de
Chimbote, para defender a Castillo.
“Consideramos
que la ultraderecha ya ha tenido suficiente tiempo para demostrarnos que
podemos estar mejor todos y no lo han hecho”, dijo.
“Entonces,
nosotros, el pueblo, les estamos diciendo que no, que basta. Y estamos
apostando por un cambio, tenemos mucha confianza en el profesor Castillo”.
Por Mitra
Taj y Julie
Turkewitz
10
de junio de 2021
Sofía
Villamil colaboró con reportería desde Bogotá, Colombia.
Julie
Turkewitz es jefa del buró de los Andes, que cubre Colombia, Venezuela,
Bolivia, Ecuador, Perú, Surinam y Guyana. Antes de mudarse a América del Sur,
fue corresponsal de temas nacionales y cubrió el oeste de Estados Unidos. @julieturkewitz
FUENTE:
https://www.nytimes.com/es/2021/06/10/espanol/resultados-peru.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario