Avelino Cáceres: A 180
años del nacimiento de El Brujo de los Andes.
Honor a Andrés Avelino
Cáceres. Tras resistir heroicamente a las tropas chilenas en la Guerra del
Pacífico, fue dos veces presidente del Perú.
SEMBLANZA. Formado en las armas, luchó por la democracia. |
Hace
pocos días se conmemoraron ciento ochenta años del nacimiento de Andrés
A. Cáceres uno de
los personajes más extraordinarios de la Historia del Perú, quien nació en
Ayacucho el 10 de noviembre de 1836, dos años después de Miguel
Grau, y veinte años de Francisco Bolognesi, de quien
acabamos de celebrar con fervor patriótico su primer bicentenario.
Soldado
desde muy joven y con gran experiencia profesional, Cáceres era prefecto del
Cusco cuando el 5 de abril de 1879 la declaratoria de guerra contra el Perú
acabaría de un zarpazo con el sueño integracionista americano de muchos de los
idealistas y despistados líderes políticos de la época. Aquel coronel de
cuarenta y dos años comenzaría su lucha en defensa de la patria en las arenas
de Tarapacá, llegando a vencer, al frente del glorioso batallón Zepita, a las
huestes del invasor en el pequeño villorrio de ese nombre, el 27 de noviembre
de ese año.
CAMPAÑA. A pesar de ser una victoria táctica con poca o nula
repercusión en el nivel operacional, tuvo, eso sí, un impacto formidable en el
éxito -dadas las circunstancias- del repliegue de nuestras fuerzas a Arica. En
efecto, el triunfo de Tarapacá contribuyó a mantener en alto la moral de
nuestras fuerzas que exhaustas y sin líneas de reaprovisionamiento logísticas
abiertas lograron sortear el infierno de arena del Tamarugal, tras un mes de
transitar ahí, y llegar al puerto sureño eludiendo así a un enemigo cómodamente
sostenido desde el mar con tropas y avituallamiento.
La
maniobra estratégica, dirigida por el general Buendía, comandante del ejército
del sur, nos dio una nueva oportunidad para buscar enfrentar al enemigo en
mejores condiciones, como obliga el Arte de la Guerra que predicasen Sun Tzu y
Maquiavelo. La ocasión llegó el 26 de mayo de 1880 en lo que se conoce como la
Batalla de Tacna o del Alto de la Alianza, donde Cáceres comandaría la Tercera
División del Ejército aliado, constituida por los batallones Cazadores del
Misti y Zepita, que mandaban los coroneles arequipeños Sebastián de Luna
Bustamante y Carlos Llosa y Llosa, respectivamente.
Ambos
jefes sucumbirían heroicamente al lado de su comandante de división, quien en
esa jornada, como en tantas otras, no llegó a ser alcanzado por las balas
enemigas. Desde el punto de vista estratégico militar, se puede considerar al
Alto de la Alianza como una batalla decisiva, donde se enfrentaron los tres
ejércitos regulares empeñados en las operaciones militares.
LA RESISTENCIA. El resultado adverso de la campaña
de Tacna y Arica sirvió para alimentar la tenacidad del coronel Cáceres, cuyo
ánimo inquebrantable lo llevaría, luego de la caída de Lima el 17 de enero de
1881, a internarse -aun con heridas de combate abiertas- en el Ande para
conducir lo que se conoce como la campaña de la Breña. A partir de ese momento,
su fama de patriota y de guerrero alcanzaría dimensiones siderales. El futuro
Gran Mariscal del Perú, tan querido en su tiempo y poco recordado hoy, bregó
día a día, año a año sin tregua y sin pausa, superando a todo y a todos.
Tras
cuatro años de guerra, la voluntad de lucha en muchos líderes nacionales como
Iglesias, Piérola, Montero y Canevaro había alcanzado su límite. El agotamiento
derrumbó espíritus y esperanzas, lo que es humanamente entendible y eso nada
tiene que ver con traición o cobardía, calificativos tan fáciles como
irreflexivos, a los que solemos recurrir al tratar aquellos complejos
episodios. Pero el llamado “Brujo de los Andes” simplemente fue superior a
todos ellos.
Siguió
guerreando hasta Huamachuco, donde vio morir a hombres tan valientes como el
general Pedro Silva o el capitán de navío Luis Germán Astete y a cientos de
soldados que habían seguido a su indómito “Taita” por toda la cordillera de los
Andes. Y quiso seguir combatiendo al enemigo, pero ya la paz se había firmado y
muchísimos hogares aclamaban por el fin de la contienda, para que volviesen a
casa padres, esposos e hijos a pesar del dolor de la desmembración territorial.
La
realidad, abrumadoramente adversa, se imponía haciendo materialmente imposible
organizar nuevas operaciones militares que tuviesen posibilidades de éxito. Por
ello es que cuando Cáceres alcanzó la Presidencia por primera vez, a pesar de
los naturales deseos de venganza que debieron embargarlo a él más que a nadie,
que había visto morir a tantos amigos y más aún a su hermano, el capitán Juan
Cáceres en Tarapacá, tuvo que priorizar su actuación política en la
recuperación del país ante un desolado panorama interno, antes que la revancha
contra el enemigo.
“El
Brujo de los Andes” fue presidente en dos oportunidades. Fundó el Partido
Constitucional, importante antecedente de los movimientos conservadores
-clasemedieros y populares- que hubo en el Perú en el siglo XX como la Unión
Revolucionaria (UR) o la Unión Nacional Odriísta (UNO).
El
presidente Cáceres orientó sus esfuerzos a levantar al país tras la infausta
contienda del Pacífico. Gracias a él se dieron importantes pasos en ese
sentido, como la firma del contrato Grace, que recuperó el crédito
internacional para el Perú. Por esta y por otras decisiones de gobierno, fue
duramente criticado y combatido por sus más encarnizados opositores políticos
que no fueron pocos, siempre temerosos o recelosos del aura alcanzada por quien
fuera el héroe de la resistencia física y moral del pueblo peruano.
CIFRA
10 de
noviembre de 1836, nace Cáceres en Ayacucho.
5 de
abril de 1879 Chile le declara la guerra al Perú.
FUENTE:
http://diariocorreo.pe/cultura/avelino-caceres-a-180-anos-del-nacimiento-de-el-brujo-de-los-andes-712482/
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