Fujimori dijo que este juicio constituye una infame paradoja: quien libró al Perú del terrorismo y la inestabilidad, está ahora en el banquillo acusado por asesino.
El ex presidente Alberto Fujimori dedicó su último discurso en el juicio por violación de los derechos humanos a acusar a la fiscalía de basar sus argumentos en el odio y afirmó que más allá de la sentencia, que se conocerá el martes próximo, confía en el veredicto del pueblo.
Apelando a la lógica, Fujimori aseguró que la Fiscalíaha armado un "tinglado" de acusaciones, algo que, dijo, solo "ha probado hasta la saciedad la inconsistencia de sus acusaciones", por las que la fiscalía ha pedido para él 30 años de cárcel.
Con la voz firme y en ocasiones armado de una irónica sonrisa, Fujimori manifestó que las acusaciones de la Fiscalíase basan en el "odio político" no solo contra él sino "contra el fujimorismo", en referencia al movimiento político que encabeza actualmente su hija Keiko.
A Fujimori se le acusa de ser "autor mediato" (el poder detrás de la cadena de mando en las operaciones antiterroristas) del asesinato de 25 personas en Barrios Altos (1991) y La Cantuta(1992), así como del secuestro de un periodista y un empresario tras el "autogolpe" de Estado de 1992.
En el juicio reiteró que nunca dio órdenes al grupo militar encubierto Colina, el autor material de las matanzas, "en un escenario supuestamente paralelo, en aplicación de una guerra sucia".
"Nunca necesité recurrir a nada sucio salvo mis zapatos y mis blue jeans con los que recorrí todo el Perú", dijo en tono irónico.
Además, Fujimori se quejó de ser el único ex presidente sentado en el banquillo por las matanzas cometidas durante su régimen, cuando sus antecesores, el hoy de nuevo presidente Alan García (1985-1990) y el fallecido Fernando Belaúnde (1980-1985), no han respondido ante la justicia por crímenes similares.
"¿Qué diferencia hay? ¿Por qué Alan García y Fernando Belaúnde son inocentes y Alberto Fujimori es culpable?", se preguntó.
En sus palabras finales, Fujimori puntualizó que "este juicio, además de su importancia histórica, constituye una infame paradoja: quien libró al Perú del terrorismo y la inestabilidad, está ahora en el banquillo acusado por asesino", acotó el acusado.
Fujimori alertó que si es condenado, los terroristas se sentirán satisfechos y quedará "una gran herida abierta", aunque concluyó que sea cual sea la sentencia le importa más "el gran veredicto del pueblo", que, según él, le reconoce en particular su derrota del terrorismo y la estabilización económica.
Finalizado su alegato, el presidente de la Salaremarcó que el juicio es de carácter jurídico, tras anunciar que la sentencia será emitida el martes próximo, "guste a quien le guste y pese a quien le pese".
Aclaró que la sentencia no puede atribuirse a presiones de ningún tipo e hizo público que el 11 de mayo se dará inicio al siguiente proceso a Fujimori por un caso de corrupción.
Keiko Fujimori, hija del acusado, y el abogado defensor César Nakazaki se quejaron ante la prensa por la aparente premura en la emisión de la sentencia.
Ambos consideraron que al fijar el anuncio de la sentencia para el martes día 7 el tribunal tiene poco tiempo para analizar los argumentos de la defensa ni el alegato final del ex mandatario.
El ex presidente Alberto Fujimori dedicó su último discurso en el juicio por violación de los derechos humanos a acusar a la fiscalía de basar sus argumentos en el odio y afirmó que más allá de la sentencia, que se conocerá el martes próximo, confía en el veredicto del pueblo.
Apelando a la lógica, Fujimori aseguró que la Fiscalíaha armado un "tinglado" de acusaciones, algo que, dijo, solo "ha probado hasta la saciedad la inconsistencia de sus acusaciones", por las que la fiscalía ha pedido para él 30 años de cárcel.
Con la voz firme y en ocasiones armado de una irónica sonrisa, Fujimori manifestó que las acusaciones de la Fiscalíase basan en el "odio político" no solo contra él sino "contra el fujimorismo", en referencia al movimiento político que encabeza actualmente su hija Keiko.
A Fujimori se le acusa de ser "autor mediato" (el poder detrás de la cadena de mando en las operaciones antiterroristas) del asesinato de 25 personas en Barrios Altos (1991) y La Cantuta(1992), así como del secuestro de un periodista y un empresario tras el "autogolpe" de Estado de 1992.
En el juicio reiteró que nunca dio órdenes al grupo militar encubierto Colina, el autor material de las matanzas, "en un escenario supuestamente paralelo, en aplicación de una guerra sucia".
"Nunca necesité recurrir a nada sucio salvo mis zapatos y mis blue jeans con los que recorrí todo el Perú", dijo en tono irónico.
Además, Fujimori se quejó de ser el único ex presidente sentado en el banquillo por las matanzas cometidas durante su régimen, cuando sus antecesores, el hoy de nuevo presidente Alan García (1985-1990) y el fallecido Fernando Belaúnde (1980-1985), no han respondido ante la justicia por crímenes similares.
"¿Qué diferencia hay? ¿Por qué Alan García y Fernando Belaúnde son inocentes y Alberto Fujimori es culpable?", se preguntó.
En sus palabras finales, Fujimori puntualizó que "este juicio, además de su importancia histórica, constituye una infame paradoja: quien libró al Perú del terrorismo y la inestabilidad, está ahora en el banquillo acusado por asesino", acotó el acusado.
Fujimori alertó que si es condenado, los terroristas se sentirán satisfechos y quedará "una gran herida abierta", aunque concluyó que sea cual sea la sentencia le importa más "el gran veredicto del pueblo", que, según él, le reconoce en particular su derrota del terrorismo y la estabilización económica.
Finalizado su alegato, el presidente de la Salaremarcó que el juicio es de carácter jurídico, tras anunciar que la sentencia será emitida el martes próximo, "guste a quien le guste y pese a quien le pese".
Aclaró que la sentencia no puede atribuirse a presiones de ningún tipo e hizo público que el 11 de mayo se dará inicio al siguiente proceso a Fujimori por un caso de corrupción.
Keiko Fujimori, hija del acusado, y el abogado defensor César Nakazaki se quejaron ante la prensa por la aparente premura en la emisión de la sentencia.
Ambos consideraron que al fijar el anuncio de la sentencia para el martes día 7 el tribunal tiene poco tiempo para analizar los argumentos de la defensa ni el alegato final del ex mandatario.
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