sábado, 4 de febrero de 2012

Terapia de Fuego: Mortal adicción a la informalidad costó la vida de 28 personas en centro de rehabilitación. La cruda realidad capitalina en trágica muerte en centro Cristo es Amor.

Terapia de Fuego
Mortal adicción a la informalidad costó la vida de 28 personas en centro de rehabilitación. La cruda realidad capitalina en trágica muerte en centro Cristo es Amor.

La trágica muerte de los pacientes del centro Cristo es Amor desnuda la carencia de condiciones mínimas en Lima para tratar a adictos.
"Mi padre ingresó por consumo de pasta y alcohol. Tenía tres ingresos y el último fue hace 4 días. Me contó que la comida era horrible, le daban pan con hongos y le pegaban. Los domingos eran las visitas. El hermano y sus hijos les quitaban la comida a los internos. Uno de los castigos podía ser meditar la palabra de Dios parados, por dos o tres días. Llegamos a él porque es conocido, es vecino de la zona desde hace muchos años. Cuando estaba en Lurigancho lo vi en una situación lamentable”.
Inés Antayhua, hija de Rolando Antayhua Delgado (53).

Rolando, un atormentado por el demonio de las drogas, fue uno de los 27 fallecidos en el incendio de la mañana del sábado 28, en Urbanización Zárate Pasaje Dos 151, primera cuadra de la avenida Próceres de la Independencia, San Juan de Lurigancho.

La del Centro de Rehabilitación Cristiana Cristo es Amor es la mayor tragedia ocurrida en una comunidad terapéutica del país. El mismo distrito vio antecedentes relacionados con locales hacinados en 2006 y 2009, aunque ninguno cobró vidas.

Como suele ocurrir en centros que anudan rehabilitación con religión, el “hermano” Raúl García Albornoz (45) es un ex adicto. Primer año de secundaria, vivía en el tercer piso del centro. Cayó en Lurigancho en 1998 por robo agravado. En la espiral de un círculo literalmente vicioso, pasó por instituciones terapéuticas ilegales. Abrió Cristo es Amor en 2006, al momento del incendio con deudas en Infocorp por 8 mil soles y morosidad en el sistema financiero por casi S/. 40 mil.

Los bomberos y denodados esfuerzos de rescate: la asfixia se llevó a 27 antes que pudieran rescatar al resto.
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“Lo interné hace 2 meses. Mi chiquito se estaba metiendo cada vez más en la droga y yo al verlo así me desesperé y lo dejé ahí. ‘El hermano’ no me cobró porque falleció mi esposo y no podía dar los S/. 100 por la inscripción, me dijo que me iba a apoyar. Cuando podía le daba S/. 10 o S/. 20”.
Luz Paulina Mendoza Robles, madre de Jhonatan Christian Bolívar Mendoza ‘Mandrake’ (18).

Unos daban S/. 40 al día, otros S/. 60 a la semana. Otros, como esta mujer, daban lo que podían, cuando podían.

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“El hermano Raúl tuvo a 2 hijos que también eran drogadictos como su padre. El hermano deambulaba años atrás por estas calles y daba pena, estaba en el fango. Pero puedo decir que ha cambiado y me doy cuenta de eso solo mirándolo a los ojos”.
Kathy, vecina del Pasaje Dos.

Kathy asegura que el ‘hermano’ salió aquella mañana a las 8 porque le avisaron que su actual mujer tenía complicaciones con su embarazo.

“Él tiene dos esposas, lástima que esto haya pasado justo cuando salió”


Fiscalización a centros de rehabilitación es un pendiente del ministro Alberto Tejada.
LA BIBLIA Y LA PASTA
La Municipalidad de San Juan de Lurigancho informó que Cristo es Amor fue clausurado en 2007 y 2009 por desconocer las reglas de seguridad de Defensa Civil. A partir de entonces reinició operaciones de modo clandestino.

Ante el Congreso el martes 31, el alcalde Carlos Burgos, que despacha a siete cuadras del centro, responsabilizó a la Municipalidad de Lima y el Ministerio de Salud. 

Los 70 consumidores de drogas y alcohol se repartían en los dos pisos del albergue. En el primero, los 38 reincidentes y en el segundo, los 32 primerizos. Uno de los métodos de recuperación consistía en ofrecerle droga al interno con la Biblia en la otra mano. Se iban desesperados por la abstinencia y volvían por la palabra sagrada.

Como todos los días, comenzaron su sesión de cánticos por media hora a las 6:30 de la mañana. Dos horas después tomaron desayuno.

En cada cuarto entraban nueve camarotes de tres niveles. No se les permitía salir mientras duraba la rehabilitación. Ese sábado tomaron desayuno los menores y luego los mayores.

Según la investigación policial, la reyerta la inician Carlos Alfonso García Valverde (28) ‘Pirulo’, cuyo primer ingreso fue hace ocho meses, y Martín Manuel Varas Guzmán ‘Negro Martín’ (23), un ‘caserito’ del lugar.

Desde días atrás incitaban a los demás a escaparse. En el intento, originaban conatos de bronca.

Prendieron un colchón con thinner y pintura. Se amontonaron, el lugar se oscureció. La acumulación de humo asfixió rápidamente a los internos del primer piso, encerrados en un espacio de setenta metros sin ventanas.

Echaron agua desde el segundo piso, por un tragaluz. Todas las puertas estaban cerradas, incluyendo los accesos de un piso al otro.

Priscialiano Oré Mitma (30) era vigilante y adicto recién graduado del programa. En el programa La Noche es Mía, donde se presentó la noche del lunes 30, explicó que se quedó en el segundo piso y no llegó a utilizar las llaves porque todo ya se había salido de control. Lo mismo declaró a la prensa horas antes en un momento del velorio de Raúl García López, el hijo del dueño. Al cierre de está edición seguia como no habído.

En la entrada, Julio Ángel Matías Torres (47), una especie de subdirector y también adicto rehabilitado, creyó que “era una cosa menor y que pronto acabaría”, según declaró a la Policía. Cuando trató de abrir ya era tarde. Adentro habían dañado la chapa en el desesperado intento por abrir la vieja puerta de fierro, que además se mantenía con candado.

Los bomberos entraron por un forado de una casa vecina para rescatar a los sobrevivientes. Sacaron a 22 ya cadáveres y 15 heridos, de los que fallecieron cinco.

Eran 10 los cuerpos enterrados el lunes 30 en el cementerio El Sauce de San Juan de Lurigancho. Los demás fueron repartidos en el cementerio Municipal de Comas y Santa Rosa en Chorrillos. Otros fueron trasladados a provincias.

Oré, Matías y el ‘hermano’ García serán procesados en prisión por homicidio culposo y exposición de personas al peligro. Las investigaciones las llevará a cabo el 24° Juzgado Penal para Reos en Cárcel, cuya titular es la jueza Kelly Ramos Hernández. Podrían recibir hasta 8 años de sentencia.

El domingo 29 García Albornoz se entregó a la Dirincri. Uno de sus hijos, Raúl García López (26), murió en el incendio. El otro, Luis García López, fue detenido el mismo domingo.

El hermano ‘Raúl’ dijo que se enteró de la tragedia dos horas después. Prefirió, según sus palabras, “reflexionar por un tiempo” antes de presentarse a las autoridades.

En todo momento invocó el nombre de Dios. (Información de Ronald Díaz)
Último adiós en el cementerio El Sauce, el domingo 29.
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El Top 5
En la capital, los 5 centros de rehabilitación ejemplares son:


- El Centro Juvenil de Ñaña: comunidad terapéutica del Estado, con costos según estrato socioeconómico del paciente (Ñaña).

- Escuela de Vida: comunidad terapéutica de línea religiosa pero profesionalizada (Santa Beatriz).

- Casa Vida Mujer: orientada a mujeres de estratos A y B (Surco).

- Fuente de Agua Viva: comunidad terapéutica profesionalizada con tratamiento científico (Surco).

- Lugar de Escucha Cedro: ambulatorio, para adolescentes escolares (Miraflores).

Según la Organización Mundial de la Salud, estas son las normas básicas de un tratamiento en adicciones:

- Presencia de un médico general, psiquiatra, psicólogo y enfermera
para cada turno.

- Antes de ser tratado, todo paciente debe pasar por rigurosos exámenes médicos y psicológicos.

- Debe haber concordancia entre espacio dado y el número de pacientes.

- Debe tener espacios para terapias individuales y familiares, auditorio, gimnasio, consultorios y áreas verdes.

- El paciente debe recibir capacitación en trabajos diversos (textiles, mecánica, piscicultura) para ayudarlo a reinsertarse a la sociedad.

Sin Control
Negligencias y carencias de los centros de rehabilitación en la capital.



De los aproximadamente 150 centros para tratar la adicción en Lima, no más de 30 funcionan dentro de la legalidad y con estándares mínimos. Las terapias de corte religioso conllevan muchas veces, como en el caso de la tragedia, hacinamiento y encierro.

San Juan de Lurigancho contabiliza alrededor de un millón de habitantes, siendo el distrito más poblado de Lima, y representa la segunda jurisdicción con mayor cantidad de zonas de microcomercialización de drogas, detrás de Comas (ver mapa).

Así, no es casual que “en San Juan de Lurigancho es donde se concentra la mayor cantidad de centros de rehabilitación de la capital”, como indica el especialista en drogodependencia y supervisor del Servicio Lugar de Escucha de Cedro Milton Rojas.

“La mayoría de estos centros en el distrito son ilegales, al margen del monitoreo del MINSA, y no tienen siquiera licencia de funcionamiento por parte de la municipalidad”, alerta Rojas. “Y lo mismo pasa en Comas, en Villa María del Triunfo y demás”.

Añade que “los municipios son los que dan los permisos para quienes quieren abrir los centros de tratamiento, y los llamados a fiscalizar si la infraestructura corresponde. El MINSA está obligado a monitorear el tema de las patologías y el cumplimiento de que existan profesionales certificados y programas de tratamiento de corte científico. La fiscalía debiera supervisar el cumplimiento de los derechos humanos y los criterios mínimos de calidad en la atención. Acá la negligencia es de varias instancias y si siguen trabajando de forma aislada el problema puede recrudecerse”.

Y, claro, no basta con aislar al adicto y leerle la Biblia. Incluso “el que todo paciente deba ser internado es un mito: algunos pueden rendir de manera ambulatoria”, aclara Rojas. Lo que es obligatorio es la presencia de profesionales. “Se ha demostrado que es lo más indicado, frente a lo que antes se pensaba erróneamente de que quién mejor que un ex adicto para ayudar a otro”, esclarece el especialista.


Mapa de la Adicción.- El mapeo de la distribución y venta de drogas en la capital, realizado por Cedro durante 2011, da cuenta de San Juan de Lurigancho como uno de los 4 distritos con mayor comercialización, junto a Comas, La Victoria y Ventanilla. En SJL, que es el distrito con mayor cantidad de centros de rehabilitación, sin embargo, la cantidad de dichos centros no va de la mano con el cumplimiento de los criterios básicos de tratamiento. Lo mismo sucede en Comas. La responsabilidad es compartida entre municipios, Ministerio de Salud y Fiscalía del Poder Judicial.

LA INYECCIÓN ADECUADA
En números de Cedro, el cálculo sobre la población adicta al alcohol y las drogas remite a entre 1’100,000 y 1’300,000 de peruanos. De estos, entre 800,000 y 1’000,000 son alcohólicos, la suma de personas que consumen marihuana oscila entre los 100,000 y 130,000, los adictos a la cocaína, a la pasta básica y al crack rondan otros 100,000 y un número aún indeterminado son consumidores de drogas sintéticas.

Para ellos, los criterios mínimos de tratamiento debieran incluir centros de rehabilitación con, al menos, un médico general, un psiquiatra, un psicólogo y una enfermera para cada turno del día, llevando la cifra de cada cual a un mínimo de tres (ver recuadro). 

Son centros cuyos costos por paciente debieran oscilar entre los S/. 300 y S/. 600 para cumplir los mínimos necesarios, tal y como es el caso del Centro Juvenil de Ñaña, que es uno de los 5 mejores lugares especializados del país (y el único del Estado en esa lista, ver recuadro) y hasta recibe a estudiantes del extranjero para brindar capacitaciones. Otros centros especializados, sin embargo, son privados y no están al alcance de todos, llegando a cobrar entre US$ 70 a US$ 100 diarios. “Los centros de alto nivel en Lima son pocos, a diferencia de Santiago, en Chile, o Buenos Aires, en Argentina, porque resulta caro sostener a uno que reúna todas las condiciones”, apunta Rojas. “Si un centro de rehabilitación no cuenta con el equipo mínimo de tratamiento, mejor que ni atienda a los adictos”.

DROGA SEGMENTADA
La problemática de las drogas en el país no escapa a ningún sector socioeconómico. La diferencia está en el tipo de drogas consumidas. Según el especialista, mientras que para los sectores C, D y E las drogas consumidas más comunes son las de bajo costo (como la pasta básica de cocaína y, ante el abaratamiento por adulteración, la cocaína y la marihuana), en los sectores A y B las tendencias llevan también al ácido lisérgico y a drogas sintéticas como el éxtasis, cuyo costo varía entre los US$ 10 y US$ 30 dólares.

Y está el género: mientras para el hombre peruano las drogas más consumidas son, primero la marihuana, segunda la cocaína, luego las sintéticas y finalmente los medicamentos (antidepresivos, analgésicos, etc.), en las mujeres la adicción más frecuente es primero al alcohol, luego medicamentos y, de forma secundaria, la marihuana y cocaína. (Thor Morante)

FUENTE:
http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=996&idSTo=0&idA=56972&NL=1


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