Mostrando las entradas con la etiqueta honduras. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta honduras. Mostrar todas las entradas

lunes, 24 de enero de 2022

La izquierda asciende en Latinoamérica en un año electoral clave para Brasil y Colombia. Los candidatos con plataformas izquierdistas han logrado victorias en una región con dificultades económicas y una desigualdad que va en aumento.

La izquierda asciende en Latinoamérica en un año electoral clave para Brasil y Colombia.

Los candidatos con plataformas izquierdistas han logrado victorias en una región con dificultades económicas y una desigualdad que va en aumento.

Credit...Mauricio Lima para The New York Times

RÍO DE JANEIRO — En las últimas semanas de 2021, Chile y Honduras votaron con determinación por presidentes de izquierda para reemplazar a líderes de derecha, con lo que se extendió un cambio significativo que lleva varios años ocurriendo en toda América Latina.

Este año, los políticos de izquierda son los favoritos para ganar las elecciones presidenciales en Colombia y Brasil, sustituyendo a los presidentes en funciones de derecha, lo que pondría a la izquierda y a la centroizquierda en el poder en las seis economías más grandes de una región que se extiende desde Tijuana hasta Tierra del Fuego.

El sufrimiento económico, el aumento de la desigualdad, el ferviente descontento con los gobernantes y la mala gestión de la pandemia de COVID-19 han impulsado un movimiento pendular que se distancia de los líderes de centroderecha y de derecha que dominaban hace unos años.

La izquierda ha prometido una distribución más equitativa de la riqueza, mejores servicios públicos y redes de seguridad social ampliadas. Pero los nuevos líderes de la región se enfrentan a graves limitaciones económicas y a una oposición legislativa que podría restringir sus ambiciones, así como a unos votantes intranquilos que se han mostrado dispuestos a castigar a quien no cumpla lo prometido.

Los avances de la izquierda podrían impulsar a China y socavar a Estados Unidos mientras compiten por la influencia regional, dicen los analistas, al presentarse una nueva cosecha de líderes latinoamericanos desesperados por lograr el desarrollo económico y con más apertura hacia la estrategia global de Pekín de ofrecer préstamos e inversiones en infraestructuras. El cambio también podría dificultar que Estados Unidos siga aislando a los regímenes autoritarios de izquierda en Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Con el aumento de la inflación y el estancamiento de las economías, los nuevos líderes de América Latina tendrán dificultades para lograr un cambio real en los problemas profundos, dijo Pedro Mendes Loureiro, profesor de estudios latinoamericanos en la Universidad de Cambridge. Hasta cierto punto, dijo, los votantes están “eligiendo a la izquierda simplemente porque en este momento es la oposición”.

Los niveles de pobreza se encuentran en el nivel más alto de los últimos 20 años en una región en la que un efímero auge de las materias primas permitió a millones de personas ascender a la clase media tras el cambio de siglo. Varios países se enfrentan ahora a un desempleo de dos dígitos, y más del 50 por ciento de los trabajadores de la región están empleados en el sector informal.

Credit...Mauricio Lima para The New York Times

Los escándalos de corrupción, el deterioro de la infraestructura y la ausencia crónica de fondos en los sistemas de salud y educación han erosionado la confianza en el gobierno y las instituciones públicas.

A diferencia de lo que ocurrió a principios de la década de 2000, cuando los izquierdistas ganaron presidencias decisivas en América Latina, los nuevos gobernantes tienen que hacer frente a la deuda, a presupuestos magros, a escaso acceso al crédito y, en muchos casos, a una oposición vociferante.

Eric Hershberg, director del Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la American University, dijo que la racha ganadora de la izquierda nace de un sentimiento generalizado de indignación.

“En realidad se trata de los sectores de la clase media baja y de la clase trabajadora que dicen: ‘treinta años de democracia y todavía tenemos que ir en un autobús decrépito durante dos horas para llegar a un centro de salud malo’”, dijo Hershberg. Citó la frustración, la ira y “una sensación generalizada de que las élites se han enriquecido, han sido corruptas, no han actuado en favor del interés público”.

La COVID-19 asoló América Latina y devastó economías que ya eran precarias, pero la inclinación política de la región comenzó antes de la pandemia.

El primer hito fue la elección en México de Andrés Manuel López Obrador, que ganó la presidencia con un resultado arrollador en julio de 2018. Durante su discurso de la noche electoral, declaró: “El Estado dejará de ser un comité al servicio de una minoría y representará a todos los mexicanos, a ricos y pobres”.

Al año siguiente, los votantes de Panamá eligieron un gobierno de centroizquierda, y el movimiento peronista de izquierda de Argentina tuvo un sorprendente regreso a pesar del legado de corrupción y mala gestión económica de sus líderes. Con la promesa de “construir la Argentina que nos merecemos”, Alberto Fernández, profesor universitario, celebró su triunfo frente a un presidente conservador que buscaba la reelección.

En 2020, Luis Arce se impuso a sus rivales conservadores para convertirse en presidente de Bolivia. Se comprometió a ampliar el legado del exlíder Evo Morales, un socialista cuya destitución el año anterior dejó brevemente a la nación en manos de una presidenta de derecha.

En abril del año pasado, Pedro Castillo, un maestro de escuela de provincia, sorprendió a la clase política peruana al derrotar por un estrecho margen a la candidata derechista a la presidencia, Keiko Fujimori. Castillo, un recién llegado a la política, arremetió contra las élites y presentó la historia de su vida —un educador que trabajó en una escuela rural sin agua corriente ni sistema de alcantarillado— como una encarnación de los defectos de la clase gobernante.

En Honduras, Xiomara Castro, una candidata de plataforma socialista que propuso el establecimiento de un sistema de renta básica universal para las familias pobres, venció con facilidad en noviembre a un rival conservador para convertirse en presidenta electa.

La victoria más reciente de la izquierda se produjo el mes pasado en Chile, donde Gabriel Boric, un antiguo activista estudiantil de 35 años, venció a un rival de extrema derecha con la promesa de aumentar los impuestos a los ricos para ofrecer pensiones más generosas y ampliar enormemente los servicios sociales.

La tendencia no ha sido universal. En los últimos tres años, los votantes de El Salvador, Uruguay y Ecuador han desplazado a sus gobiernos hacia la derecha. Y en México y Argentina, el año pasado, los partidos de centroizquierda perdieron terreno en las elecciones legislativas, socavando a sus presidentes.

Credit...Mauro Pimentel/Agence France-Presse — Getty Images

Pero en general, Evan Ellis, profesor de estudios latinoamericanos en el Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos, dijo no recordar una América Latina “tan dominada por una combinación de izquierdistas y líderes populistas antiestadounidenses”.

“En toda la región, los gobiernos de izquierda estarán particularmente dispuestos a trabajar con los chinos en contratos de gobierno a gobierno”, dijo, y posiblemente “con respecto a la colaboración en materia de seguridad, así como a la colaboración tecnológica”.

Jennifer Pribble, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Richmond que estudia América Latina, dijo que el brutal número de víctimas de la pandemia en la región hizo que las iniciativas de izquierda, como las transferencias de efectivo y la atención universal a la salud, fueran cada vez más populares.

“Los votantes latinoamericanos tienen ahora un sentido más agudo de lo que el Estado puede hacer y de la importancia de que el Estado participe en un esfuerzo redistributivo y en la prestación de servicios públicos”, dijo. “Eso condiciona estas elecciones, y está claro que la izquierda puede hablar más directamente de eso que la derecha”.

En Colombia, donde las elecciones presidenciales se celebrarán en mayo, Gustavo Petro, exalcalde izquierdista de Bogotá que perteneció a un grupo guerrillero urbano, ha mantenido una ventaja constante en las encuestas.

Sergio Guzmán, director de la consultora Colombia Risk Analysis, dijo que las aspiraciones presidenciales de Petro se hicieron viables después de que la mayoría de los combatientes de las FARC, un grupo guerrillero marxista, dejaron las armas como parte de un acuerdo de paz alcanzado en 2016. El conflicto había dominado durante mucho tiempo la política colombiana, pero ya no.

Credit...Daniele Volpe para The New York Times

“El tema ahora es la frustración, el sistema de clases, la estratificación, los que tienen y los que no tienen”.

Justo antes de Navidad, Sonia Sierra, de 50 años, se encontraba fuera de la pequeña cafetería que regenta en el principal parque urbano de Bogotá. Sus ingresos se habían desplomado, dijo, primero en medio de la pandemia y luego cuando una comunidad desplazada por la violencia se trasladó al parque.

Sierra dijo que estaba muy endeudada después de que su marido fuera hospitalizado con covid. Las finanzas son tan ajustadas que hace poco despidió a su única empleada, una joven venezolana que solo ganaba 7,50 dólares al día.

Credit...Marcelo Hernandez/Getty Images

“Tanto trabajar y no tengo nada”, dijo Sierra, cantando un verso de una canción popular en la época navideña en Colombia. “No estoy llorando, pero sí, me da sentimiento”.

En el vecino Brasil, el aumento de la pobreza, la inflación y una respuesta fallida a la pandemia han convertido al presidente Jair Bolsonaro, el titular de extrema derecha, en un candidato débil de cara a la votación programada para octubre.

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, un izquierdista que gobernó Brasil de 2003 a 2010, una época de notable prosperidad, ha conseguido una ventaja de 30 puntos porcentuales sobre Bolsonaro en un cara a cara, según una encuesta reciente.

Credit...Mauricio Lima para The New York Times

Maurício Pimenta da Silva, de 31 años, subgerente de una tienda de suministros agrícolas en la región de São Lourenço, en el estado de Río de Janeiro, dijo que se arrepentía de haber votado por Bolsonaro en 2018 y que ahora tiene la intención de apoyar a Da Silva.

“Pensé que Bolsonaro mejoraría nuestra vida en algunos aspectos, pero no lo hizo”, dijo Da Silva, un padre de cuatro hijos que no tiene relación con el expresidente. “Todo es tan caro en los supermercados, especialmente la carne”, agregó, lo que lo llevó a tomar un segundo empleo.

Con los votantes enfrentados a tanta agitación, los candidatos moderados están ganando poca influencia, lamentó Simone Tebet, una senadora de centroderecha en Brasil que planea presentarse a la presidencia este año.

“Si miramos a Brasil y a América Latina, estamos viviendo un ciclo de extremos relativamente aterrador”, dijo. “El radicalismo y el populismo se han impuesto”.


FUENTE: https://www.nytimes.com/es/2022/01/04/espanol/latam-izquierda.html



lunes, 19 de noviembre de 2018

Esta es la única forma de renunciar a la Mara Salvatrucha y sobrevivir. El MS-3 es una pandilla criminal con presencia en Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, México y Honduras que se distinguen por sus diversos tatuajes en el cuerpo y la cara. Se les atribuye actos de venganzas y retribuciones crueles.


Esta es la única forma de renunciar a la Mara Salvatrucha y sobrevivir.
El MS-3 es una pandilla criminal con presencia en Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, México y Honduras que se distinguen por sus diversos tatuajes en el cuerpo y la cara. Se les atribuye actos de venganzas y retribuciones crueles. 
 Mara Salvatrucha se originaron en Estados Unidos y luego de expandió en otros países de centroamérica. | Fuente: Elnuevodiario.com
La única manera de salir con vida de Los Mara Salvatrucha es volverse miembro activo de una comunidad religiosa, especialmente si se trata de una iglesia evangélica pentecostal, según el diario The New York Times que citó un estudio de la Universidad Internacional de Florida.  
El sondeo fue realizado a casi 1,200 pandilleros de los penales de El Salvador. Más de la mitad (58%) informó que “la iglesia era la organización más adecuada para dirigir programas de rehabilitación”.
Violencia en Centroamérica
Los MS-13 es una pandilla de criminales principalmente conformada por salvadoreños que surgió en la década de los 80 en Estados Unidos cuando se congregaban en los barrios de Los Ángeles adolescentes que escuchaban heavy metal, hip hop, bebían alcohol, se drogaban y tenían el cabello rapado.  
Marcaban su territorio con grafitis y se distinguían por tatuarse el cuerpo. Con el problema alcanzando nuevas cuotas de violencia, las autoridades de Estados Unidos iniciaron una oleada de represión contra los miembros de la mara y se produjeron los primeros arrestos. Después de pasar un tiempo en prisión por sus crímenes muchos miembros de la pandilla fueron deportados. Al retornar a El Salvador empezaron a crear una red criminal con códigos de extrema violencia. Estados Unidos exportó el problema a Centroamérica.
Para los MS- 13 “el barrio es un sistema de creencias que incluye formas brutales de control social, si te comprometes con algo que es más grande que tú, serás recompensado con respeto, estatus y camaradas que te respaldarán cuando alguien del exterior te amenace”, dice la nota de The New York Times. 
Acercarse a Dios para salvarse 
Muchas Iglesias evangélicas dan empleos, contactos laborales y ayudan con acceso a servicios de salud. Fomentan espacios para ayudar a la juventud en el plano espiritual y emocional en lugar de marginarlos y denunciarlos.
Tal es el caso de Ernesto Deras quien narró su historia en una iglesia del vecindario Panorama City en Los Ángeles donde lloró descontroladamente y pidió perdón por haber estado en prisión a causa de sus delitos.
“Me habían disparado, me había roto huesos, estuve en prisión (…) Me sentía como un hombre que no tenía lágrimas, pero aquel día ocurrió algo poderoso”. Las pandillas respetaron su salida, no le dijeron que dejara de hacerlo, sino lo contrario: “Sigue acercándote a Dios”.

FUENTE: https://rpp.pe/mundo/estados-unidos/como-renunciar-a-la-mara-salvatrucha-y-sobrevivir-noticia-1145644

miércoles, 31 de mayo de 2017

"La pistola no me cabía en las manos, pero con ella yo me creía Superman": el preocupante aumento de los menores que matan en América Latina

"La pistola no me cabía en las manos, pero con ella yo me creía Superman": el preocupante aumento de los menores que matan en América Latina
UNICEF propone un enfoque equilibrado y no caer en la criminalización de la juventud
 
A uno le tocó morir "en su propia ley", un ajuste de cuentas; otro vive con la culpa de haberle disparado al que fue su mejor amigo y el último se convirtió en un líder que lucha para salvar a otros niños y adolescentes de caer en los campos de entrenamiento del crimen organizado.
Son historias como las de tantos otros chicos en el continente a los que les tocó conocer la droga, las armas y la muerte muy jóvenes.
Muchachos con menos de 18 años, la mayoría con familias desestructuradas, violencia en sus casas, bandas criminales alrededor y difíciles condiciones socioeconómicas.
Algunos de ellos jalaron el gatillo por primera vez cuando apenas tenían 13 años y otros conocieron una celda antes de cumplir 15.
Son pandilleros, asaltantes o sicarios baratos que el crimen organizado usa como materia desechable.
Todos son parte de un fenómeno que crece y preocupa en América Latina: los menores que matan.

Los reportes gubernamentales y de organizaciones como el Banco Mundial y Naciones Unidas coinciden: hay más menores de edad acusados de delitos graves como asesinatos en países como Argentina, El Salvador, Honduras, México o Uruguay.
Y el problema también está presente en otros como Colombia, Guatemala, Panamá o Perú.


El asesor regional de protección de UNICEF, José Bergua, explicó a BBC Mundo que existe una "preocupación legítima y razonable" ante el incremento de la delincuencia juvenil.
Sin embargo añadió que no se deben sobredimensionar estos casos y mucho menos criminalizar a los jóvenes.
"Creemos que hay que tener una discusión equilibrada y no ser catastróficos. No proponemos que se los trate con guante de seda, pero son personas en desarrollo con posibilidades de reinserción", señaló Bergua.
Y como apunta, hay historias con finales terribles, pero también otras que demuestran que existe una salida al difícil laberinto de la violencia.
Como muestra de la gravedad de esta problemática, en BBC Mundo te contamos algunas de ellas.
Argentina: el Peti
El 1 de mayo le pegaron tres balazos. El fatal entró por su rostro e impactó en la médula espinal. Llegó con signos vitales al hospital, pero no resistió.
Así relataron los medios argentinos la muerte de Leandro Ojeda, mejor conocido en las villas que rodean a Buenos Aires como el Peti.
Tenía 17 años. Fue un ajuste de cuentas.
A pesar de su corta edad, los medios de su país lo bautizaron como "el chico que no podía dejar de matar" y en la policía bonaerense decían que "tenía el demonio por dentro".

A El periódico argentino Clarín contó que empezó asaltando buses a los 13 años y a esa edad conoció lo que era matar.
La primera vez que fue detenido tenía 14; lo encontraron con una pistola calibre 22 y 10 balas.
A los 15 años, "Peti" ya tenía 40 cargos judiciales. Cuando falleció lo responsabilizaban de al menos 10 muertes.
El diario Perfil publicó que, según una investigación preliminar de la División Homicidios de la Policía Federal, su muerte hizo parte de una red de venganzas.
"Al hablar de un chico de 17 años que mata desde los 13 y terminó asesinado, hay que hacer una valoración que intente explicar cómo fue que ese adolescente llegó a ese punto", le dice a BBC Mundo Sergio Dima, periodista que cubre asuntos policiales en Clarín y que siguió el caso del Peti.
"Hay que interrogarse sobre la vida que tuvo, cómo creció, qué acceso tuvo a derechos como la educación, la salud, la vivienda".
No proponemos que se los trate con guante de seda, pero son personas en desarrollo con posibilidades de reinserción".
José Bergua, asesor regional de protección de UNICEF
Dima señala que, al igual que el Peti, muchos otros muchachos de las periferias bonaerenses "crecen en asentamientos o villas de emergencia, en medio del desamparo absoluto, inmersos en una pobreza y una violencia que pocos conocen realmente".
A pesar de los intentos de BBC Mundo, en la Policía Federal y dos comisarías de Buenos Aires no quisieron referirse al caso del Peti alegando desconocimiento del tema o imposibilidad de brindar declaraciones de prensa.
El censo penal elaborado por el ministerio de Justicia argentino señala que en 2014 se reportaron 255 detenciones de menores por asesinatos y homicidios y 73 por intentos de asesinato.
La cifra en 2012 era de 181.
En 2014, 1.142 menores de edad fueron recluidos por estar involucrados en delitos graves. Dos años antes fueron 873.
"Las villas están llenas de chicos como el Peti, pero nadie parece advertirlo. Nadie está pensando en como lograr que esos adolescentes puedan proyectarse y tener otra esperanza, otra forma de pelearla que no sea empuñando un arma", concluye el periodista.
Las villas de la periferia bonaerense son escenario de asaltos y microtráfico de drogas
Honduras: Cecilio
Hace un mes falleció el mejor amigo de Cecilio Torres.
Había quedado parapléjico por un disparo hace siete años y esa misma bala incrustada en su cuerpo terminó provocándole un cáncer fatal.
Cecilio Torres fue quien le disparó. Sucedió en el municipio de Choloma, en el noroeste de Honduras, una región con niveles elevados de pobreza y fuerte presencia de pandillas y tráfico de drogas.
"Teníamos menos de 17 años. Yo lo dejé inválido porque él me quería cobrar algo. Eran problemas de narcotráfico", recuerda Torres en entrevista con BBC Mundo.
los 12 años, Cecilio compró su primer arma, una calibre 45 que pagó con lo que juntó vendiendo droga en los barrios de Choloma.
La policía hondureña controla escuelas y barrios con la presencia de pandillas.
"La pistola no me cabía en las manos, pero con ella yo me creía Superman. En ese momento lo que más quería era ganarme el respeto en las calles", relata.
Torres pensaba en aquel entonces que el respeto se lo ganaba a punta de plomo, asaltos, y traficando y consumiendo sustancias prohibidas.
La madre de Cecilio lo echó de su casa y lo más cercano a una familia que tuvo en su adolescencia fueron las pandillas con las que aprendió a disparar, robar y traficar con drogas.
Conoció la cárcel a los 15 años y tenía que vivir escondiéndose porque grupos de narcotraficantes enemigos lo buscaban para matarlo, como lo habian hecho con sus amigos.
"Cuando me escapé de la prisión quise volver a lo mismo, pero todos los de mi grupo estaban muertos. Yo deseaba volverme invisible porque también me buscaban a mí", recuerda.

"Es más barato un balón de fútbol que un ataúd", es uno de los mensajes de los niños que participan en las actividades de Jóvenes contra la violencia.
Más de uno pensaría que la historia de Cecilio concluiría como la del "Peti", pero Cecilio encontró un camino distinto.
Ahora, con casi 24 años, dirige una escuela de danzas folclóricas y es árbitro de fútbol aficionado.
Intenta, con el baile y los deportes como aliados, evitar que otros jóvenes de su ciudad pasen por su experiencia.
"Mi ciudad sigue siendo una de las más calientes (peligrosas) por las pandillas y el narcotráfico, por eso quiero ayudar. Yo tengo que vivir tratando de perdonarme por las cosas que hice y eso no se lo deseo a los más jóvenes", señala Cecilio Torres.
No exagera. Y no sólo es un problema del municipio de Choloma.
Cuando me escapé de la prisión quise volver a lo mismo, pero todos los de mi grupo estaban muertos. Yo deseaba volverme invisible porque también me buscaban a mí".
Cecilio Torres, extraficante de drogas y expandillero, ahora profesor de danzas en Honduras.
Un informe del Centro Electrónico de Documentación e Información Judicial (CEDIJ) de la Corte Suprema de Justicia de Honduras señala que entre 2009 y 2014 la cifra de menores de 12 a 18 años con acciones judiciales en su contra ha aumentado significativamente.
Los niños y jóvenes representan entre el 10% y 12% de todas las detenciones.
Los menores son utilizados para cometer los delitos más graves como son el sicariato, la extorsión, el narcomenudeo y el robo de autos.
Entre el 1 de enero de 2009 y el 25 de octubre de 2013 se registraron acciones judiciales contra 6.835 menores entre los 12 a 18 años en los Juzgados de Letras de la Niñez y Adolescencia por delitos que van desde el asesinato hasta el asalto.
México: Carlos
"En México ya existen centros de entrenamiento para menores", relata a BBC Mundo Carlos Cruz, un expandillero que ahora dirige la organización Cauce Ciudadano, que ayuda a muchachos que salieron de circuitos de violencia en su país.
No exagera. El crimen organizado que opera en diversos puntos del Estado mexicano aprovecha las protecciones legales que gozan los menores y por ello los utiliza para la comisión de delitos.
Y el problema no es sólo de México. Estas bandas criminales extendieron su alcance hacia otros países y también "reclutan" niños y adolescentes en Guatemala y El Salvador.
"Nos involucran desde muy pequeños en pandillas y en el tráfico de sustancias. En mi grupo éramos 23 cuando teníamos 13 años y sólo tres llegamos vivos a los 17 años", relata Cruz.

Carlos se salvó de lo que él llama "una estrategia paramilitar para aprovecharse de los niños" y ahora trabaja para salvar a otros.
No es fácil. En 2015, una comisión especial guatemalteca denunció que las bandas criminales mexicanas se aprovechan de menores para tres fines: comisión de delitos, explotación laboral y explotación sexual.
4.000 menores no acompañados fueron repatriados de México a Guatemala en 2014 y sólo en el primer semestre de 2015 esa cifra aumentó.
Muchos de estos niños y adolescentes fueron cooptados, engañados o secuestrados por el crimen organizado.
Una vez en manos de las bandas o pandillas, primero aprenden a ser "correos" del narcomenudeo, después empiezan a asaltar y finalmente son entrenados para ser sicarios.
Aunque suene difícil de creer, los reportes policiales y testimonios tomados en las cárceles revelan que todo ese aprendizaje puede empezar desde los seis años y culminar antes de los 13.
Nos involucran desde muy pequeños en pandillas y en el tráfico de sustancias. En mi grupo éramos 23 cuando teníamos 13 años y sólo tres llegamos vivos a los 17 años"
Carlos Cruz, ex pandillero mexicano y ahora líder de la organización Cauce Ciudadano.
El censo nacional de justicia estatal de 2015 realizado en México señala que casi 45.000 adolescentes son investigados en relación con delitos del fuero común.
Además, unos 5.000 jóvenes están presos por la comisión de delitos graves, de los cuales el 22% lo están por asesinato y homicidio.
El Comité de los Derechos de los Niños de Naciones Unidas es otra de las organizaciones que, al igual que Cauce Ciudadano, señala que uno de los factores que incide en estas cifras es el reclutamiento de menores en México por parte de la delincuencia organizada.
En México hay niños que crecen rodeados de organizaciones armadas y pandillas.
Una encuesta en centros de internamiento para adolescentes en conflicto con la ley realizada por la investigadora Elena Azaola para UNICEF y el gobierno mexicano, revela que en las colonias o barrios donde estos muchachos crecieron era fácil conseguir drogas y armas.
Además, 25% de los menores señalaron que en sus barrios existían muchas pandillas y en el 39% de los casos los jóvenes señalaron influencia de su entorno para la comisión de delitos.

El coordinador de Cauce Ciudadano señala que el crimen organizado ha potenciado sus estrategias para cooptar menores por las políticas de criminalización y "guerra contra el narcotráfico" implementadas en México desde 2006.
"América Latina tiene que voltear a ver lo que pasa en México para saber cuál es el camino que no hay que tomar. Hagan lo contrario a lo que se hace en México porque sino el remedio puede salirles peor que la enfermedad, como a nosotros", concluyó Carlos Cruz.
Salidas
¿Cómo hacer para que cada vez más chicos terminen como Carlos o Cecilio y no como el Peti?
Mientras los organismos internacionales y asociaciones que trabajan con jóvenes proponen estrategias de reducción de daños y reinserción útil, aumentan los políticos que plantean "mano dura" y reducción de la edad de imputabilidad.
En Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú o Uruguay, por ejemplo, ya existen propuestas legislativas para que los menores puedan ser procesados por delitos como si fueran adultos.
El experto de UNICEF José Bergua explica que debates sobre endurecimiento de penas "no son saludables" porque apenas atienden inquietudes de la población y no consideran todas las dimensiones del problema.
"Con una política de cárceles muchas veces (los jóvenes) salen peor. Hay que invertir en políticas preventivas que, además de todos sus beneficios, son más baratas que mantener a miles de menores en prisión", explicó.

Al respecto, Santiago Ávila, coordinador de la organización hondureña Jóvenes contra la violencia, explicó a BBC Mundo que el sistema judicial hondureño no tiene una estrategia de rehabilitación apropiada.
Jóvenes contra la violencia intenta convertir a exmiembros de pandillas hondureñas en líderes positivos dentro de sus comunidades.
Ávila recuerda que a él mismo le toco perder a su hermano víctima de la violencia y que sus antiguos compañeros de escuela "están asesinados o se volvieron parte de las pandillas".
"Usamos los mismos métodos que las maras para reclutar a los jóvenes, pero lo hacemos para convertirlos en 'embajadores de la prevención'. Promovemos voluntariados y programas educativos", explica Ávila.
Sin embargo, los esfuerzos de Jóvenes contra la violencia, de Cauce Ciudadano o de Cecilio Torres todavía no son suficientes.
La escasa atención a los menores en barrios argentinos, el microtráfico de droga en las provincias centroamericanas, las pandillas y el crimen organizado en México son enemigos -por ahora- muy poderosos.

FUENTE:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/05/160509_america_latina_ninos_sicarios_menores_que_matan_aumento_bm


sábado, 10 de septiembre de 2016

Éxodo masivo en Honduras por acción de las pandillas. La Mara Salvatrucha (MS-13), Barrio 18 y otras bandas tienen tomadas las periferias.

Éxodo masivo en Honduras por acción de las pandillas.
La Mara Salvatrucha (MS-13), Barrio 18 y otras bandas tienen tomadas las periferias.
Foto: AFP
Policía Militar patrulla en San Pedro Sula. 74.000 personas han huido de sus casas en Hoonduras
Geraldina abandonó su barrio después de perder a tres de sus hijos: dos de ellos fueron asesinados por vestir la camisa de su equipo de fútbol, el capitalino Olimpia, y otro por rechazar integrarse a una pandilla en el norte de Honduras.
“También mi hija tuvo que salir del país por amenazas, pero fue deportada de EE. UU. Los pandilleros entraban a la casa y le ponían la pistola en la boca para que no hablara, porque ella miró cuando mataban al hermano”, dice la mujer de 52 años. Geraldina abandonó su casa en la colonia marginal López Arellano en San Pedro Sula, la segunda ciudad de Honduras y una de las más violentas del mundo, situada 180 km al norte de la capital.
Petronila, otra de las mujeres de esa localidad, relató que “los tiroteos, hasta de una hora o más, son casi a diario en la colonia”. Los jóvenes de las pandillas forman verdaderos ejércitos que se desplazan en vehículos de lujo y portan armas de guerra. “Muchas (armas) quedan regadas en las calles” después de las balaceras, cuenta Petronila.
La Mara Salvatrucha (MS-13), Barrio 18 y otras bandas de pandilleros y narcotraficantes, junto con infiltrados en las barras de los equipo de fútbol, tienen tomadas las periferias de las principales ciudades de Honduras, obligando a pobladores pobres a abandonar sus barrios.
Historias similares pueden contar más de 74.000 personas en al menos 20 de los 289 municipios de Honduras, que han tenido que mudarse dentro del país o emigrar a Estados Unidos entre 2004 y 2014, según el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh). Una encuesta del Conadeh determinó que 51 por ciento de esa población huyó por vivir en una comunidad insegura; 20, por amenazas; 17, por asesinato de algún familiar; 12, por haber sufrido lesiones; 10, por extorsiones y los demás por violencia sexual, reclutamiento forzado por pandillas, secuestro y despojo de viviendas.
Conadeh, junto con organizaciones no gubernamentales y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), da apoyo a los desplazados, pero el número aumenta cada día.
El control de los pandilleros es tal que decretan toques de queda: después de las nueve de la noche, por ejemplo, nadie puede salir de su casa porque la pandilla tiene “trabajos que hacer”.
El comisionado de Derechos Humanos, Roberto Herrera, advirtió que 16.424 hondureños llegaron en 2015 a Conadeh solicitando ayuda para lograr refugio en diversas partes del mundo, especialmente en Canadá y Costa Rica.
Esta cifra representa un aumento de 99 por ciento comparado con 2014, dijo el comisionado. Según la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) de Estados Unidos, en Honduras hay unos 36.000 pandilleros activos que siembran el terror especialmente en barrios pobres o marginales.

FUENTE: http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/pandillas-en-honduras-obligan-a-la-gente-abandonar-sus-hogares/16697583




miércoles, 7 de septiembre de 2016

Los Perrones, el poderoso grupo criminal que pocos conocen. El nombre viene de un narcocorrido: "El Perrón de Perrones". No fue escrito para ellos -otros sí-, pero de alguna manera pegó y así se quedaron. Los Perrones de El Salvador. Uno de los grupos criminales más fuertes y, quizás, más desconocidos que operan en Centroamérica.

Los Perrones, el poderoso grupo criminal que pocos conocen.
El nombre viene de un narcocorrido: "El Perrón de Perrones". No fue escrito para ellos -otros sí-, pero de alguna manera pegó y así se quedaron. Los Perrones de El Salvador. Uno de los grupos criminales más fuertes y, quizás, más desconocidos que operan en Centroamérica.

GETTY IMAGES
Image captionLos Perrones son sobre todo transportistas de drogas y personas. En la imagen de archivo, camión detenido con drogas en El Salvador. Foto Getty Images.
Eran los tiempos del esplendor, entre finales de los años 90 y principios de los 2000, cuando los integrantes de esta organización se sintieron inmunes y empezaron a exhibir el dinero que habían obtenido transportando drogas desde Sudamérica hasta los Estados Unidos.
Vehículos, armas, joyas. Y fiestas, particulares y públicas, para las que contrataban bandas musicales del norte de México, en especial de Sinaloa.
Pero no siempre había sido así.

Los comienzos
Antes de que sus caminos se cruzaran, Pablo Escobar y Los Perrones -aún no tenían ese nombre-, compartían un origen común: el contrabando.
En su libro La Parábola de Pablo, el periodista colombiano Alonso Salazar relata cómo, a finales de la década de los 70, el futuro jefe del cartel de Medellín hizo sus primeras armas en la delincuencia organizada como guardaespaldas de un conocido -y respetado- contrabandista al que conoció en Envigado, Antioquia. Con él aprendió el oficio.
Lo mismo hacían, por su cuenta, varios salvadoreños que después integrarían la "federación de transportistas" que ahora entre autoridades y expertos se conoce como Los Perrones.
Una de las personas que más los ha estudiado -y quien me cuenta su historia, incluido el origen del nombre- es Héctor Silva Ávalos, un periodista salvadoreño e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos de American University, en Washington.
El periodista rememora que algunos empezaron su oficio de contrabandistas a fines de los 70, en lo que se conoce como el oriente de El Salvador, una zona al sureste del país fronteriza con Honduras y Nicaragua y aledaña al Golfo de Fonseca, sobre el Océano Pacífico. La prosperidad empezó a llegar en los años 80, con el recrudecimiento de la guerra civil.
El oriente fue una zona de guerra abierta y los contrabandistas de la época crearon corredores por los que ingresaban -desde Panamá y Costa Rica- licores, arroz, cigarrillos, leche y quesos.
Image copyrightOTHER
Image captionPortada del libro Crimen Organizado en América Central, el Triángulo del Norte.
"El tipo de cosas básicas que se mueven durante una guerra, que pueden conseguirse a precios muy bajos", dice Steven Dudley, uno de los directores del sitio de internet InSight Crime, especializado en delincuencia organizada en América Latina y el Caribe, en el que se han publicados varios artículos sobre el tema.
"Después se graduaron en otro tipo de actividades", agrega

La cocaína
Esas otras actividades eran, básicamente, tráfico de personas y de cocaína.
Un ejemplo típico de esa transición es Reynerio Flores, uno de los principales líderes de Los Perrones y quien en la actualidad paga una condena de 80 años de prisión por introducir 2.730 kilos de cocaína en los Estados Unidos.
En la investigación "Crimen Organizado en América Central, el Triángulo del Norte", publicado en 2011 por el Centro Internacional Woodrow Wilson, se indica que Flores nació en un poblado a menos de 20 kilómetros de la frontera con Honduras. Empezó transportando agua en mulas para luego pasar a contrabandear desde Honduras.
Después "extendió lentamente sus tentáculos a Panamá, donde consiguió y vendió de todo, desde arroz hasta jeans falsificados. También uso su red de transportes para enviar inmigrantes ilegales a través de las bien recorridas rutas de emigración de América Central. El salto a las drogas no estaba muy lejano".
Tanto Dudley como Silva Ávalos califican a Los Perrones como una "federación de empresarios del crimen". Reynerio Flores era uno de ellos: tenía una empresa de transportes con fachada legal, la cual era un eslabón más de la cadena. Otros, como José Natividad "Chepe" Luna, poseían terrenos sobre el Golfo de Fonseca, a los que podían llevar personas y droga a través de lanchas rápidas.
Algunos tenían contactos con la policía antinarcóticos. O trabajaban en el vital Aeropuerto Internacional de Ilopango, en San Salvador.
"(El aeropuerto) Fue una de las bases de la operación Irán-Contras en los 80, con todo el trasiego clandestino de armas y dinero para los antisandinistas y también está documentado que sirvió como uno de los primeros puntos de entrada en Centroamérica para la droga del Cartel de Medellín", explica Héctor Silva Ávalos.
Los contactos dentro del aeropuerto hicieron que, según el periodista salvadoreño, Los Perrones lograran lo que ningún grupo delictivo centroamericano -ni siquiera los más poderosos guatemaltecos- había conseguido antes: llevar droga directamente a EE.UU. -especialmente a Nueva Jersey y Maryland-, aunque en pequeñas cantidades, entre uno y tres kilos.

Influencia
Steven Dudley recuerda que Los Perrones siempre han trabajado para el mejor postor.
Por eso, cuando Pablo Escobar cayó y su Cartel fue desmantelado en Colombia, los salvadoreños empezaron a laborar con otros grupos delincuenciales, como el Cartel del Norte del Valle, también colombiano. En la actualidad su principal cliente es el de Sinaloa.
En el mencionado libro del Centro Woodrow Wilson, el investigador Douglas Farah indica que la droga es llevada desde el Pacífico de Colombia -y crecientemente de Ecuador- hasta El Salvador. Allí, Los Perrones la transportan en camiones hasta Honduras o Guatemala, donde la entregan a narcotraficantes mexicanos o guatemaltecos.
A medida que el poder de Los Perrones ha aumentado, también ha crecido su influencia corruptora, que pasó de ser local a tener alcances nacionales en El Salvador.
Héctor Silva Ávalos: "Desde que eran contrabandistas y desde que empezaron a agarrar drogas, tenían la capacidad de sobornar policías, jueces, primero a nivel local y luego nacional. Hasta que finalmente -esto ya a principios del año 2000- tienen capacidad de financiar campañas políticas e incluso de diputados a la asamblea legislativa".
Con ese poder llegó el exhibicionismo. Eso condujo a que llamaran la atención y a que -según Héctor Silva, por presión de EE.UU.- las autoridades los golpeara con fuerza entre 2007 y 2009. Fue en esa época que se detuvo a Reynerio Flores.
Pero una de las características de los Perrones es que, al ser más una confederación horizontal que una organización vertical, se pueden adaptar con rapidez a las pérdidas y reemplazar los eslabones que pierden.

¿Reorganización?
También por eso es casi imposible decir cuántas personas lo conforman y su capacidad real de transporte.
Según Héctor Silva, los últimos datos confiables que se tienen de trasiego de droga por la región son de 2010, del Departamento de Estado de EE.UU. y Naciones Unidas. Entonces, el 90% de la droga que llegaba a Estados Unidos pasaba por el corredor centroamericano. Sa calcula que ese año cruzaron entre 400 y 700 toneladas, al menos 90 de ellas por El Salvador.
"Ese año en el país sólo se decomisaron siete kilos. Siete. Eso te da una idea. Y fue en el 2010, un año después de que los golpearan tanto".
Aunque su poder crecía Los Perrones, a diferencia de Pablo Escobar, no dieron el salto para convertirse en un cartel autónomo. Según el periodista salvadoreño, no están interesados en hacerlo. Otra característica es que, aunque recurren a la violencia si es necesario, prefieren utilizar el soborno.
A pesar del reciente asesinato de "Chepe" Luna en Honduras -al parecer por hechos no relacionados con Los Perrones-, para Dudley y Silva la organización está dando señales de recuperación.
"Parece que hay unos nombres grandes que se han sabido mantener debajo del radar, han mantenido el negocio, nunca se pelearon con las autoridades, nunca empezaron a exhibirse y es gente de la que no oís nada, pero le preguntás a investigadores y te dicen que siguen activos. Entiendo que ahora es gente más joven la que sigue manejando el tema. Y que se han diversificado: ya no son cinco cabezas sino más".
Hasta ahora han logrado mantener un perfil relativamente bajo, pero es probable que en el futuro oigamos hablar más de Los Perrones.