sábado, 6 de septiembre de 2014

El regreso de Cesar Vallejo. Debate. La difusión del último deseo del autor de Los heraldos negros de descansar en el Perú enciende la polémica entre quienes piden respetar su última voluntad y aquellos que consideran que su tumba parisina es la mejor opción.

El regreso de Cesar Vallejo. 
Debate. La difusión del último deseo del autor de Los heraldos negros de descansar en el Perú enciende la polémica entre quienes piden respetar su última voluntad y aquellos que consideran que su tumba parisina es la mejor opción.
César Vallejo murió en París, con aguacero. Lejos de una Lima de la que siempre fue crítico, pero que estuvo siempre sutil y constante en su obra. Una Lima que parecía distante de sus últimos días, o por lo menos eso pensamos siempre.

“Pablo Neruda me dijo que no hay que dejar a César Vallejo estar rodeado de muertos que solo hablan en francés”. Arturo Corcuera, poeta.

“El último deseo del poeta César Vallejo fue ser enterrado en el Perú”, afirma el escritor e investigador Reynaldo Naranjo, basado en un cable enviado por nuestra embajada en aquella época y descubierto recientemente por el especialista.
Los cables en cuestión son firmados por Mour Tábara, un funcionario de la embajada y amigo íntimo del poeta, quien en comunicación oficial señalaba el deseo del poeta de que su cuerpo terminara en el Perú. Sin embargo, sus restos fueron sepultados en Francia.
“Al contar con un documento oficial sobre las últimas intenciones de Vallejo, se necesitaría que algún familiar de Vallejo pida la repatriación de los restos del poeta más importante del Perú”, sostiene Naranjo, encendiendo el debate.
Esta es una iniciativa que se discutió en el pasado, aunque hoy podría tener más fuerza y repercusión. Y ante esta posibilidad, diferentes escritores y poetas se plantean la pregunta: ¿Deberían traer los restos del poeta?
Honras al vate
El reconocido Marco Martos, autor de El mar de las tinieblas y Biblioteca del mar, considera que siempre se armará la polémica al momento de intentar descubrir la verdad oculta tras la voluntad del poeta, al que define como “uno de los peruanos más representativos de todos los tiempos y el poeta más importante de la lengua castellana desde Quevedo y Góngora”.
“Hay una controversia sobre lo que quería Vallejo para sí mismo después de muerto y, sin entrar en ella, considero que hay muchas y mejores formas de honrar su memoria, caminos en los que muchos estamos empeñados”.
A la par, Martos sostiene que el estado actual de los grandes cementerios de la capital no es el adecuado para albergar a la figura de Vallejo, incluyendo a los camposantos más grandes y con mayor peso histórico.
“Hace poco visité el Cementerio Presbítero Maestro, donde se organizan visitas nocturnas guiadas. Pero fui de día y pude ver la magnitud del enorme descuido de las autoridades. No me gustaría que esté ahí la tumba de Vallejo”.
Nostalgia y deber
“El papel lo aguanta todo y, en mi modesta opinión, aquel supuesto último o secreto deseo de retornar al Perú pudo ser tan solo un lapsus nostálgico”, sostiene Karina Valcárcel, novel poeta que tiene en su haber publicaciones como Los abrazos largos y Variaciones y otros te[a]mores.
En esa línea, recordó que fue en París donde forjó valiosos lazos de amistad con Huidobro, con Tzara, con Neruda; así como el lugar donde conoció a Georgette, el punto de partida de sus viajes por Europa y el punto final en la historia de su vida.
“Muchas veces se está más cerca de la poesía desde ese estado de inconformidad, que desde los laureles y reconocimientos, los monumentos y homenajes al papel impreso, a los huesos, al polvo”.
Valcárcel sostiene finalmente que es mejor evitarse los dramas, y recalca que la Lima actual no sería lo más idóneo para la figura del descanso eterno. “ Y sin ahondar en la posibilidad de que desde Santiago de Chuco exigirían la reubicación de lo que quede del cadáver”.
Por su parte, Rubén Quiroz, poeta chalaco, resalta, antes que nada, la importancia de Vallejo para la poesía mundial, sobre todo su valor para nosotros, como nación. “Siempre fue y será un símbolo nacional que aglutina culturalmente lo mejor del país, pero también el olvido”, reflexiona.
Quiroz, sin embargo, se encuentra a favor de un movimiento que permite el retorno del creador de Los heraldos negros. “El Estado, por definición, debe salvaguardar los intereses de sus ciudadanos. En ese sentido, tiene que encabezar la repatriación de uno de los peruanos más ilustres”.
Neruda y los genios
“Deberíamos ahorrarnos la complicidad burocrática y las discusiones con la familia que acarrearían iniciativas como estas, que intentan traer sus restos. Al fin y al cabo, hoy está en una tierra de grandes pensadores, debe quedarse con los genios”, apunta Arturo Corcuera, gran figura de las letras peruanas, autor de Noé delirante.
Señala, además, que es un personaje de fama mundial al que Lima le queda pequeña al momento de hablar de reconocimientos y tributos.
Aunque al discutir del tema, sin duda, recuerda una conversación que se efectuó hace años con otro grande como Pablo Neruda.
“Una tarde, hace muchos años, Neruda me dijo que habría que traer de vuelta a Vallejo. Su razón para esta idea fue tan memorable que todavía la recuerdo cada vez que lo leo o me hablan de Vallejo: ‘No hay que dejarlo estar rodeado de muertos que solo hablan en francés’”. (Luis M. Santa Cruz)
datos
En 1970, la viuda de César Vallejo, Georgette Marie Philippart Travers, trasladó los restos del poeta al cementerio de Montparnasse de París.
Antes estuvo en el cementerio Montrouge, por 32 años, en un nicho de la familia Philippart.

FUENTE: http://www.elperuano.com.pe/edicion/noticia-el-regreso-vallejo-21652.aspx#.VAui6fl5O0l

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