El
indulto de Kuczynski a Fujimori divide Perú.
La
familia del autócrata muestra su alegría mientras todo el antifujimorismo que
apoyó al presidente peruano estalla contra él.
Partidarios de Fujimori celebran el indulto a las puertas de la clínica donde está ingresado en Lima. MARTIN MEJIA AP |
El
jueves pasado, cuando Pedro Pablo Kuczynski (PPK) se libró de su destitución
gracias a 10 imprevistos votos de fujimoristas disidentes, muchos pensaron que
había detrás un pacto para indultar al autócrata. Pero el Gobierno peruano lo
negó rotundamente. Solo tres días después, la concesión del perdón presidencial
a Alberto Fujimori, el hombre más odiado –y más amado por muchos- de Perú
desató una enorme crisis política en la que hubo manifestaciones cerca del
domicilio del presidente y acusaciones de “traición a la patria” de personas
como Verónika Mendoza, líder de la izquierda y clave para el ascenso de
Kuczynski al poder.
Todo
fue una negociación secreta de alto nivel en la que se intercambió la salvación
del presidente por el indulto del autócrata. Kuczynski estaba a punto de ser
destituido por “incapacidad moral” por su implicación en el caso Odebrecht,
ya que una de sus empresas asesoró a la multinacional mientras él era ministro
de Economía. La maniobra para derribarlo fue diseñada por Keiko Fujimori, la
hija mayor del autócrata. Pero PPK, angustiado, puso a su gente a negociar a
dos bandas. Por un lado, sus ministros prometieron a los diputados fieles a la
izquierdista Mendoza que nunca se concedería el indulto y les pidieron apoyo
para evitar que el poder cayera en manos de los fujimoristas. Pero mientras
lograba así los 10 votos de Mendoza que necesitaba, por otro lado negociaba
otros 10 con Kenji Fujimori y otros fieles al patriarca, que lleva meses
presionando para salir de la cárcel en la que llevaba 12 años.
La
política peruana y la familia Fujimori son tan extrañas que su hija mayor,
Keiko, no quería el indulto, porque teme la salida de la cárcel su padre, aún
activo a sus 79 años. Keiko prefería echar a PPK, hacerse con el poder y luego
decidir desde allí qué hacer con su padre. Pero el hijo menor, Kenji,
parlamentario, se colocó del lado de su padre, que quería salir de prisión a
toda costa, y movió los 10 votos necesarios, rompiendo así el grupo liderado
por su hermana. Así salvó a PPK, que se libró por ocho votos de ser destituido.
Al
final, Kuczynski cumplió el pacto e indultó al patriarca en Nochebuena. Los
Fujimori, Keiko incluida, mostraron su alegría y comenzaron a buscar su
reconciliación familiar con su padre internado en una clínica, ya en libertad.
Pero la política peruana estalló por los aires y ahora PPK tendrá difícil
contar con alguien más que no sean los propios Fujimori con los que acordó su
salvación.
Mientras
políticos y seguidores fujimoristas celebraban la decisión en las redes
sociales y afuera de la clínica donde estaba su líder, miles de personas se
congregaron en la plaza San Martín –del centro de la capital– para protestar
contra el engaño de PPK. Unas 500 personas llegaron a la esquina de la casa de
Kuczynski y la policía cargó violentamente contra ellos, en una calle cerrada
el grupo más grande recibió gas lacrimógeno y varazos. Tanto en Lima como en
las regiones había convocadas varias manifestaciones.
“Lo
que acaba de hacer es una vil traición a la patria. A cambio de salvar su
pellejo ha negociado con el fujimorismo un indulto infame al corrupto y
asesino. Una vez más ha actuado como un vendepatria” escribió la izquierdista
Mendoza en las redes sociales. Ella fue clave para la victoria de PPK por solo
40.000 votos, porque pidió a sus fieles –logró el 20% de apoyos en primera
vuelta de las presidenciales y estuvo a punto de entrar en la segunda- que
votaran a PPK para evitar que ganara Keiko. Fue el antifujimorismo el que le
hizo presidente, y por eso ese mundo se sintió especialmente traicionado. Rosa
María Palacios, una periodista que incluso ensayó debates con PPK para ayudarle
a ganar, escribió indignada: “Qué buen show armó PPK. Pero por respeto a los
actores habría que decir que solo es un vulgar mentiroso. Solo eso queda de
él”. “Es el mismo negociado de siempre, a puertas cerradas, con flagrante
alevosía se ha hecho insultando a todas las víctimas de uno de los regímenes
más nefastos de nuestra historia", señalaba Fernando Loayza, un
manifestante cerca del domicilio del presidente.
A
partir de ahora PPK ya no podrá apoyarse más en el antifujimorismo, tendrá que
buscar a los Fujimori como aliados. Incluso la pequeña bancada de Peruanos por
el Kambio (PPK), el partido de Kuczynski, se dividió. Gilbert Violeta, uno de
los congresistas, apoyó la medida, que algunos pedían hace meses para calmar a
los fujimoristas y evitar la inestabilidad. La medida “se adoptó con liderazgo
y autoridad, y en el marco de una facultad constitucional exclusiva del
presidente Pedro Pablo Kuczynski”, dijo Violeta.
Pero
Alberto de Belaúnde y Vicente Zevallos, otros dos parlamentarios de PPK,
anunciaron que el martes formalizarán su retiro de la bancada. “No coincido con
la determinación tomada por el presidente Kuczynski, no encaja con mis
convicciones políticas”, afirmó Zevallos al diario El Comercio.
Kuczynski
informó de su decisión a los congresistas oficialistas al final de la tarde del
domingo 24, durante una suerte de reunión navideña en Palacio de Gobierno con
todo su gabinete. Algunos podrían dimitir en las próximas horas. PPK se ha
salvado y ahora puede contar con una agresividad mucho menor de los
fujimoristas, al menos de momento. El tiempo dirá si el precio que ha pagado ha
sido demasiado alto.
DUDAS SOBRE LA
ENFERMEDAD DEL AUTÓCRATA
El Gobierno insiste en
que el indulto se da por motivos humanitarios. Pero uno de los oncólogos
peruanos con mayor experiencia en Estados Unidos, Elmer Huerta, director del
preventorio del cáncer en el Instituto de Cáncer del Washington Hospital
Center, cuestionó la mañana del lunes la recomendación de indulto de la junta
médica. “No hay estudios que indiquen que el encierro carcelario haga que el
cáncer regrese. Desde un punto de vista médico, este indulto no tiene
justificación. El señor Fujimori padece enfermedades de cualquier persona de su
edad”, aseguró el médico, uno de los profesionales pioneros en programas
radiales de salud.
El abogado penalista
Luis Lamas Puccio comentó que quienes se oponen al indulto pueden acudir a la
Corte Interamericana de Derechos Humanos y ellos pueden ordenar revertir la
decisión. “Teóricamente, si esto sucede, Alberto Fujimori regresaría a la
cárcel”, anotó.
El abogado de las
víctimas de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), Carlos
Rivera, anunció que iniciarán acciones legales a nivel nacional, para impugnar
el indulto, pero no si no progresaran, acudirán a instancias internacionales.
Ambas masacres fueron cometidas por el Grupo Colina, un destacamento del
Ejército creado por el Gobierno de Fujimori, y que realizó ejecuciones
extrajudiciales que se hacían pasar por operaciones contrasubversivas.
La Corte
Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) emitió resoluciones a favor de
las víctimas de Barrios Altos y La Cantuta, que el Estado peruano debe cumplir.
La jurisprudencia de
dicha instancia supranacional indica que los Estados “deben abstenerse de
recurrir a figuras como la amnistía, el indulto y el establecimiento de
excluyentes de responsabilidad, así como medidas que pretendan impedir la
persecución penal o suprimir los efectos de una sentencia condenatoria”.
Kuczynski indultó y
además otorgó el “derecho de gracia”, que anula la posibilidad de realizar
juicios orales pendientes contra Fujimori, como la matanza de Pativilca,
cometida también por el Grupo Colina en 1992 contra seis personas.
FUENTE: https://elpais.com/internacional/2017/12/25/america/1514226251_340721.html
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