lunes, 3 de mayo de 2010

Apristas se sacan los ojos

Apristas se sacan los ojos
Mantillistas y jorgistas doblegaron a García recordándole que sin el Apra no sería hoy presidente.


1) Jorge del Castillo y Omar Quesada saben mucho de Alan García y no están dispuestos a perder sus cargos en el Partido Aprista. (2) Extraña presencia de Carlos Arana en Comisión de Fiscalización cuando Quesada era interrogado.

La amenaza del presidente de la República, Alan García, de apartarse del Apra, partido fundado por el legendario Víctor Raúl Haya de la Torre, y formar un gabinete con independientes si los secretarios generales Jorge del Castillo y Omar Quesada no ponían sus cargos a disposición, sólo sería eso, una amenaza, porque jamás pasó por su mente hacerlo, menos a 14 meses del fin de su gobierno y con la intención de retornar en el 2016 y celebrar el Bicentenario de la República.
Fuentes bien informadas de LA PRIMERA confirmaron ayer que en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y de la comisión política del último viernes, la advertencia presidencial transmitida por el premier Javier Velásquez, no alarmó a los asistentes y por el contrario produjo un efecto adverso.
Los dirigentes capitaneados por Del Castillo y por los defensores de Quesada rechazaron de plano la propuesta de García y por el contrario le enrostraron falta de autoridad y recordaron que durante todo el tiempo que Alan García fue acusado por graves delitos de corrupción el partido lo blindó con todo, aún a costa de su desprestigio.
Asimismo, señalan nuestras fuentes, recordaron que sin la defensa del Apra, García no habría sido elegido por segunda vez presidente.
Pero eso no es todo.
Nuestros informantes también aclararon que si la reunión duró cuatro horas y no se extendió más, es porque el grupo “mantillista” y de Del Castillo llegaron con el pie en alto.
Del Castillo habría dicho a todos que él no es amigo del empresario dominicano Fortunato Canaán, “yo no lo llevé a Palacio, a mí me lo presentó Alan”.
Como se recuerda, Del Castillo visitó en múltiples oportunidades al dominicano en su suite del hotel Country Club para discutir negocios e inversiones en el país y que luego se revelaron gracias a los “petroaudios” de BTR y a los audios del ex ministro Rómulo León Alegría y Alberto Químper, ex directivo de Perupetro.
“No soy amigo de Canaán. Alan García me lo presentó”, habría dicho el ex premier en su defensa, afirmando que el amigo del dominicano es el presidente y que fue (García) el primero en conocerlo y recibirlo.
Del Castillo fue enfático ante el CEN y la comisión política, “no voy a renunciar”, aseguró en forma desafiante.
Ayer en un comunicado, el ex premier acusado de ser gestor de intereses para favorecer a la petrolera Monterrico de su amigo Vera Gutiérrez, negó tener en sus planes formar un movimiento fuera del Apra, e insistió que la reunión del pasado viernes transcurrió con absoluta fraternidad y sin faltarle el respeto a nadie.
El otro tema que se abordó en la reunión de la dirigencia aprista es el relacionado a Omar Quesada.
Si bien es cierto que a diferencia de Del Castillo con el caso BTR, el ex presidente del Cofopri, comprometido en tráfico de tierras, sí pidió al CEN licencia temporal en sus funciones dirigenciales, pero inmediatamente después retrocedió, y aunque no se presentó a la reunión, así lo hizo saber a los asistentes y para que no queden dudas, ayer en un comunicado reafirmó que no renunciará.
Y es que según nuestros informantes, Quesada no renunció debido al apoyo incondicional del ex ministro y ex secretario general del Apra, Agustín Mantilla.
“No te vayas”, le habría dicho, debido a que García está acostumbrado a que todos lo defiendan, incluido él quien se “inmoló” con seis años en el penal San Jorge por recibir dinero del ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, y salvar del escándalo a la máxima dirigencia aprista.
El apoyo de Mantilla a Quesada se materializó el pasado miércoles cuando el “mantillista” presidente de Foncodes, Carlos Arana lo apoyó con la “portátil aprista” durante toda su exposición en la Comisión de Fiscalización del Congreso que esta semana pedirá facultades para investigar el tráfico de tierras en Cofopri y donde los funcionarios apristas “están metidos hasta el cuello”.
Buscan “acuerdo”
Para Jesús Guzmán Gallardo, de la facción aprista “Por el rescate del aprismo”, García, Del Castillo y Quesada están buscando llegar a un acuerdo con Javier Velásquez, convertido en vocero del presidente García, porque si se produce esta anunciada “división” se acusarán mutuamente y el que tendrá más denuncias será el presidente García.
Asimismo, descartó que alguien quiera irse del Apra “porque no tienen el coraje y porque saben que el partido no sólo los protege, sino que también los encubre.
Además, saben que al final de este gobierno van a ser enjuiciados por actos de corrupción y otros delitos más” como ocurrió durante el primer gobierno.
Sin embargo, advirtió a LA PRIMERA que si el actual mandatario quiere irse del partido de Haya de la Torre que lo haga para que forme su partido con los grandes empresarios como los Romero, Graña y Montero, etc. Porque ya no es aprista y siempre acude a ellos y los llama; y si Del Castillo quiere hacer lo mismo, le aplaudirán porque “hizo su carrera meteórica colgado del saco de Alan García”.
“Ambos se van a quedar”, advierte Guzmán porque no tienen otra salida y este escándalo que destroza al Apra y los catapulta como corruptos ante los peruanos, es el resultado de la importancia que le han dado a García, quien desconoció el último congreso, violó el reglamento eligiendo a dos en lugar de un solo secretario general, en una modalidad jamás vista en la historia.
Para el viejo aprista, este es el resultado de no elegir bajo la modalidad “un aprista, un voto”, y que por eso, están convocando a un nuevo congreso aprista para elegir a la nueva dirigencia.


DETALLE


Según nuestras fuentes, la negociación que corre por lo bajo, pasa porque Del Castillo no deje el cargo, a cambio desistiría de postular la presidencia en representación del Apra, y García pondría a Velásquez Quesquén de candidato o a cualquier otro, en un arreglo en el que los secretarios generales no se van, pero pierden prerrogativas.

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