Cuando
Haya Fue Uruguayo.
En
1954, cuando Odría le retiró la nacionalidad peruana al líder del APRA, Uruguay
le dio un pasaporte. Ese mismo año, Haya de la Torre presidió un cónclave en
Montevideo.
Congreso de Desterrados Apristas en Montevideo, junio de 1954. VRHT junto con Víctor Raúl Montesinos, Absalón Pavón, Alberto Valencia, Carlos Braund y Reinaldo Mereier. |
Cuando
la Corte Internacional de La Haya falló por segunda vez a favor de Haya de la
Torre, en 1951, Odría no quiso ejecutar la sentencia. La corte había
desestimado el argumento que pretendía encarcelar al líder aprista por delitos
comunes como narcoterrorismo. Y sin embargo, la dictadura evitó allanarse por
tres años más. Recién en 1954 Haya obtuvo el salvoconducto para salir del país.
Y así llegó a su fin la larga temporada (1949-1954) que el ‘Señor Asilo’ —como
se le llegó a conocer a Haya— había vivido en la Embajada de Colombia en Lima.
Pero la persecución no había terminado.
Odría
se dio el gusto de “expulsar” simbólicamente a Haya del país y sellar su
pasaporte, por resolución suprema, con la frase “indigno de ostentar la
nacionalidad peruana”. De esta manera Haya se convertiría en uno de los tres
peruanos a quienes le despojan la nacionalidad (posteriormente la dictadura de
Velasco haría lo propio con Manuel D’Ornellas y Eudocio Ravines).
En
ese trance, Uruguay, generosamente, le extiendió un pasaporte. Haya salió del
Perú el 7 de abril de 1954 deportado a México. Pero ese mismo año iría a
Uruguay.
“Lo
instamos (a Haya) a promover una reunión de proscritos”, dice Luis Alberto
Sánchez en sus memorias. “Víctor Raúl escogió Montevideo. A Montevideo
partimos, como los creyentes a la Meca, desterrados de Santiago, Buenos Aires,
La Plata, Valparaíso, Concepción y La Paz.”
LAS enseñó en Montevideo en exilio. |
Como
cuenta Nelson Manrique en ¡Usted fue aprista! (Fondo Ed. PUCP-CLACSO,
2009), “los aspectos prácticos del viaje de Haya de la Torre a Montevideo
fueron preparados por Ezequiel Ramírez Novoa, un exiliado aprista que había
logrado cultivar buenas relaciones sociales que llegaban hasta al presidente
Batlle y tenía una columna editorial en un importante diario uruguayo. Ramírez
Novoa consiguió que el gobierno invitara a Haya y hasta logró una entrevista
con el propio presidente.” Manuel Seoane, quien acababa de casarse, llegó a
Montevideo con su señora desde Chile. Y, según algunas fuentes, con su carta de
renuncia en el gabán. La relación entre Haya y Seoane estaba a punto de
quebrarse del todo. La intervención de Hugo Fernández Artucio, del Partido
Colorado, habría sido clave. Fernández, que era masón, los convocó a una
reunión y apeló a la logia uruguaya para amistarlos. Según Manrique —citando a
Luis Chanduví Torres— Luis Barrios también se arrogó el haber convencido a
Seoane de no renunciar.
Muchos
años antes del aquel cónclave, la influencia de Haya de la Torre ya se
había dejado sentir en el movimiento estudiantil reformista. En 1920 Haya viajó
junto a Gabriel del Mazo —presidentes de las federaciones estudiantiles de Perú
y Argentina, respectivamente— por todo Uruguay. Gonzalo Muñoz Montoro,
dirigente estudiantil uruguayo, lo despidió con la frase: estudióme
peregrino, guarda tu esperanza. Por cierto, una avenida con el nombre del líder
aprista aún sobrevive en Montevideo. Años después, Haya tuvo un choque con dos
pensadores uruguayos —los izquierdistas Carlos Deambrosis y Carlos Quijano— en
el célebre Primer Congreso Antiimperialista Mundial en Bruselas, en febrero de
1927. Al año siguiente, en 1928, Deambrosis Martins escribió el ensayo La
expulsión de Haya de la Torre de Guatemala. (CC)
FUENTE:
http://caretas.pe/politica/85046-cuando_haya_fue_uruguayo
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