Guerra Asomada
Ya se ven los cambios en el horizonte parlamentario. ¿Se
alista el fujimorismo a inclinar la balanza para inhabilitar a Alan García?
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Keiko y Kenji Fujimori asistieron a la penosa primera audiencia del juicio a su padre por el caso de los “diarios chicha”. La salud mental del expresidente vuelve a ponerse en la picota. |
Un discreto pero significativo
cambio en el equipo de la “Megacomisión”: salió el fujimorista Pedro Spadaro y
lo reemplazó su colega Héctor Becerril, que asistió a su primera sesión el
miércoles 23.
Spadaro explicó que su relevo se debe a que asumió
la vocería de la bancada hace más de dos meses y que el grupo parlamentario
designó a Becerril.
El primero era visto como un elemento mesurado –y
hasta pro aprista– dentro del grupo que investiga las irregularidades del
gobierno anterior.
Becerril, en cambio, ya declaraba desde abril
último que Alan García es “responsable directo” de hechos relacionados con los
llamados “narcoindultos”.
En realidad, fue la propia Keiko que eligió a
Becerril durante su reunión con la bancada en La Molina, el pasado martes 15.
Consultado por CARETAS, dijo que “garantizo de mi
parte que, en base a las pruebas y los testigos que se presenten, se tomará una
decisión”.
La interpretación del cambio, repetida tanto en
círculos apristas como fujimoristas, es que Keiko estaría preparando el terreno
para un endurecimiento de la bancada de Fuerza Popular con el expresidente.
“Spadaro no se va a comprar ese pleito. Quiere que
otro lo haga”, observa un personaje cercano a la excandidata presidencial.
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“Por sus acciones responderá Facundo”, dice expresidente. |
OBJETIVO INHABILITACIÓN
Es cada vez más evidente que el
objetivo último de la comisión presidida por el oficialista Sergio Tejada es
lograr la inhabilitación política de Alan García y cerrarle el paso a su
candidatura del 2016, donde será competidor cantado de Fujimori.
Así, Fuerza Popular y el nacionalismo compartirían,
puede que por primera vez, un objetivo común.
La Megacomisión termina su mandato en noviembre
próximo. Se espera que en dos semanas presente su informe final que podría
incluir la recomendación de acusar constitucionalmente a García. Si se aprueba
en el pleno pasaría a manos de la comisión de Acusaciones Constitucionales, que
es encabezada por Marco Falconí, quien si bien se retiró formalmente de Perú
Posible, todavía mantiene estrechos vínculos con el grupo toledista. Su
decisión sería de nuevo refrendada en el pleno.
Alejandro Toledo aparenta ser un cadáver político
–con muy probables heridas penales, además– empeñado en demostrar que aún
respira y que para el efecto hará pesar su bancada más que nunca. Salvar de la
censura a la canciller Eda Rivas el lunes 21 lo pone en evidencia. Fueron 54
votos contra 52. Se trataba de un caso salido de proporciones que recuerda la
fragilidad que pende como una espada de Damocles sobre el gobierno de Ollanta
Humala.
Con la probable inhabilitación de García, Toledo
podría repetir su papel, esta vez doblemente gustoso. El fujimorismo, dice la
fuente amiga de Keiko, “se convertiría en el aliado del gobierno en la hora
nona”.
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Por decisión de Keiko, confrontacional Héctor Becerril reemplazó a contemporizador Pedro Spadaro en la Megacomisión. |
HABLA GARCÍA
Con respecto a García, el caso de
los “narcoindultos” presenta dos niveles: uno es el de la responsabilidad del
encarcelado exfuncionario aprista Miguel Facundo Chinguel, cada vez más
embarrado con escandalosas conmutaciones de pena (ver nota siguiente). El otro es
el de la que atañe al ex presidente, que firmó las recomendaciones de su
presidente de la comisión de indultos y gracias presidenciales.
El otro caso en el que se espera que la
Megacomisión haga hincapié es en el de los decretos de urgencia del Ejecutivo que
posibilitaron la aceleración de obras de infraestructura.
CARETAS le consultó a García, que en su momento
defendió a Facundo, y esta fue su respuesta textual:
“Por sus acciones responderá Facundo y me atengo a
lo que el Poder Judicial establezca objetivamente. Pero a mí personalmente no
se me vincula con ningún hecho o tema de los tratados por la comisión del
Congreso. En cuanto a la inhabilitación creo que, jurídicamente, es un absurdo.
Por lo que haga o no haga un funcionario menor no se puede (aplicar). Y menos
por los decretos de urgencia que aceleraron las obras. Es una facultad
legislativa establecida en la Constitución para el Poder Ejecutivo. Sería como
inhabilitar parlamentarios por una ley con la que uno no está de acuerdo.
Esperaré. Y nada más”.
No tanto. Los apristas se defienden con uñas y
dientes. García volverá a asistir a declarar a la Megacomisión el próximo
miércoles 30 y el ambiente se ha cargado tanto que en las inmediaciones de
Alfonso Ugarte se sienten pisadas de búfalo, dicen que para responder la
bienvenida que prepara el oficialismo.
A ello se suma el desmontaje del testimonio del
exinterno ‘Brasil’ y su nueva declaración en la que acusa a Tejada de
presionarlo para llegar hasta García (ver nota siguiente).
Además, el martes 22, el Quinto Juzgado
especializado en lo Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima
emitió una resolución en respuesta al pedido de nulidad del procurador del
Congreso sobre la sentencia de setiembre que obliga a la Megacomisión a citar a
García con el “mayor detalle” sobre los hechos que se le imputan, permitirle el
acceso a la documentación de las investigaciones y garantizarle el derecho a la
defensa con un plazo razonable para ofrecer sus descargos.
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¿Se hace el loco? Audiencia y vídeo proyectan un Fujimori cada vez más inestable. |
EL EFECTO ALBERTO
¿Qué efecto podría tener una
declaratoria de guerra del fujimorismo contra el APRA?
Para empezar, los naranjas ya se encuentran
divididos. Cabe preguntarse cuál sería la reacción de los llamados
“albertistas”, que resienten el liderazgo del secretario general del partido,
Jaime Yoshiyama.
Uno de ellos, el congresista Alejandro Aguinaga,
reconoció que el ingreso de Becerril puede significar una posición más
confrontacional con el APRA. “No lo había tomado así”, confesó.
A ello se suma la precariedad en la situación del
propio Alberto Fujimori. Al show que montó en el inicio del juicio de los
“diarios chicha” le siguió la emisión de un vídeo que ha sido interpretado por
la prensa como la confirmación de sus artimañas para mostrarse enfermo.
Pero la secuencia de hechos sugiere que el
expresidente ya no las tiene todas consigo.
El fin de semana previo a su presentación tuvo
fuertes cuadros de vértigos, mareos y dolor en el oído. Por tal razón, el
médico del INPE solicitó una consulta en la Clínica Centenario para el
miércoles 16 por la mañana con el otorrinolaringólogo.
Ese día Fujimori se sintió muy nervioso y pidió
cancelar la cita. Por la tarde se reunió con su abogado William Paco Castillo,
con quien definió su estrategia de defensa hasta muy tarde.
No durmió durante toda la noche y a las 8 de la
mañana, cuando su hijo Kenji fue a verlo para llevarlo a la audiencia, lo
encontró ya cambiado y con un sobretodo encima.
Kenji le pidió que deje el sobretodo porque no
hacía frío y más bien el día pintaba soleado. Tomaron un ligero desayuno,
Fujimori pasó una rápida revisión médica y pasó a la sala.
El domingo, el programa televisivo Sin Medias
Tintas reveló el video en el que se ve a un exaltado Fujimori en la clínica
Centenario.
“Yo quiero hablar con la directora”, increpa a las
enfermeras que lo atendían.
“Señora, señora Kathy, estoy con 210, 110 (de
presión). Señora Kathy, por favor, deje pasar a mi hijo congresista”.
Pedía a las enfermeras hablar con la directora de
la clínica pero confundió el nombre con el de la directora del Penal
Barbadillo, Kathy Del Águila.
En otro momento, se ufana de su cercanía con el
ministro de Justicia, Daniel Figallo, que no se ha quedado corto en darle palo.
“Sin duda, el lunes llamamos al ministro de
Justicia”, amenazó.
Cuando le pide el celular a un personal del INPE
dice inexplicablemente: “Tráigame el aparato, ahora voy a atender todo por la
clínica”.
El viernes 25, Fujimori se presentará nuevamente en
público en la audiencia donde defenderá su pedido de arresto domiciliario. El
juez dirimente, Baltazar Morales Parraguez, puede definir ese mismo día si
procede la solicitud o no. Lo más probable es que pida unos días para dar su
dictamen. Tres días después continúa el juicio de los diarios ‘chicha’.
¿Cuánto va a aguantar el fujimorismo la exposición
errática de su líder fundador?
¿Cuánto va a poder su hija empuñar las riendas y al
mismo tiempo abrirse un frente con un partido que se ha pasado la vida en las
trincheras?
FUENTE:
http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&id=12&idE=1124&idA=65580#.UmnUq_lLODc