¿Por
qué en Colombia sí y en Siria no?
Puede
haber semejanzas, pero las diferencias de fondo entre ambos conflictos son
inmensas
Diego Garcia-Sayan (autor del artículo) fue Presidente de Corte Interamericana de Derechos Humanos, período 2010-2014, y nuestro Director Ejecutivo, Carlos Alfredo Cárdenas Borja |
El
sentido común de mucha gente —que ve a la distancia la guerra en Siria— se
pregunta si luego de tantos años de guerra interna el Gobierno
de Colombia y la guerrilla de las FARC llegaron a un acuerdo de paz, ¿por qué en Siria no? Hay, por cierto,
algunos elementos en común; como los habría, a fin de cuentas, entre la mayoría
de conflictos armados internos.
Así,
a diferencia de los conflictos armados internacionales contemporáneos, en
guerras internas de esta naturaleza es la población civil a quien se le hace
pagar la mayor cuota de sacrificio. Colombia: más de 200.000 muertos y al menos
seis millones de desplazados. Siria: desde que se inició el conflicto en el
2010 se registran más de 400.000 muertos y no menos de cinco millones de
refugiados.
Podría
haber otros puntos de semejanza, pero las diferencias de fondo entre ambos
conflictos son, en realidad, tan inmensas que es obvio que es irreal proyectar
hacia Siria lo que podríamos llamar el “modelo colombiano”. Si bien son
múltiples las razones para llegar a esa conclusión, destacan tres.
En
primer lugar, el factor religioso y étnico que opera como atizador de un
conflicto particularmente intenso que es “político” sólo en un sentido muy
amplio. El ISIS, como la expresión más radical y extremista de los sunitas, es
la punta del iceberg más simple de una conflagración en la que están presentes
otras variantes del Islam y —con sus propios objetivos— la reivindicación
étnica kurda. Pero el factor “gatillador” —inimaginable en América Latina— son
ISIS y el Ejército de la Conquista, brazo de Al Qaeda en Siria. Sus agendas, en
esencia, son “no negociables”.
Esta
variante ultra radical del sunismo wahabita busca barrer a sangre y fuego con
lo que se les enfrente y construir una sociedad con reglas y formas de
ejercicio del poder vertical e inclemente en el ejercicio de la autoridad.
Distinto, por cierto, del discurso de las tradicionales guerrillas
latinoamericanas; ausente lo religioso y más bien presente el de la reforma —o
revolución— social y, en el fondo, el reclamo de inclusión.
En
segundo lugar, el involucramiento directo de Rusia y Estados Unidos. Si bien coinciden
—por lo menos en apariencia— en que el ISIS y el Ejército de la Conquista son
un “enemigo principal” a abatir, en los hechos cada cual mantiene sus propias
prioridades y referentes locales (que se matan entre sí). Dinámica aún muy
lejana, pues, de una hipotética alianza que en algún momento pudiera llevar a
que armen juntos una “mesa de negociaciones” entre todos los coincidentes en
arrinconar al “enemigo principal”.
En
tercer lugar: casi toda la región está metida en la guerra en Siria; y ella
tiene efecto directo en la propia región; para empezar, con más de cuatro
millones de refugiados. “Muchas manos en un plato hacen garabato”, como dice el
refrán. Y en ese “garabato” varios actores participando en el conflicto y
jalando agua para su molino: Turquía (combatiendo a los kurdos y, en menor
medida, al ISIS), Arabia Saudí (apoyando a sus yihadistas) e Irán (auxiliando a
Assad y sus propios yihadistas). Tal “garabato” no apuntala precisamente a
salidas negociadas.
Todas
las guerras en algún momento terminan. Pero nada hay en el plano militar que
permita suponer que puede haber por ahora una definición, salvo más muertos,
desplazados y refugiados. Acaso en algún momento podría haber algún alto al
fuego que funcione entre el régimen de Assad y las milicias opositoras, pero
sin una supervisión internacional su cumplimiento sería escurridizo. Mucho más
difícil para que en medio de ese gran desorden se encuentre por ahora
condiciones para una salida negociada entre todos los que se oponen al ISIS o
Al Qaeda.
DIEGO GARCÍA-SAYAN
9 SEP 2016
FUENTE:
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/09/actualidad/1473380592_784700.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario