miércoles, 31 de mayo de 2017

"La pistola no me cabía en las manos, pero con ella yo me creía Superman": el preocupante aumento de los menores que matan en América Latina

"La pistola no me cabía en las manos, pero con ella yo me creía Superman": el preocupante aumento de los menores que matan en América Latina
UNICEF propone un enfoque equilibrado y no caer en la criminalización de la juventud
 
A uno le tocó morir "en su propia ley", un ajuste de cuentas; otro vive con la culpa de haberle disparado al que fue su mejor amigo y el último se convirtió en un líder que lucha para salvar a otros niños y adolescentes de caer en los campos de entrenamiento del crimen organizado.
Son historias como las de tantos otros chicos en el continente a los que les tocó conocer la droga, las armas y la muerte muy jóvenes.
Muchachos con menos de 18 años, la mayoría con familias desestructuradas, violencia en sus casas, bandas criminales alrededor y difíciles condiciones socioeconómicas.
Algunos de ellos jalaron el gatillo por primera vez cuando apenas tenían 13 años y otros conocieron una celda antes de cumplir 15.
Son pandilleros, asaltantes o sicarios baratos que el crimen organizado usa como materia desechable.
Todos son parte de un fenómeno que crece y preocupa en América Latina: los menores que matan.

Los reportes gubernamentales y de organizaciones como el Banco Mundial y Naciones Unidas coinciden: hay más menores de edad acusados de delitos graves como asesinatos en países como Argentina, El Salvador, Honduras, México o Uruguay.
Y el problema también está presente en otros como Colombia, Guatemala, Panamá o Perú.


El asesor regional de protección de UNICEF, José Bergua, explicó a BBC Mundo que existe una "preocupación legítima y razonable" ante el incremento de la delincuencia juvenil.
Sin embargo añadió que no se deben sobredimensionar estos casos y mucho menos criminalizar a los jóvenes.
"Creemos que hay que tener una discusión equilibrada y no ser catastróficos. No proponemos que se los trate con guante de seda, pero son personas en desarrollo con posibilidades de reinserción", señaló Bergua.
Y como apunta, hay historias con finales terribles, pero también otras que demuestran que existe una salida al difícil laberinto de la violencia.
Como muestra de la gravedad de esta problemática, en BBC Mundo te contamos algunas de ellas.
Argentina: el Peti
El 1 de mayo le pegaron tres balazos. El fatal entró por su rostro e impactó en la médula espinal. Llegó con signos vitales al hospital, pero no resistió.
Así relataron los medios argentinos la muerte de Leandro Ojeda, mejor conocido en las villas que rodean a Buenos Aires como el Peti.
Tenía 17 años. Fue un ajuste de cuentas.
A pesar de su corta edad, los medios de su país lo bautizaron como "el chico que no podía dejar de matar" y en la policía bonaerense decían que "tenía el demonio por dentro".

A El periódico argentino Clarín contó que empezó asaltando buses a los 13 años y a esa edad conoció lo que era matar.
La primera vez que fue detenido tenía 14; lo encontraron con una pistola calibre 22 y 10 balas.
A los 15 años, "Peti" ya tenía 40 cargos judiciales. Cuando falleció lo responsabilizaban de al menos 10 muertes.
El diario Perfil publicó que, según una investigación preliminar de la División Homicidios de la Policía Federal, su muerte hizo parte de una red de venganzas.
"Al hablar de un chico de 17 años que mata desde los 13 y terminó asesinado, hay que hacer una valoración que intente explicar cómo fue que ese adolescente llegó a ese punto", le dice a BBC Mundo Sergio Dima, periodista que cubre asuntos policiales en Clarín y que siguió el caso del Peti.
"Hay que interrogarse sobre la vida que tuvo, cómo creció, qué acceso tuvo a derechos como la educación, la salud, la vivienda".
No proponemos que se los trate con guante de seda, pero son personas en desarrollo con posibilidades de reinserción".
José Bergua, asesor regional de protección de UNICEF
Dima señala que, al igual que el Peti, muchos otros muchachos de las periferias bonaerenses "crecen en asentamientos o villas de emergencia, en medio del desamparo absoluto, inmersos en una pobreza y una violencia que pocos conocen realmente".
A pesar de los intentos de BBC Mundo, en la Policía Federal y dos comisarías de Buenos Aires no quisieron referirse al caso del Peti alegando desconocimiento del tema o imposibilidad de brindar declaraciones de prensa.
El censo penal elaborado por el ministerio de Justicia argentino señala que en 2014 se reportaron 255 detenciones de menores por asesinatos y homicidios y 73 por intentos de asesinato.
La cifra en 2012 era de 181.
En 2014, 1.142 menores de edad fueron recluidos por estar involucrados en delitos graves. Dos años antes fueron 873.
"Las villas están llenas de chicos como el Peti, pero nadie parece advertirlo. Nadie está pensando en como lograr que esos adolescentes puedan proyectarse y tener otra esperanza, otra forma de pelearla que no sea empuñando un arma", concluye el periodista.
Las villas de la periferia bonaerense son escenario de asaltos y microtráfico de drogas
Honduras: Cecilio
Hace un mes falleció el mejor amigo de Cecilio Torres.
Había quedado parapléjico por un disparo hace siete años y esa misma bala incrustada en su cuerpo terminó provocándole un cáncer fatal.
Cecilio Torres fue quien le disparó. Sucedió en el municipio de Choloma, en el noroeste de Honduras, una región con niveles elevados de pobreza y fuerte presencia de pandillas y tráfico de drogas.
"Teníamos menos de 17 años. Yo lo dejé inválido porque él me quería cobrar algo. Eran problemas de narcotráfico", recuerda Torres en entrevista con BBC Mundo.
los 12 años, Cecilio compró su primer arma, una calibre 45 que pagó con lo que juntó vendiendo droga en los barrios de Choloma.
La policía hondureña controla escuelas y barrios con la presencia de pandillas.
"La pistola no me cabía en las manos, pero con ella yo me creía Superman. En ese momento lo que más quería era ganarme el respeto en las calles", relata.
Torres pensaba en aquel entonces que el respeto se lo ganaba a punta de plomo, asaltos, y traficando y consumiendo sustancias prohibidas.
La madre de Cecilio lo echó de su casa y lo más cercano a una familia que tuvo en su adolescencia fueron las pandillas con las que aprendió a disparar, robar y traficar con drogas.
Conoció la cárcel a los 15 años y tenía que vivir escondiéndose porque grupos de narcotraficantes enemigos lo buscaban para matarlo, como lo habian hecho con sus amigos.
"Cuando me escapé de la prisión quise volver a lo mismo, pero todos los de mi grupo estaban muertos. Yo deseaba volverme invisible porque también me buscaban a mí", recuerda.

"Es más barato un balón de fútbol que un ataúd", es uno de los mensajes de los niños que participan en las actividades de Jóvenes contra la violencia.
Más de uno pensaría que la historia de Cecilio concluiría como la del "Peti", pero Cecilio encontró un camino distinto.
Ahora, con casi 24 años, dirige una escuela de danzas folclóricas y es árbitro de fútbol aficionado.
Intenta, con el baile y los deportes como aliados, evitar que otros jóvenes de su ciudad pasen por su experiencia.
"Mi ciudad sigue siendo una de las más calientes (peligrosas) por las pandillas y el narcotráfico, por eso quiero ayudar. Yo tengo que vivir tratando de perdonarme por las cosas que hice y eso no se lo deseo a los más jóvenes", señala Cecilio Torres.
No exagera. Y no sólo es un problema del municipio de Choloma.
Cuando me escapé de la prisión quise volver a lo mismo, pero todos los de mi grupo estaban muertos. Yo deseaba volverme invisible porque también me buscaban a mí".
Cecilio Torres, extraficante de drogas y expandillero, ahora profesor de danzas en Honduras.
Un informe del Centro Electrónico de Documentación e Información Judicial (CEDIJ) de la Corte Suprema de Justicia de Honduras señala que entre 2009 y 2014 la cifra de menores de 12 a 18 años con acciones judiciales en su contra ha aumentado significativamente.
Los niños y jóvenes representan entre el 10% y 12% de todas las detenciones.
Los menores son utilizados para cometer los delitos más graves como son el sicariato, la extorsión, el narcomenudeo y el robo de autos.
Entre el 1 de enero de 2009 y el 25 de octubre de 2013 se registraron acciones judiciales contra 6.835 menores entre los 12 a 18 años en los Juzgados de Letras de la Niñez y Adolescencia por delitos que van desde el asesinato hasta el asalto.
México: Carlos
"En México ya existen centros de entrenamiento para menores", relata a BBC Mundo Carlos Cruz, un expandillero que ahora dirige la organización Cauce Ciudadano, que ayuda a muchachos que salieron de circuitos de violencia en su país.
No exagera. El crimen organizado que opera en diversos puntos del Estado mexicano aprovecha las protecciones legales que gozan los menores y por ello los utiliza para la comisión de delitos.
Y el problema no es sólo de México. Estas bandas criminales extendieron su alcance hacia otros países y también "reclutan" niños y adolescentes en Guatemala y El Salvador.
"Nos involucran desde muy pequeños en pandillas y en el tráfico de sustancias. En mi grupo éramos 23 cuando teníamos 13 años y sólo tres llegamos vivos a los 17 años", relata Cruz.

Carlos se salvó de lo que él llama "una estrategia paramilitar para aprovecharse de los niños" y ahora trabaja para salvar a otros.
No es fácil. En 2015, una comisión especial guatemalteca denunció que las bandas criminales mexicanas se aprovechan de menores para tres fines: comisión de delitos, explotación laboral y explotación sexual.
4.000 menores no acompañados fueron repatriados de México a Guatemala en 2014 y sólo en el primer semestre de 2015 esa cifra aumentó.
Muchos de estos niños y adolescentes fueron cooptados, engañados o secuestrados por el crimen organizado.
Una vez en manos de las bandas o pandillas, primero aprenden a ser "correos" del narcomenudeo, después empiezan a asaltar y finalmente son entrenados para ser sicarios.
Aunque suene difícil de creer, los reportes policiales y testimonios tomados en las cárceles revelan que todo ese aprendizaje puede empezar desde los seis años y culminar antes de los 13.
Nos involucran desde muy pequeños en pandillas y en el tráfico de sustancias. En mi grupo éramos 23 cuando teníamos 13 años y sólo tres llegamos vivos a los 17 años"
Carlos Cruz, ex pandillero mexicano y ahora líder de la organización Cauce Ciudadano.
El censo nacional de justicia estatal de 2015 realizado en México señala que casi 45.000 adolescentes son investigados en relación con delitos del fuero común.
Además, unos 5.000 jóvenes están presos por la comisión de delitos graves, de los cuales el 22% lo están por asesinato y homicidio.
El Comité de los Derechos de los Niños de Naciones Unidas es otra de las organizaciones que, al igual que Cauce Ciudadano, señala que uno de los factores que incide en estas cifras es el reclutamiento de menores en México por parte de la delincuencia organizada.
En México hay niños que crecen rodeados de organizaciones armadas y pandillas.
Una encuesta en centros de internamiento para adolescentes en conflicto con la ley realizada por la investigadora Elena Azaola para UNICEF y el gobierno mexicano, revela que en las colonias o barrios donde estos muchachos crecieron era fácil conseguir drogas y armas.
Además, 25% de los menores señalaron que en sus barrios existían muchas pandillas y en el 39% de los casos los jóvenes señalaron influencia de su entorno para la comisión de delitos.

El coordinador de Cauce Ciudadano señala que el crimen organizado ha potenciado sus estrategias para cooptar menores por las políticas de criminalización y "guerra contra el narcotráfico" implementadas en México desde 2006.
"América Latina tiene que voltear a ver lo que pasa en México para saber cuál es el camino que no hay que tomar. Hagan lo contrario a lo que se hace en México porque sino el remedio puede salirles peor que la enfermedad, como a nosotros", concluyó Carlos Cruz.
Salidas
¿Cómo hacer para que cada vez más chicos terminen como Carlos o Cecilio y no como el Peti?
Mientras los organismos internacionales y asociaciones que trabajan con jóvenes proponen estrategias de reducción de daños y reinserción útil, aumentan los políticos que plantean "mano dura" y reducción de la edad de imputabilidad.
En Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú o Uruguay, por ejemplo, ya existen propuestas legislativas para que los menores puedan ser procesados por delitos como si fueran adultos.
El experto de UNICEF José Bergua explica que debates sobre endurecimiento de penas "no son saludables" porque apenas atienden inquietudes de la población y no consideran todas las dimensiones del problema.
"Con una política de cárceles muchas veces (los jóvenes) salen peor. Hay que invertir en políticas preventivas que, además de todos sus beneficios, son más baratas que mantener a miles de menores en prisión", explicó.

Al respecto, Santiago Ávila, coordinador de la organización hondureña Jóvenes contra la violencia, explicó a BBC Mundo que el sistema judicial hondureño no tiene una estrategia de rehabilitación apropiada.
Jóvenes contra la violencia intenta convertir a exmiembros de pandillas hondureñas en líderes positivos dentro de sus comunidades.
Ávila recuerda que a él mismo le toco perder a su hermano víctima de la violencia y que sus antiguos compañeros de escuela "están asesinados o se volvieron parte de las pandillas".
"Usamos los mismos métodos que las maras para reclutar a los jóvenes, pero lo hacemos para convertirlos en 'embajadores de la prevención'. Promovemos voluntariados y programas educativos", explica Ávila.
Sin embargo, los esfuerzos de Jóvenes contra la violencia, de Cauce Ciudadano o de Cecilio Torres todavía no son suficientes.
La escasa atención a los menores en barrios argentinos, el microtráfico de droga en las provincias centroamericanas, las pandillas y el crimen organizado en México son enemigos -por ahora- muy poderosos.

FUENTE:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/05/160509_america_latina_ninos_sicarios_menores_que_matan_aumento_bm


"Vi su foto y me dio escalofríos": el polémico caso de Jan Karbaat, el médico al que acusan de usar su propio esperma en tratamientos de inseminación en Holanda. "Vi una foto del médico cuando era joven y me dio escalofríos", explicó Joey Hoofdman, un holandés de 30 años. "Estaba muy desconcertado. Conmocionado… casi me caigo", relató en abril pasado en un programa del canal RTL4 de la televisión holandesa

"Vi su foto y me dio escalofríos": el polémico caso de Jan Karbaat, el médico al que acusan de usar su propio esperma en tratamientos de inseminación en Holanda.
"Vi una foto del médico cuando era joven y me dio escalofríos", explicó Joey Hoofdman, un holandés de 30 años.
"Estaba muy desconcertado. Conmocionado… casi me caigo", relató en abril pasado en un programa del canal RTL4 de la televisión holandesa.
El caso ha generado controversia en Holanda por la posibilidad de que muchos bebés sean hijos del mismo médico.
 
La fotografía que vio fue la del joven Jan Karbaat, un médico holandés fallecido hace unas semanas al que acusan de presuntamente haber usado su propio esperma en tratamientos de inseminación artificial.
Hasta ahora 18 personas han confirmado sus sospechas haciéndose una prueba de ADN con uno de los hijos del médico.
Karbaat era jefe de una conocida clínica de tratamientos de fertilidad en Rotterdam, Holanda, la cual dirigió desde 1980 y que cerró sus puertas en 2009, y en la miles de mujeres buscaron ayuda para concebir.


Antes de eso trabajó en un hospital durante la década de 1970, un periodo en el que también se sospecha que pudo haber intercambiado muestras de semen con el suyo.
Una demanda judicial de 25 personas presentada este mes busca aclarar si Karbaat empleó su propio semen en los tratamientos, en lugar del que elegían sus pacientes de un catálogo de donantes.

Las autoridades del hospital Zurid, ahora llamado Maasstad, también confirmaron este domingo que abrieron una investigación.
Será un juez el que decidirá el 2 de junio si se realizan las pruebas de ADN que piden los demandantes para aclarar la paternidad biológica de hombres y mujeres que fueron concebidos en la clínica durante casi tres décadas.
Joey Hoofdman (izquierda) relató en la televisión holandesa la sorpresa que sintió al conocer una foto de Jan Karbaat (derecha) cuando era joven.
Karbaat falleció a los 89 años en abril pasado, y en su testamento manifestó su negativa a que le sean tomadas muestras de ADN, lo que deja en manos de la justicia el caso que inquieta a Holanda.


"Servicio a la humanidad"
Pese al gran parecido físico, Joey Hoofdman dijo en la entrevista en la televisión que aún no está seguro de que el doctor Karbaat sea su padre.
"Podría serlo. Hay que esperar los resultados de las pruebas ADN. Por eso es tan importante que el caso esté en los tribunales", dijo.
Pero quien no tiene dudas es Moniek Wassenaar, una psiquiatra de 36 años, quien ha asegurado en medios holandeses que el médico mismo le hizo una confesión.

Según el diario The New York Times, cuando Wassenaar visitó al médico, en 2011, le pidió ver sus manos y le dijo "podrías ser una niña mía".
Además, en una entrevista al diario El País, la mujer aseguró que el médico le dijo que usaba su esperma en lugar del de un donante que elegían sus pacientes era por un bien superior.
"Me dijo que le hacía un servicio a la humanidad donando su semen y que por lo menos había unos sesenta hijos suyos por el mundo", relata Wassenaar.
"Cuando nos vimos y le hablé de su falta de ética, trató de explicar que todo pasó en los años setenta. Que estaba bien porque las mujeres querían el semen de un hombre con estudios superiores. Mucho mejor que el de un policía, por ejemplo", añadió
El médico Jan Karbaat presuntamente usó su propio esperma en mujeres que habían elegido en un catálogo a otros hombres.
Sin embargo, cuando le pidió que se hicieran una prueba de ADN, él se negó.

La demanda
Karbaat estudió Medicina en la Universidad de Leiden, Holanda, y en 1973 adquirió la clínica de donación Bijdorp, donde donó su propio esperma y recibió decenas de donantes cada año.
Era una clínica que también suministraba esperma a otros centros de tratamiento de fertilidad holandeses.
Fue cerrada en 2009 por orden de la Inspección del Ministerio de Sanidad holandés debido a múltiples irregularidades, entre ellos la falta de registros confiables.
Una comisión gubernamental determinó en 2015 que los libros de la clínica estaban tan mal hechos que ninguno de los donadores puede ser identificado plenamente.

El semen se puede mantener durante años mediante congelamiento, lo que haría posible que el esperma de Karbaat pudiera ser usado durante un tiempo.
En sus últimos años de vida, el médico conoció las acusaciones, pero además de rechazarlas las consideraba absurdas.
"Se trata de un pequeño grupo de madres frustradas que no están satisfechas con el resultado. He decidido estar por encima de eso y reírme de cada queja", dijo el médico a principios de este año, según un reporte de la agencia EFE.
Wassenaar asegura que luego de su encuentro con el médico dejó de lado el tema.
Pero con el surgimiento de varios casos que apuntan al doctor Karbaat, decidió unírse a ellos en la demanda colectiva emprendida por 25 personas.
Desde 2004, las leyes holandesas permiten a los mayores de 16 años que fueron concebidos por inseminación artificial conocer quién es su padre biológico, lo que respalda la demanda.
La ley en Holanda permite que una misma muestra de esperma sea usada en un máximo de 25 inseminaciones artificiales.
Pero el doctor Karbaat expresamente negó en su testamento el consentimiento para que se le extrajeran muestras de ADN y su esposa rechaza que la exhumación de su cuerpo.
Eso es lo que decidirá un juez el 2 de junio.

Pruebas positivas
Hasta ahora, 18 personas que se han hecho pruebas de comparación de ADN con el de uno de los hijos del médico obtuvieron un resultado positivo, según ha reportado la prensa holandesa.
Yuri Weseman, quien nació en 1976, aguarda a que la prueba directa con el ADN del médico fallecido arroje el resultado final.
Jan Karbaat siempre negó que hubiera actuado mal en sus tratamientos de inseminación, los cuales llevó a cabo durante tres décadas en Holanda.
"Por supuesto que abusó de la confianza de muchas mujeres, les dio información equivocada, pero yo deduzco que las quería ayudar, para que quedaran embarazadas lo antes posible", dijo a la prensa holandesa.
Su media hermana, Wendy Nendels, de 37 años, por el contrario dice que Karbaat es un "bastardo y sucio", y lamentó que ella tuviera "problemas de identidad desde siempre".
Hasta ahora también se han comprobado tres casos de mujeres que eligieron un donante en una clínica diferente de Rotterdam y las pruebas habrían demostrado que el padre biológico es el médico, según informa la agencia AFP.

FUENTE:
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-40087887


Pasteles con marihuana y caramelos con droga: la táctica de "enganche" que utilizan los narcos en México en las escuelas con los menores de edad. La alerta llegó por un mensaje en una red de Whatsapp de algunos padres de familia.

Pasteles con marihuana y caramelos con droga: la táctica de "enganche" que utilizan los narcos en México en las escuelas con los menores de edad.
La alerta llegó por un mensaje en una red de Whatsapp de algunos padres de familia.
"Muestren a sus hijos estos caramelos, son drogas de diseño que regalan afuera de algunos colegios".
Y enseguida la foto de algunos dulces con forma de personajes de dibujos animados que se distribuyeron en escuelas de Zapopan, Jalisco, en el occidente de México.
La fiscalía de Ciudad de México confiscó estas golosinas con droga.


El mensaje es una improvisada respuesta a la estrategia creciente de los traficantes del país para conseguir nuevos clientes: vender o regalar drogas mezcladas en golosinas, pastelillos, donas, pizzas y otros alimentos.
La práctica se conoce como "enganche" y se ha extendido por el país, le dice a BBC Mundo Alfredo Nateras, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana.


"Regularmente se hace, al menos en Ciudad de México, en las escuelas que están en sitios complicados socialmente hablando, como de clase media o en precariedad".
"Eso ocurre también al interior de la República, tiene que ver con el narcomenudeo (tráfico de droga a pequeña escala) que está cerca de las escuelas, incluso en los lugares de divertimento de los chicos como las canchas deportivas", explica.

Alarma
De acuerdo con organizaciones civiles, muchas víctimas son adolescentes que estudian secundaria o bachillerato.
Pero también se han encontrado casos en alumnos de educación primaria. El problema alarma a las autoridades.
La más reciente Encuesta nacional de consumo de drogas en estudiantes (ENCODE) presentada en 2016, revela que se duplicó la cantidad de niños y jóvenes entre 10 y 18 años de edad que prueban una sustancia ilícita por primera vez.
La edad promedio para iniciarse en el consumo es de 12 años, según el documento. La droga más utilizada es la marihuana, aunque también se encontró aumento en el uso de cocaína.

El consumo de droga entre adolescentes se duplicó en los últimos años en México.
El sondeo midió las tendencias de los últimos 23 años, lapso en el que no se hizo un estudio nacional.
En 1991 el consumo de drogas entre estudiantes del país era de 8,2% del total. Para 2014, cuando se realizó la encuesta, la cifra fue de 17,2%.
Las razones para este incremento es que hay más oferta en las calles, dice el investigador de la UAM.
Pero también por las estrategias de carteles de narcotráfico para vender sus productos.
Estrategias
Las autoridades conocen algunas formas de operación de los traficantes en pequeña escala.
En ciudades como Monterrey la policía revisa las mochilas de los estudiantes de primaria y secundaria, para evitar que lleven drogas o armas.


Y la Procuraduría (fiscalía) General de Justicia de Ciudad de México (PGJCM), mantiene operaciones permanentes en los alrededores de los colegios para capturar a los narcomenudistas.
El caso más reciente ocurrió el 27 de abril, cuando una pareja fue detenida en el momento en que vendía galletas y muffins con marihuana en el barrio Peralvillo, en el centro de la capital.
Un método cada vez más frecuente, reconoce Marcela García Torres Vega, fiscal para la Atención del delito de narcomenudeo en la PGJCM.
"La forma que se ha generalizado o ha tenido proliferación es acercarse (a los consumidores) a través de los alimentos", explica.
"Fabrican o confeccionan un pastelillo o cualquier otro tipo de alimento con el contenido que generalmente es marihuana. Les es más fácil disfrazarlos a través de un muffin, panqueque o cualquier otro panecillo".
Muchas veces los traficantes son jóvenes, algunos estudiantes, dice el investigador Nateras.

“Es un asunto de mercado simplemente, de estrategia para tener más usuarios".
Alfredo Nateras, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana de México

Eso les permite ganarse la confianza de las víctimas y en algunos casos, entrar a los colegios para vender la droga.

"Tratan de ser empáticos con las otras personas y así captar más jóvenes que generalmente son vulnerables. Son chicos solitarios o que cuando andan en grupo son los más dinámicos y activos", añade la fiscal.
"Los identifican perfectamente bien y cuando se acercan a ellos les dan una muestra gratis, como la llaman, el dulce con una dosis que generalmente es marihuana para que se inicien en el consumo".
Sólo negocios
Pero en otros casos los traficantes regalan pequeñas dosis de droga sin disfrazar.
Los vendedores ofrecen dulces como brownies de chocolate rellenos de marihuana.
Eso se ha detectado en algunos negocios de golosinas cerca de las escuelas, dice Nashieli Ramírez, directora de la organización civil Ririki, que atiende a niños y adolescentes.


"Es más fácil que en los puestos de dulces se los vendan o regalen de manera directa, sin el procesamiento", explica a BBC Mundo.
"No hay el engaño pero sí la venta directa de los productos. Los enganchan más abiertamente con el cigarrillo de marihuana o alguna pastilla".
Los casos de dulces con drogas sintéticas "son más de leyenda urbana" porque su fabricación es más elaborada, aunque sí existen, dice la activista.
"Se da en algunos casos. Lo que hemos visto en áreas urbanas es la venta de brownies o donas con marihuana y dulces con yumbina (una droga que estimula el apetito sexual)".
"También hay congeladas con piquete (paletas de hielo con alcohol). No están muy extendidas a nivel primaria sino en secundaria y nivel medio superior".
Pero el investigador Alfredo Nateras subraya que los traficantes no suelen hacer distinciones.
"Es un asunto de mercado simplemente, de estrategia para tener más usuarios".
Y parece que lo han conseguido. De acuerdo con el gubernamental Consejo Nacional Contra las Adicciones, en México más de 2,3 millones de adolescentes necesitan rehabilitación por consumo de drogas.

FUENTE:
http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-39892227


Cómo Ciudad de México se convirtió en refugio de narcos y por qué no hay tanta violencia como en el resto del país.

Cómo Ciudad de México se convirtió en refugio de narcos y por qué no hay tanta violencia como en el resto del país.
Los vecinos de un condominio en la colonia Anzures, un barrio de clase media de Ciudad de México, se sorprendieron.
En uno de los departamentos del edificio vivía Dámaso López Núñez, "El Licenciado", uno de los jefes del poderoso Cartel de Sinaloa.
A pesar de ser uno de los principales jefes del Cartel de Sinaloa, Dámaso López se trasladaba en la capital mexicana en un auto compacto de bajo costo.
 
Lo supieron cuando fue detenido el pasado 2 de mayo durante una operación de soldados y marinos. Antes de ese momento, el capo era un vecino más.
La captura de "El Licenciado" y algunos de sus principales colaboradores reveló un tema que se menciona poco en los medios locales.
En los últimos años, la capital mexicana y municipios vecinos se han convertido en residencia para líderes de organizaciones de delincuencia organizada.
Algunos especialistas señalan incluso que carteles del narcotráfico operan en la región, aunque las autoridades lo niegan cada vez que el asunto se menciona en los medios.

100.000 policías
La capital no registra los mismos niveles de violencia que en otros lugares donde es notorio que operan esos grupos.
Especialistas creen que los carteles se comportan de manera diferente en Ciudad de México, entre otras razones porque la fuerza policial y militar en la región es la más grande del país.

Ciudad de México aporta el 24,4% del Producto Interno Bruto (PIB), confluyen todas las rutas de ferrocarril, además que tiene comunicación carretera con todas las regiones de México.
En la capital se encuentran, por ejemplo, las sedes de las secretarías de Defensa y Marina, la Policía Federal, la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR) y la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
Por si fuera poco, la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México son las corporaciones con el mayor número de policías del país.
Entre ambas concentran una fuerza de 110.000 personas. Por eso, los carteles mantienen un perfil bajo, señala Adolfo Miranda Castillo, director del Centro de Estudios de Seguridad Pública.
"No operan de forma tan violenta como ocurre en otras partes del país, es distinto. Ese es el matiz", explica a BBC Mundo.
De hecho, donde existen mayores problemas de homicidios vinculados con narcotráfico generalmente son ciudades o pueblos con poca presencia policial.


Y también hay casos en que los carteles se infiltran en las corporaciones.
Eso ocurrió en el balneario de Ixtapa Zihuatanejo, Guerrero, donde hace unos días fueron detenidos 42 sicarios que trabajaban –uniformados– como policías municipales.

Jugoso mercado
Pero los carteles tienen razones económicas para moderar la violencia en la capital.
Ciudad de México es el principal centro financiero del país, y alberga las sedes de los mayores consorcios empresariales.
De hecho aporta el 24,4% del Producto Interno Bruto (PIB). En la ciudad confluyen todas las rutas de ferrocarril y además tiene comunicación carretera con todas las regiones de México.

Cuenta, también, con el mayor aeropuerto internacional del país, un "foco de atención de grupos criminales", según el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Esto convierte a la capital en una zona atractiva para lavar dinero de los carteles, subraya Martín Barrón, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).
Además, por el número de sus habitantes -8 millones- la ciudad es uno de los mayores centros de consumo de drogas del país.
Un mercado grande donde participan varios grupos y que no puede arriesgarse con brotes de violencia, insisten los especialistas.
Por eso los capos de narcotráfico parecen sentirse cómodos en la capital mexicana.
"Es real", le dice a Barrón a BBC Mundo. "Se puede demostrar que coexisten todas las organizaciones vinculadas al tráfico de drogas".

"Para empezar en la ciudad y el Valle de México el consumo de drogas es algo cotidiano, no se puede negar".
Por ejemplo uno de los principales centros de tráfico en el país es Tepito, un barrio tradicional en el centro de la capital.
Hace 2 años la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, señaló que en la capital mexicana se detectó la operación de cinco carteles de narcotráfico.
En ese momento fueron identificados los carteles de Sinaloa, Los Zetas, Beltrán Leyva, del Golfo y Caballeros Templarios.


El jefe de Gobierno rechazó la información. "Los capos cuando los capturan una de las preguntas recurrentes es si estaban establecidos en Ciudad de México, ellos mismos dicen que operativamente no les resulta compatible".
El aeropuerto de la capital mexicana es un "foco de atención" para los criminales.

Los detenidos
Dámaso López no es el primer capo importante que se captura en la capital mexicana y en los municipios conurbados, una región conocida como Valle de México.

Por ejemplo, en 2009 fue detenido Vicente Zambada Niebla, "El Vicentillo", hijo del jefe del Cartel de Sinaloa Ismael Zambada García, "El Mayo".
La captura ocurrió en Santa Fe, un barrio de lujo al poniente de la capital.
Ese mismo año también fue arrestado Vicente Carrillo Leyva, hijo de quien ese entonces era el líder del Cartel de Juárez, Vicente Carrillo Fuentes, "El Viceroy".

En Ciudad de México existe mayor concentración policial que en otras zonas del país.
Otro capo detenido en la región fue Édgar Valdés Villarreal, "La Barbie", uno de los principales operadores del cartel de los hermanos Beltrán Leyva.
Aunque su aprehensión ocurrió en la ciudad de Lerma, a unos 35 kilómetros de la capital, "La Barbie" tenía su residencia en Huixquilucan, un municipio conurbado a la capital del país.
En ese mismo lugar fue detenido Gerardo Álvarez Vázquez, "El Indio", otro líder del grupo Beltrán Leyva.
En años más recientes también han sido aprehendidos operadores de otras organizaciones, como ocurrió en marzo de 2016 con Cleofas Martínez Gutiérrez, "El Güero Cleofas".


La Comisión Nacional de Seguridad (CNS) lo ubica como el segundo en el mando del Cartel del Golfo.
En diciembre de ese año fue arrestado en Ciudad de México Jesús Mazari Taboada, operador de la banda Los Rojos dedicada al tráfico de heroína desde Guerrero, en el sur del país.
En 2009 fue detenido Vicente Zambada Niebla, "El Vicentillo", hijo del jefe del Cartel de Sinaloa Ismael Zambada García.
Y en febrero de 2017, también en la capital, ocurrió la detención de Edén Parra López, "El Alacrán", líder del Cartel Independiente de Acapulco, una de las organizaciones responsables de la violencia en ese balneario.

El matiz
¿Por qué los capos eligen Ciudad de México como refugio? Porque les es fácil pasar desapercibidos, responde Miranda Castillo.
En la capital existen algunos de los barrios y centros comerciales de mayor lujo del país. Allí es común encontrar automóviles blindados custodiados por guardaespaldas.
Vicente Carrillo Leyva, hijo del exlíder del Cartel de Juárez, también fue arrestado en Ciudad de México.
"Aunque no es un fenómeno generalizado, por las dimensiones de la ciudad es difícil que no se den casos. Pueden permanecer en el anonimato en cualquier estrato social", añade el especialista.

"Hay zonas con privacidad absoluta con circuito cerrado, no hay manera de saber quién vive en la mansión que está a cuatro cuadras de donde uno vive".
Eso les permite cierto anonimato, añade el investigador Barrón, del Inacipe.
Donde existen mayores problemas de homicidios vinculados con narcotráfico generalmente son ciudades o pueblos con poca presencia policial.
"Imagínate en Ciudad de México cuánta gente pasa desapercibida. Es normal ver gente con guardaespaldas y autos de lujo, tú no sabes a quién pertenece, no preguntas".
Pero hay un elemento adicional: la decisión de mantener un bajo perfil en este lugar.
El ejemplo más reciente es Dámaso López, quien a pesar de ser uno de los principales jefes del Cartel de Sinaloa, en la capital mexicana se trasladaba en un auto compacto de bajo costo.
Y cuando fue detenido estaba acompañado sólo de su esposa.

FUENTE:
http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-40007905