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miércoles, 18 de abril de 2018

8 cosas que Raúl Castro hizo en sus 12 años como presidente de Cuba y a las que su hermano Fidel se negó durante casi medio siglo


8 cosas que Raúl Castro hizo en sus 12 años como presidente de Cuba y a las que su hermano Fidel se negó durante casi medio siglo 

Raúl Castro sucedió a su hermano Fidel en el poder de Cuba en el 2006.
Un hombre de 62 años vende maní bajo un enorme cartel que muestra a los hermanos Castro vestidos con uniforme militar. Raúl, mucho más joven de los 86 años que tiene hoy, tiene la boca abierta y parece gritar alguna consigna.
Fidel, que antes de su muerte declaró que no quería ningún homenaje iconográfico hacia su persona y al que poco caso le han hecho en Cuba, se ve serio y mira a algún punto con el brazo extendido.
"Son los que han dirigido Cuba", dice el manisero.
"Ellos ya hicieron lo que iban a hacer, no estará ninguno ya. Ahora es cuando es. Cuando esto se va a poner bueno de verdad".


Por primera desde que la Revolución triunfó en 1959, el país va a estar dirigido por alguien que no se apellida Castro.

Esta semana, por decisión propia, Raúl dejará el cargo al que había accedido cuando su hermano cayó gravemente enfermo: primero de forma interina en 2006 y oficialmente en 2008.
Aquí te contamos los principales hitos de la década de gobierno de Raúl Castro.
1. El deshielo con EE.UU.
En sendos discursos televisivos al unísono el 17 de diciembre de 2014, Raúl Castro y Barack Obama declararon al mundo que sus países hacían las paces después de más de medio siglo de Guerra fría.
El acercamiento, fruto de negociaciones secretas entre las dos naciones en las que medió el Vaticano, comenzó con un trueque de prisioneros en el que tres espías cubanos encarcelados en Estados Unidos fueron canjeados por un contratista estadounidense preso en la isla bajo cargos de espionaje.
Oficialmente, el 20 de julio de 2015 los dos países reanudaron relaciones diplomáticas y reabrieron sus respectivas embajadas.
En marzo de 2016, Obama visitó La Habana, 88 años después de la última visita de un inquilino de la Casa Blanca.

El deshielo fue visto como un claro logro de Raúl sobre el que Fidel expresó en varias ocasiones sus reticencias.
El embargo comercial y financiero que impone Estados Unidos a Cuba desde 1962 sigue en pie y las relaciones entre las dos naciones han sufrido un retroceso desde que Obama salió de la Casa Blanca y la administración de Donald Trump asumió el poder.
2. Reformas migratorias: los cubanos ya pueden viajar
En 2007, Rolando se lanzó al mar. Estaba hastiado y esa fue la solución que encontró. Armó junto a dos amigos una rocambolesca embarcación para intentar marcharse de Cuba.
Los cubanos se conectan a internet en espacios públicos.
"No había alternativa, esto estaba muy duro y no se podía salir. Esa era la única manera de buscar otra vida", dice.
Seis años después, en enero de 2013, el gobierno de Raúl Castro eliminó los requisitos de viaje y autorizó a los cubanos a salir legalmente del país hasta por dos años sin perder sus bienes o residencia.

"Yo no me arrepiento, todo lo contrario, me alegro, así ya nadie tiene que pasar por lo que yo pasé", dice Rolando que ahora vive en Texas, Estados Unidos.
Rolando tiene 38 años y está de visita en la isla. Desde que cruzó el estrecho de Florida a mar abierto en su improvisada embarcación, no había regresado. "Evidentemente, si los cubanos pueden viajar y conocer al fin el mundo, el país tiene que cambiar", dice.
La reforma migratoria de 2013, que fue actualizada en abril de 2016 y en enero de 2018, facilitó las visitas temporales a los cubanos que antes de 2013 salieron ilegalmente del país -si no lo hicieron por la base naval de Guantánamo- o rebasaron el límite de estancia en el exterior.
Las nuevas leyes migratorias supusieron el fin del permiso de salida, la llamada "tarjeta blanca" que las autoridades debían conceder para viajar al extranjero, y de la carta de invitación que avalaba la salida. En la actualidad, las únicas personas que aún necesitan permisos especiales para dejar la isla son los médicos y los militares.

Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en los últimos cinco años 819.749 cubanos residentes viajaron al exterior y el 11% de ellos establecieron su residencia permanente en otro país y pasaron a tener estatus de emigrado.
Desde la implementación de la reforma, los cubanos que habían emigrado pudieron reasentarse de vuelta en la nación.
Los llamados repatriados en los dos últimos años ascendieron a más 25 mil ciudadanos.
3. Cuentapropismo: la isla se abre a la propiedad privada
"Los sueldos del estado son de risa. Además de que cada vez más la gente quiere tener lo suyo, sus propias ganancias, no depender del gobierno para vivir", comenta Alejandra detrás de un mostrador.
Alejandra, 22 años, estudia filología en la Universidad de La Habana y tres veces a la semana "para ganarse la vida" trabaja en una cafetería privad

En 2010, el gobierno de Raúl Castro tomó la decisión de ampliar el trabajo por cuenta propia en el país. Una reforma que se convirtió en un revulsivo económico y social en la isla.
Según los últimos datos brindados por el Ministerio de Trabajo, los llamados "cuentapropistas" representan alrededor del 12% de la fuerza laboral del país y la cifra asciende a 579.415 personas afiliadas a la propiedad privada.
La "elaboración y venta de alimentos" (que incluye las llamadas paladares o restaurantes) es la actividad más desarrollada con 61.000 licencias otorgadas.
Existen 58.000 trabajadores dedicados al transporte de carga y de pasajeros. Hay 40.000 licencias autorizadas a trabajar en el arrendamiento de viviendas y espacios, una de las modalidades más demandadas.
"Es una lástima que ahora el Estado tenga detenido esto, nadie lo entiende, al final es un freno al crecimiento económico del país", expresa Alejandra refiriéndose a la determinación que adoptó el gobierno cubano de detener la entrega de licencias desde agosto del pasado año.

La disposición ha congelado el ascenso de la propiedad privada en Cuba y según el Ministerio de Trabajo esta disposición forma parte de un "proceso sistemático de revisión y perfeccionamiento encaminado a corregir deficiencias" en el funcionamiento del sector no estatal.
4. Los cubanos pueden comprarse un auto y una casa. Y venderlos también
"El carro que había heredado de mi padre se estaba cayendo a pedazos porque yo no tenía para mantenerlo y no lo podía vender", dice César con el dorso de su cuerpo recostado a un auto de la marca rusa Lada.
En Cuba, no fue hasta 2011 que el gobierno autorizó la compraventa de automóviles usados entre cubanos.
"Recuerdo que dos semanas después que salió la noticia, vendí el carro y salí de aquel suplicio", cuenta César.
Pero esa primera apertura no eliminó la prohibición para comprar autos nuevos. La restricción que exigía tener un permiso gubernamental para adquirir un vehículo fue eliminada por el gobierno de Raúl Castro el 19 de diciembre de 2013.

Desde que inició la revolución cubana en 1959 con Fidel Castro al frente, el gobierno determinó que para que los cubanos pudieran comprarse un auto, debían conseguir un permiso estatal, privilegio solo otorgado principalmente a los altos funcionarios, deportistas de renombre y artistas.
La reforma fue recibida con aliento por los cubanos, pero a modo de sueño, pues los precios de los autos, instaurados por el gobierno, están al alcance de los bolsillos de pocas personas en la isla.
"Todo el mundo se quedó mudo cuando nos enteramos de los costos. Es una cosa absurda y abusiva. Nadie entiende que en otros países los carros tengan un valor y que aquí se lo multipliquen cuando tendrían que hacer todo lo contrario por los bajos salarios de los cubanos", dice César.
Los precios de los autos en Cuba distan de los costos comunes en el extranjero. Por ejemplo, un Peugeot 508 cuesta US$262.000, ocho veces más que su valor en Reino Unido.
También en 2011, el estado cubano permitió la compraventa de casas en el país, tras mantenerla prohibida por décadas, surgió así un mercado de bienes raíces que, aunque limitado, continúa creciendo.

"Revolico", uno de los sitios de clasificados más consultados por los cubanos, tiene más de 40.000 anuncios en su sección de "compra/venta".
5. Internet llega a la isla
Las plazas públicas y los parques cubanos han cambiado su dinámica social. Ya no son aquellos sitios donde la gente iba a ver correr a los niños en las tardes o a tomar la brisa en compañía de su pareja.
Desde 2013, en Cuba, los parques y plazas públicas son oficinas de trabajo y, sobre todas las cosas, el lugar donde los cubanos se pueden comunicar con el mundo a través de un servicio público de internet.
Antes de esa fecha era imposible que la mayoría de los cubanos pudieran acceder con frecuencia a la red.
Pero si bien cada vez más crecen las posibilidades de conexión, las condiciones para acceder a ella siguen siendo arcaicas y limitadas por su baja calidad y su alto costo comparado con los salarios cubanos y a los precios en el resto del mundo.

Según datos de Etecsa, la única empresa de telecomunicaciones que existe en la isla, más de 2 millones de personas tienen correo electrónico y se han contratado millón y medio de cuentas permanentes de navegación.

El gobierno de Cuba autorizó la venta de carros en 2011.
En todo el país existen 635 áreas públicas con conexión Wifi y el gobierno ha comenzado a habilitar servicios de internet a domicilio, de los cuales hay funcionando en todo el país 11.980 hogares.
6. Los cubanos pueden ir a los hoteles de su propia isla
En marzo de 2008, el gobierno cubano rompió con la prohibición que impedía a los ciudadanos de la isla alojarse en los hoteles de turismo internacional.
Hasta ese momento, solo estaban autorizados a hospedarse las parejas en luna de miel o estudiantes y trabajadores destacados en los centros laborales estatales que se acogían a un plan especial.

"Para nosotros ir a un hotel era lo más sublime que nos podía pasar. Si nunca habíamos ido, era lógico que pensáramos así", recuerda Elier, de 37 años.
Antes de la nueva medida, la población con acceso a pesos cubanos convertibles podía utilizar los servicios de los hoteles como restaurantes, tiendas y gimnasios, pero no hospedarse.
"Ese es uno de los grandes problemas de Cuba, que a veces ni con dinero uno resuelve las cosas", dice Elier, quien desde 2008 se ha hospedado en varios hoteles en compañía de su familia.
Raúl Castro eliminó algunas restricciones que mantuvo por años su hermano Fidel.
Después de acabar con la prohibición, las autoridades cubanas justificaron la medida alegando que el turismo padecía una escasez de habitaciones y que además el acceso a los hoteles rompía con la igualdad social de la revolución.
"Al final tantos años con la puerta cerrada en vano, porque cuando la abrieron nada cambió, todo sigue igual en Cuba", dice Elier.
7. Cuba aumenta la inversión extranjera
El mal estado de la economía cubana hizo que al gobierno de Raúl Castro no le quedara más remedio que reformar una ley para otorgar más incentivos a los inversionistas extranjeros.
La fórmula encontrada fue diseñar un megapuerto para convertirlo en el principal polo industrial de la isla.
El sitio seleccionado fue el puerto del Mariel, a unos 45 kilómetros al oeste de La Habana.

Antes de inaugurar el puerto del Mariel, Castro también renegoció la deuda con el Club de París a finales de 2015.
En ese instante, la deuda se encontraba congelada desde hacía más de 30 años. Raúl logró una condonación de US$8.500 millones y su gobierno se comprometió a desembolsar US$2.600 millones en un plazo de 18 años para así acceder a créditos.
Se prevé que Miguel Díaz Canel sea el sustituto de Raúl Castro en el gobierno de Cuba.
8. Límites de mandato en los cargos políticos
Raúl Castro deja de ser el presidente de Cuba por decisión propia.
Una proposición suya al Partido Comunista de Cuba (PCC) terminó modificando la antigua forma de gobierno en la isla y estableció límites de edad y de tiempo de mandato para los cargos políticos.

Los mandatos de los dirigentes fueron limitados a dos períodos de cinco años y se fijó los 60 años como edad máxima para ingresar al Comité Central del Partido y hasta los 70 años para los cargos de dirección en el PCC.
Raúl deja el poder y por primera vez en más de medio siglo alguien que no lleva el apellido Castro asume las riendas de Cuba.

*Este artículo es una versión del que fue publicado originalmente en el medio independiente cubano El EstornudoBBC Mundo lo reproduce aquí con su autorización.

FUENTE: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-43592601

sábado, 26 de noviembre de 2016

Muere Fidel Castro a los 90 años. Su funeral será el 4 de diciembre y se han declarado 9 días de duelo nacional

Muere Fidel Castro a los 90 años.
Su funeral será el 4 de diciembre y se han declarado 9 días de duelo nacional
Desde que el 31 de julio de 2006, día en que el secretario del Comandante en Jefe, Carlos Valenciaga, anunciara que entregaba el poder en su hermano Raúl Castro, la muerte de Fidel Castro era la noticia que cada cierto tiempo sobrevolaba el mundo. Una década después se ha hecho realidad. El líder cubano Fidel Castro ha muerto a los 90 años de edad. Su hermano, el presidente Raúl Castro, en un comunicado de tan sólo seis líneas y poco más de un minuto en la televisión estatal, ha sido el encargado de anunciarlo.
"Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 22.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz", indicó Raúl Castro visiblemente emocionado.
La comisión organizadora de los funerales ha anunciado que se celebrarán el 4 de diciembre en Santiago de Cuba. A lo largo esta semana, las cenizas del ex mandatario, que previsiblemente será incinerado mañana, recorrerán el país durante cuatro días. El Gobierno de la isla ya ha anunciado que se guardará 9 días de duelo nacional en el que "cesarán las actividades y espectáculos públicos, ondeará la bandera nacional a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares".

 Anuncio de Rául Castro
"Querido pueblo de Cuba
Con profundo dolor comparezco para informar a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016 a las 22.29 horas de la noche falleció el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
En cumplimiento de la voluntad expresa del compañero Fidel sus restos serán cremados en las primeras horas de mañana sábado 26.
La comisión organizadora de los funerales brindará una información detallada sobre el homenaje póstumo que se le tributará al fundador de la Revolución Cubana. ¡Hasta la victoria! ¡Siempre!"

Casualidad, coincidencia o intención, Fidel ha hecho historia también con su muerte. El líder de la revolución cubana moría el mismo día en el que se celebraba el 60º aniversario de la partida del Granma hacia Cuba, el yate con el que Fidel y un grupo de exiliados cubanos desembarcaron en la isla el 2 de diciembre de 1956 marcando el inicio de las luchas guerrilleras, que culminarían con el triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959.
Fue una lluviosa madrugada del 25 de noviembre de 1956 cuando el yate comenzó a navegar por las aguas del río Tuxpan, en México. Sigiloso, pues debía burlar la vigilancia de la marina mexicana, consiguieron llegar a mar abierto. El primer paso estaba hecho. Cantaron el Himno Nacional de Cuba, encendieron las luces, la Revolución estaba en marcha. 60 años después de aquella partida histórica, Fidel lo ha vuelto a hacer, transformando el 25 de noviembre en una fecha histórica que ya nadie olvidará.
Su muerte, aunque medio la esperaba, ha pillado en pijama a la mayoría de los cubanos. Marco Antonio Díaz, de 20 años, contó que estaba en una fiesta en La Habana cuando, de repente, detuvieron la música para dar a conocer la noticia. La celebración terminó abruptamente. "Regresé a casa y desperté a todo mundo: Murió Fidel. Mi mamá quedó pasmada", contó a la AFP este trabajador de un lavacoches.
En España, en la Embajada cubana en Madrid, se encuentran "destrozados y en estado de shock". "Ahora lo más importante es difundir el mensaje del presidente Raúl Castro", han asegurado a EL MUNDO.
"Yo nací con esta revolución y de verdad que tengo tristeza, porque él fue un hombre único, con sus defectos, con sus virtudes. Es una pérdida grande y es un hombre que no lo van a olvidar nunca ni los amigos ni los enemigos", declaró Micaela Consuegra, una barrendera de 55 años.

Las últimas imágenes de Fidel Castro son del pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang; y la última vez que se le vio en un acto público fue el pasado 13 de agosto, con motivo de su 90 cumpleaños en un acto en el teatro Karl Marx de La Habana.
En esa ocasión se vio a Castro con un aspecto frágil, vestido con un chándal blanco y flanqueado por su hermano Raúl y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Desde su cumpleaños ha recibido también en su domicilio a otros mandatarios como el presidente de Irán, Hasán Rohaní; el de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; o los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe; de China, Li Keqiang, y Argelia, Abdelmalek Sellal.
En abril, en el XVII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro tambiénreapareció y pronunció un discurso que sonó a despedida y en el que reafirmó la fortaleza de las ideas de los comunistas.
"A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos", afirmó Castro en esa ocasión.
Un padre protector, un tirano
Último de los grandes protagonistas de la Guerra Fría, Castro instauró un régimen marxista-leninista a sólo 150 kilómetros de las costas de Estados Unidos, y se alió con su enemigo acérrimo, la entonces Unión Soviética.
Con mano de hierro, gobernó 47 años la isla y siguió siendo el máximo guía del régimen después de que enfermara y entregara el mando a su hermano Raúl, cinco años menor, el 31 de julio de 2006.
Bajo su mando, Cuba protagonizó la crisis de los misiles, se convirtió en santuario de la izquierda latinoamericana, y envió a sus tropas a África para defender al gobierno izquierdista de Angola contra las fuerzas del apartheid sudafricano.

Fidel dirigió los destinos de los cubanos, para unos como un padre protector, para otros como un patrón severo y mesiánico. Bajo su gobierno nació el 70% de los 11,1 millones de habitantes de la isla.
Sus críticos le achacan haber forjado un sistema totalitario de partido único, represor de toda disidencia y con un rotundo fracaso económico. Sus admiradores, en cambio, destacan que elevó los índices de salud de Cuba al nivel de los del primer mundo, desarrolló la educación, la cultura y el deporte.
En sus últimos años, Fidel Castro, que reapareció esporádicamente en algunos actos públicos, se dedicó a analizar cuestiones de índole internacional como el peligro de una guerra nuclear, el problema de la alimentación mundial o la crisis del sistema capitalista.
En ese periodo, los cubanos asumieron su retirada del poder y, más ocupados por resolver el difícil día a día de la isla, se acostumbraron a vivir sin su tutela directa.
Ahora se sabrá qué efectos tendrá la desaparición de Fidel Castro en las próximas páginas de la historia de Cuba, que abrió una nueva etapa tras el deshielo diplomático con Estados Unidos con Barack Obama, pero que habrá que ver cómo serán las relaciones entre ambos países a partir de enero con Donald Trump en la Casa Blanca.
Simplemente Fidel
De emblemática barba y uniforme verde olivo, el "Comandante en Jefe", llamado simplemente Fidel por los cubanos, fue un líder de personalidad aplastante, omnipresente y de discursos maratonianos.
Visto en los primeros años de enfermedad solo en fotos y videos, en traje deportivo, Fidel se recuperó y reapareció en público en julio de 2010 en algunos encuentros académicos sobre temas internacionales, e incluso vistió en ocasiones de verde olivo, pero sin insignias militares para dejar claro que no retornaría al gobierno.
Nacido el 13 de agosto de 1926 en la aldea de Birán (Oriente), hijo de un inmigrante gallego devenido terrateniente y una cubana humilde, llegó al poder el 1 de enero de 1959 al derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista, tras 25 meses de lucha guerrillera en la Sierra Maestra.
Enfrentó a 11 presidentes de Estados Unidos, a la invasión de Bahía de Cochinos organizada por la CIA en 1961, a la crisis de los misiles de 1962, al embargo impuesto por Washington casi desde el inicio de la Revolución, a la caída del muro de Berlín y a la desintegración de la Unión Soviética.
Bajo su gobierno, más de un millón y medio de cubanos abandonaron la isla por razones políticas y económicas, y se radicaron principalmente en Miami (Estados Unidos), desde donde los más feroces anticastristas organizaron o apoyaron conspiraciones y planes de asesinato en su contra, a veces en complicidad con la CIA.
A lo largo de 40 años (1958-2000) escapó a 634 complots asesinos, según escribió Fabián Escalante, ex jefe de inteligencia cubano, en Cubadebate.


FUENTE: http://www.elmundo.es/internacional/2016/11/26/58391e2522601d856a8b45e8.html


sábado, 5 de enero de 2013

Algo más sobre la muerte de Chávez, del chavismo y su repercusión para La Habana

Algo más sobre la muerte de Chávez, del chavismo y su repercusión para La Habana



El colapso de la salud de Hugo Chávez, entre otras cosas, ha dado paso a la aparición en los medios informativos de un significativo número de sesudos análisis sobre el futuro de Venezuela y de la dictadura cubana. Casi todas las predicciones coinciden en otorgarle a los Castro un rol determinante en el desenlace de los próximos acontecimientos. Les reconocen una capacidad de influencia que los proyecta capaces de dirigir la sucesión venezolana a su conveniencia y hasta en posición de encontrar sustituto benefactor en caso de que se esfume el millonario subsidio de los petrodólares.

!Válgame, Dios! Asumir como racional los planes cocinados por el aparato de la inteligencia de La Habana, y vender la idea de que están en control de la sucesión en Venezuela, o de la supervivencia sin Chávez, es tan absurdo y loco como el fracasado engendro llamado “revolución socialista” cubana. Si aún no se han dado cuenta, los Castro no están en control ni de la situación interna en la isla, donde el desmadre de la corrupción generalizada no les permite que funcionen sus políticas, y ni siquiera tienen garantizada su propia sucesión, menos después de descabezar su línea sustituta, supuestamente natural, hace unos pocos años.
Fidel y Raúl Castro
La muerte de Chávez, en cuestión de horas o días por cierto, desmerengará todo ese andamiaje conocido como chavismo del mismo modo que se viene abajo un castillo de naipes. También representa el fin de las estructuras y alianzas antidemocráticas que le acompañan enfocadas en la desestabilización de la democracia regional. Ni lo uno ni lo otro tiene alternativa de salvación posible. Y la razón es obvia; el Socialismo del Siglo XXI y todas sus estructuras están fraguados sobre el liderazgo carismático del caudillo moribundo. No tienen otro asidero, ni siquiera en la ya mermada billetera de PDVSA.

Hay quienes comienzan a valorar las circunstancias políticas al estilo del jugador de villar. Utilizan de argumentos, la opinión de que las recientes declaraciones de Evo Morales, casi un obituario de despedida de este mundo a su mentor ideológico, y la advertencia de Dilma Rousseff, contraria a la posibilidad de un golpe de Estado en su vecina nación, las echan a rodar como hilos coordinados del plan de los Castro, para afincar a Nicolás Maduro en el poder, quitándole del medio a las demás facciones en pugna, entre las que se destaca la comandada por Diosdado Cabello en alianza con los llamados narco generales y otros de sus compañeros de graduación aún activos en el  ejército. Y montan en ese barco hasta al presidente Juan Manuel Santos, por la supuesta conveniencia de que La Habana le ofrezca garantías en el proceso de paz que este y su gobierno negocian con la narco terrorista FARC.

¿Cuál es el pedigrí de Nicolás Maduro? No perdamos de vista el hecho de que este señor hoy es el designado por Chávez para sustituto, pero cuando el comandante presidente debutó con el cáncer y hubo que operarlo de modo sorpresivo en La Habana, después Maduro pasó tiempo con un bajo perfil político, supuestamente medio tronado por el Patrón, por haber salido a buscar contacto con los Yanquis en esas horas de confusión e incertidumbre respecto al futuro. “Curiosamente” por estos días sale a la luz pública que ya comenzaron los contactos de alto nivel entre la Casa Blanca y el gobernante en funciones de la Patria de Bolívar, explorando vías que puedan facilitar la reconstrucción de las deterioradas relaciones bilaterales. Por ahora, el antiguo chofer de guaguas también representa la carta por la que apuesta, como mal menor, el castrismo. De consolidarse finalmente en el poder, esperemos a ver cuánto dura esa alianza. No sé por qué, pero lo que me viene a la mente es el destino del merengue en la puerta de un colegio.
Nicolas Maduro


Además, en el dilema de Venezuela lo decisivo en verdad no son las patrañas de los tiburones políticos latinoamericanos que se salpican de su renta, sino los intereses creados dentro de las propias filas del poder. Estos 14 años de chavismo han estado plagados de robo a las dos manos, malversación de bienes de todo tipo, corruptela a lo descarado, desvíos multimillonarios de recursos, narcotráfico autorizado por la oficialidad, desconocimiento arbitrario de las leyes, impunidad delictiva y otro chorro de barbaridades. En fin, que está en juego y con peligro de perderse las fortunas mal habidas de muchos de esos dirigentes y funcionarios chavistas y de los jefazos castrenses. Y no están exentos de que puedan concluir sus obras macabras hospedados en las prisiones por tiempo indefinido. Todo dependerá de cómo salgan posicionados en la sucesión en curso.

Y se sabe que el dinero cuenta con la propiedad de hacer bailar al cojo y ver al ciego. Lo que quedará servido en la mesa venezolana es, nada y más y nada menos, que todo el bistec del poder, libre de dueño a consecuencia de unas células malignas que no fueron derrotadas. Esto es algo así como miles de millones de dólares, y otras cuestiones vitales que implican libertad, muerte y estatus, para las hienas convocadas o en disputa por el codiciado botín. Imaginar que una sarta de ineptos y repudiables parásitos, a miles de kilómetros de distancia, van a disponer con autoridad sobre los contendientes en el terreno de la nación sudamericana, es tan tonto como confiar en las garantías que en España ofreció Francisco Franco en su momento: “todo está atado y bien atado”.

Una última anotación sobre Nicolás Maduro, para llegarle al puesto de heredero de la corona señalado por Chávez y los Castro, tuvo que sonreír melosamente mientras era analizado y sometido a escrutinio por el aparato seguroso de los cubanos. Esa actitud nada grata, lo demerita ante la facción de los chavistas que con prudencia esconden su rencor y desprecio a la pandilla totalitaria y a sus testaferros de Caracas. Tampoco le asiste la condición innata de liderazgo popular ni las cualidades de pintoresquismo payasezco, ni la desmesura grandilocuente de su liquidado presidente. Y llegado el momento de: ¡El rey a muerto! ¡Viva el rey!, desaparece para siempre la avasalladora obediencia que se le debía a Chávez y a las reglas por el impuestas. Saldrán del closet los afilados garfios de las ambiciones personales de la tropa sin comandante, y se formará inevitablemente el quitate tú pa’ ponerme yo, que, por supuesto, será la comidilla de la prensa internacional y el tema tabú de la Mesa Redonda en La Habana.

Pero regresemos al platanal de Bartolo con alambradas. A los que ya lo olvidaron les recuerdo que en los 90’, cuando el desplome de la URSS y su Campo Socialista, el régimen de los Castro logró sobrevivir a duras penas mediante la adopción de varias medidas que le representaron liquidez fresca. Estas fueron: legalizar el dólar, abrirse al turismo internacional, a la inversión extranjera, autorizar los negocios particulares y estimular el envío de remesas familiares. Para completar su jugada de resistencia ante la descomunal crisis, abrieron las compuertas fronterizas en 1994, y facilitaron el éxodo de más de cien mil cubanos. Luego, como bendición del cielo, les cayó Hugo Chávez con el boom de los precios del petróleo y su ambición continental, y sobre esa tabla salvadora han flotado hasta el día de hoy. Pero ojo, a diferencia del grueso regalo bolivariano, ninguna de las medidas mencionadas dejan beneficios significativos para la sobrevivencia de la dictadura, y los EEUU no aceptan ni pueden darse el lujo de comerse sin protestar siquiera otro éxodo masivo. En resumen, suprimir el multimillonario subsidio significa para Cuba que la desconecten del respirador artificial,  y en su cuadro clínico comatoso ya se nota de antemano el tinte cianótico. No tendrá otra variante que morir de paro cardio respiratorio.   

Hay quienes se aventuran en señalar a Brasil como futuro benefactor emergente. Lo que resulta una descabellada miopía. Es verdad que hay lazos históricos, políticos e ideológicos que unen a ambas naciones. El gigante de la samba constituye la potencia de mayor peso en América Latina. El gobierno de la Rousseff y su Partido de los Trabajadores (PT) forman parte de la izquierda internacional que tradicionalmente ha aupado a la Junta Militar de La Habana. Tienen fuertes inversiones en la isla, como la enorme remodelación del puerto del Mariel convertido en Zona de Desarrollo Especial. También se desmarca la nación sudamericana abriendo por primera vez al capital foráneo la destartalada industria azucarera, mediante el monopolio empresarial Odebrecht, cuya subsidiaria Compañia de Obras e infraestructura de Brasil (COI) recientemente firmó un contrato de administración del Central 5 de Septiembre, ubicado en la provincia de Cienfuegos. Desde la época del mandato de Lula da Silva, Brasil desempeña el rol de intermediario de la dictadura frente a los EEUU. Y en la ONU siempre concede su voto a favor de los hermanos Castro. Pero hasta ahí las clases, no tiene modo de escalar a ligas mayores, menos de asumir la manutención de ese régimen, como si se tratara de un polluelo en el nido.

Están los que identifican a Rusia y China de posibles sponsor sustitutos. Eso es como no haberse enterado de que la Guerra fría terminó hace nada menos que veinte años. Cuba no forma parte del área de influencia de ninguna de estas dos naciones. Y China no necesita situarse a 90 millas de USA, está colada dentro y participa activamente en el mayor mercado del mundo de bienes, productos y servicios, sin necesidad de arrimarse a la quebrada islita tropical. Por su parte, Rusia, país tercermundista con armamento atómico, antes se asfixió con el desangre por el envío de dádivas multimillonarias. En la actualidad ni siquiera tiene claro cómo resolver sus propios problemas económicos. ¿Qué ganaría con subirse nuevamente a su espalda a ese régimen sietemesino del Caribe? Así es, absolutamente nada, todo lo contrario. 

No amerita ni tomar en serio los otros dos países que también dan algunos analistas como sucesores listos para sacar la billetera y sufragar al castrismo a falta de Venezuela, esos son Irán y Angola. Nada que ver, no reúnen la más mínima condición para cubrir tal patrocinio.

 Lo importante a tener en cuenta es que Cuba no resuelve con alianzas políticas ni ideológicas. Requiere de billetes, muchos billetes regalados y es ahí donde se le traba el paraguas. Más, en esta época de crisis económica mundial, con precios del petróleo y los alimentos por las nubes. Sin menospreciar los tornados políticos que provoca la Globalización y las dinámicas y explosivas tecnologías modernas que trae consigo, y cuyo efecto transformador hasta en los escenarios más cerrados resulta imposible de detener. En la isla, a fin de mes hay que pagarle el salario al policía, al seguroso, al funcionario estatal, al panadero y los doctores… El transporte público requiere de un gasto mínimo al igual que el funcionamiento de los hospitales, escuelas e industrias o fábricas del gobierno. Algunos entendidos en la materia dictaminan que el régimen necesita entre 10 y 12 mil millones de dólares anuales para mantener operativa la infraestructura básica de la vida nacional. Y hay quienes cifran entre 6 o 7 mil millones el manjar que le saprofitan al chavismo. Por tanto, de cerrarse la pila de petrodólares el mambo se pone duro, durísimo. El pronóstico es que de esta no los salva ni el médico chino, ni la siembra de moringa o la cría de curieles.

Y ahora podemos guiarnos por el postulado que expresa la Tercera Ley de Newton: “toda acción genera una reacción”. En lo que se apaga el batallador incansable gran jefe a manos del agresivo cáncer con metástasis y todo que aqueja, se irá encendiendo y reverberando la enconada guerra palaciega entre las diversas facciones chavistas. Los Castro estarán muy atentos y con una injerencia cada vez más creciente en los asuntos internos de esa nación soberana que pretenden esclavizar por siempre.  Y, por supuesto, la lucha intestina dentro del poder bolivariano, replicará con un efecto en espejo en las facciones del poder del régimen dictatorial de La Habana. Sobran en Cuba los cuadros del Ejército, Gobierno, Estado, Partido… que como en los casos de Egipto, Libia o Siria  no están dispuestos a hundirse en la barca totalitaria y perder las riquezas acumuladas durante medio siglo con un sacrificio atroz. Esos hasta hoy fieles compañeros de viaje, brincarán como hace el guanajo al subirlo a un zinc caliente. No tengan dudas.
Barack Obama
    

Para terminar de cocinar est ajiaco solo me resta referirme a otros dos factores. La administración de Barack Obama tiene el poder y la obligación moral de no repetir su postura de hacerse el sueco al estilo de la actuación de USA respecto a los crímenes de lesa de humanidad que ocurren en Siria desde hace más de dos años, protagonizados por Bashar Al Assad y su criminal régimen. Venezuela no está ubicada en Medio Oriente, es parte integrante de nuestro hemisferio. No se debe admitir bajo ningún concepto un golpe de Estado en esa nación sudamericana ni el desmontaje de la democracia y el Estado de Derecho. Con la aplicación de fuertes medidas políticas y económicas sobra para desalentar cualquier intento de secuestro del poder por parte de los chavistas sobrevivientes. No es momento para los EEUU de escudarse tras una política errada que opte por la contención y la llamada no injerencia en los internos de terceros. El orden civilizado y la democracia regional así lo ameritan.  

Y soplan vientos arremolinados y libertarios. El pueblo venezolano demostró en las pasadas elecciones presidenciales que quiere libertad y cambios democráticos, votando en masa a favor del candidato opositor a pesar de la política del chantaje, la intimidación y la represión sufrida todos estos años. Está al sonar la campana y aparecerán los reclamos populares masivos. No es un pueblo manso ni cobarde, ya lo ha demostrado en muchas ocasiones. La comunidad internacional debe permanecer alerta para extenderle su mano en el momento que este se lance a las calles determinado a recobrar su libertad.

Están agotados, ya casi vencidos. No es tiempo de vida para Chávez, su chavismo y los mequetrefes de la Habana. Caerán. 


Dr. Darsi Ferret

FUENTE: http://www.radiomiami.us/noticia.php?idn=11246


viernes, 2 de enero de 2009

La revolucion cubana: cinco decadas de lucha




Cinco décadas de lucha

(fuente BBC MUNDO)

Redacción BBC Mundo
martes, 09 de diciembre de 2008 18:31:49
Cinco décadas de lucha
Cuba es sinónimo de Revolución. Para unos, el país tiene una historia de heroísmo y lucha por la libertad.
Cuba es sinónimo de Revolución. Desde el 1 de enero de 1959, la isla ha dejado su huella en el mundo, y todavía sigue haciéndolo hoy.
Muchos de nosotros crecimos con la Revolución cubana, con las hazañas o desventuras de sus protagonistas. Para unos significa una historia de heroísmo, de lucha por la libertad y contra el imperialismo. Para otros, es justamente lo contrario: símbolo de dictadura y opresión.
Lo cierto es que Cuba desata pasiones, y ponerse a escribir sobre lo que fue, es y será la Revolución resulta un verdadero desafío. En BBC Mundo aceptamos ese reto y nos pusimos a explorar.
Analizamos , pero también . Más aún, nos interesa saber cuál es de la Revolución cubana.
Quisimos ir más allá y exploramos de la isla
.
Para entender el inicio de la Revolución, uno debe conversar con aquellos que estuvieron luchando día a día por la caída de Fulgencio Batista, y contaron a BBC Mundo cómo fue esa lucha.
Luego, también recogimos los testimonios de los , para entender lo que significó para ellos este proceso.
¿Y el impacto en el mundo? La Revolución fue seguida desde el principio y en el mundo reflejaron su triunfo en 1959.
La isla cambió en cinco décadas y su impulso revolucionario se extendió a otros lugares.
Pero no sólo se transformó la isla: en Estados Unidos, en Florida, la ciudad de también cambió gracias a esta Revolución. La llegada de cientos de miles de por décadas ha marcado a esta urbe para siempre.
La gran mayoría llegó con la intención de volver, y aunque hoy son parte de la Unión, la isla sigue marcando la vida de . Cuando cuentan su historia, tienen algo en común: todos recuerdan en el día de su salida de la isla como si hubiera ocurrido ayer.
Lo invitamos a que nos lo cuente y, si quiere probar sus conocimientos sobre la isla caribeña, hágalo en este blog.

Cuba hizo historia el 1 de enero de 1959 y sigue haciéndolo hoy. En BBC Mundo, le invitamos a seguir este proceso.
lunes, 08 de diciembre de 2008 18:03:58
La Revolución cubana, en los titulares

¿Cómo reflejó la prensa argentina los hechos del 1 de enero de 1959?
Y los titulares fueron contundentes: "Encabezados por 'Che' Guevara entraron en La Habana los rebeldes. Las fuerzas libertadoras fueron objeto de una gran demostración", consignó Crítica, por entonces el diario de mayor influencia entre los intelectuales argentinos.


La portada de dicho vespertino, dedicada exclusivamente a Cuba, incluyó una foto en la que "dos de los hijos del dictador Batista... aparecen sonrientes en su llegada a Nueva York, sin comprender el drama que su padre desencadenó en el pueblo cubano, hundiéndolo en el silencio y la opresión".
En las ediciones siguientes, Crítica destinó importantes espacios a Ernesto Guevara. El 3 de enero tituló: "El argentino Guevara: permitió al pueblo cubano ser hoy material y moralmente libre, dicen los exiliados". Y hasta entrevistó a su familia: "El padre del 'Che' no irá pronto a Cuba. La mamá... sí espera ir pronto allá".
Ese mismo día, el diario El Mundo, hoy fuera de circulación, tituló a cinco columnas: "Es inminente el arribo de Fidel Castro a La Habana. La capital cubana prepara una triunfal recepción al patriota". Al día siguiente, escribió que "Fidel y Guevara están fundidos en el mismo bronce de la gesta libertadora".

El conservador diario La Prensa abrió su edición con el editorial "Otro dictador que huye", sobre la caída de Batista. Y expresó: "Ha huído, derrocado, otro dictador de los que con su solo nombre ensombrecen la historia de América".

Clarín, por entonces un diario popular e incipiente y hoy el matutino de mayor circulación del país, destacó en su portada del 2 de enero una foto casi artística de Fidel Castro de perfil, con el comentario: "Cuba: Batista entregó el gobierno a una junta militar y huyó; Castro sigue la lucha".

En las páginas interiores, un gran despliegue fotográfico ilustró las "Sucesivas etapas de un movimiento triunfante", incluidos los festejos en las calles de Buenos Aires. Bajo la foto de un Guevara muy joven se leía "Ernesto Guevara, apodado 'Ché' por sus compañeros, es uno de los principales lugartenientes de Castro. Joven de gran valentía, el argentino... dirigió varias de las operaciones más difíciles de la prolongada lucha".
Días más tarde, Clarín envió a su corresponsal en Estados Unidos a Cuba para "establecer contacto directo con los hombres de la liberación".
Al avanzar el mes, un pronóstico se repitió en Crítica y El Mundo: "Habrá elecciones en Cuba dentro de un año y medio", vaticinaron. Ya ha pasado medio siglo.
"Informe de Clara Fernández Escudero, para BBC Mundo."

Fernando Ravsberg
lunes, 08 de diciembre de 2008 18:00:26
Los éxitos de la Revolución

El corresponsal de BBC Mundo en Cuba destaca los principales temas que le han salido bien a la Revolución cubana.
Los éxitos de la Revolución pueden encontrarse en el terreno social donde la isla supera al resto de los países del continente, incluso a los más grandes y ricos.
Muchos coinciden en que el mayor logro es haber desarrollado una poderosa red nacional de asistencia social, algo que ha servido de muro de contención para impedir que el 20% más pobre de la sociedad caiga en la miseria y la extrema pobreza.
El Estado se hace cargo de esas familias, entregándoles dinero extra, módulos de alimentos, ropa y también muebles. En los casos en que haya personas impedidas física o mentalmente se llega incluso a pagar un salario para que reciba los cuidados necesarios.
Desde el inicio mismo de la Revolución se tomaron medidas en beneficio de los más pobres. La reforma agraria dio trabajo al 100% de los campesinos. Unos recibieron tierras, otros se integraron en cooperativas y muchos se convirtieron en obreros de granjas estatales.
Sin niños de la calle
En las ciudades se prohibió el desalojo, se decretó una reducción de los alquileres y finalmente se realizó una reforma urbana que convirtió en propietarios de sus casas al 85% de los cubanos, una realidad que se mantiene hasta hoy.
En el país ni siquiera existen "niños de la calle". Los huérfanos, hijos de enfermos mentales o de personas presas, viven en instituciones que les garantizan casa, comida, atención médica y educación, incluyendo estudios superiores.
Pero tampoco son una excepción porque el 100% de los niños y adolescentes van a la escuela, que es efectivamente obligatoria hasta noveno grado, y sigue sin costar ni un centavo hasta el nivel universitario, donde son gratuitos hasta los libros de texto.
En Cuba la ley obliga a los padres a enviar a sus hijos a la escuela. Se considera un derecho del niño que en caso de ser violado puede implicar la pérdida de la custodia del menor y medidas judiciales contra las personas que lo tienen a su cargo.
Y ningún niño queda exento. 60.000 pequeños con limitaciones físicas o psíquicas asisten a escuelas especiales en las que reciben clases ordinarias, fisioterapia y atención psicológica, una combinación que les permite desarrollar al máximo sus habilidades y posibilidades.
Carro, casa y beca
En estas escuelas se unen dos de los mayores éxitos de la Revolución cubana: la educación y la salud pública. Esta última ha desarrollado un gigantesco sistema nacional que da cobertura a todos los ciudadanos sin excepción de ningún tipo.
El sistema tiene cuatro niveles: el médico de la familia, que vive a pocas cuadras de la casa; el policlínico del barrio; el hospital del la zona; y los institutos especializados. Todo es gratuito, con excepción de los medicamentos que están subvencionados.
Nada queda fuera de la salud pública cubana. Desde el más sencillo dolor de cabeza hasta el tratamiento de enfermedades asociadas al VIH/SIDA, pasando por trasplantes de órganos, atención odontológica e incluso cirugía estética.
El resultado puede verse al comparar las estadísticas de Naciones Unidas sobre esperanza de vida. Cuba ocupa el tercer lugar en todo el continente con una esperanza de vida de 76 años para los hombres y 80 para las mujeres.
En cuanto a la mortalidad infantil, la cifra de la ONU es de 5 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, un logro que sitúa a Cuba por encima del resto del continente, sólo comparable a Canadá.
Región
¿Después de la tormenta?

De la misma forma que nadie muere en Cuba por enfermedades curables, muy pocos mueren por el efecto de los ciclones que atraviesan el país cada año. La Defensa Civil, creada por la Revolución, es capaz de evacuar a millones de ciudadanos a lugares seguros.
Este año ha sido ilustrativo, cuando tres poderosos ciclones atravesaron la isla provocando daños en medio millón de viviendas, destruyendo la mayor parte de las cosechas y derribando cientos de torres del sistema eléctrico. Sin embargo, sólo se produjeron 7 muertes.

Antes de 1959, e incluso en los primeros años de Revolución, los muertos se contaban por cientos y por miles cada vez que un fenómeno atmosférico de este tipo penetraba en el país. Eso, sin contar las enormes pérdidas económicas que producía.

Ahora la Defensa Civil "toma el control" en los territorios por donde se prevé que pasará el huracán. Días antes evacúan a las personas, protegen a los animales y trasladan los alimentos, evitando muertes y salvando así todo lo que es posible salvar.
Y también son escasas las víctimas producto de la violencia social.
Además, la inseguridad ciudadana que se vive en la isla es ínfima. Comparada incluso con los países más seguros de la región, Cuba es sin lugar a dudas uno de las sociedades más pacíficas del continente.
Es un hecho extraño que se produzca un asalto a mano armada, los robos con pistolas o armas blancas casi no existen. Los delitos más comunes son el arrebato de una cadena, un reloj o el bolso, que por lo general se realizan al descuido y sin amenazas.
Sin lugar a dudas, esta paz ciudadana tiene que ver con la presencia constante de la policía en las calles, pero muchos argumentan también que para evitar la violencia, contribuye de forma determinante el nivel de educación, el acceso a la salud y el control de la pobreza.
Pero la Revolución también tiene sus deudas.

Fernando Ravsberg
lunes, 08 de diciembre de 2008 17:59:29
Las deudas de la Revolución
El corresponsal de BBC Mundo pasa revista a los temas pendientes del proceso que empezó hace cinco décadas.
A pesar de las promesas iniciales de la Revolución, sus críticos y opositores aseguran que el proceso político que empezó hace 50 años tiene sus principales carencias en el terreno de los derechos civiles y políticos de la ciudadanía, en la falta de libertad de organización política, económica, de expresión o de prensa.
Y es que la gran mayoría de la sociedad civil se agrupa en organizaciones afines al gobierno, que están dirigidas por líderes del Partido Comunista, como los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres o la Central de Trabajadores de Cuba.
Si bien es cierto que en Cuba algunas agrupaciones religiosas y los masones gozan de estatus legal, la posición oficial puede ser tan radical que el club de las motos Harley Davisson no ha logrado que las autoridades lo reconozcan legalmente.
La oposición política es ilegal. Los grupos disidentes son tolerados, pero carecen de respaldo jurídico. Cualquier tipo de actividad pública suele ser reprimida y aquellos que insisten pueden terminar en la cárcel.
Incluso los comunistas críticos, que buscan cambios dentro del sistema, como Eliécer Ávila o Pedro Campos, carecen de un espacio de debate y desde el oficialismo se les acusa de promover la división y de darle armas al enemigo.
La prensa... oficialista

El escritor Lisandro Otero sugirió hace varios años en un artículo que en Cuba todo lo que no es obligatorio está prohibido. Puede sonar a exageración, pero la verdad es que para la población tampoco hay mucho espacio de debate.
Los medios de comunicación están manejados por el Partido Comunista, que marca la línea editorial de cada periódico, revista, emisora de radio y canal de televisión. Por lo tanto, las voces discordantes suelen no ser bienvenidas.
Juan Marrero, vicepresidente del la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), dijo a BBC Mundo que la principal tarea de un periodista cubano es defender la Revolución y reconoció que hay temas que no se tocan porque pueden beneficiar al enemigo.
La prensa nacional sólo entra en temas como la prostitución, la delincuencia, el racismo, los salarios o la corrupción, después de que Fidel o Raúl Castro han hablado de ellos públicamente, estableciendo lo que muchos llaman acá la "línea oficial".
Así, durante años las jineteras (prostitutas) no existieron para los periodistas, no se mencionó la corrupción hasta que el Comandante dijo que ésta ponía en peligro la Revolución, y se empezó a hablar de que existían drogas cuando Fidel Castro lo denunció en un discurso.
Así también, los periodistas nacionales defendieron siempre que los salarios mensuales de US$15 eran suficientes para vivir... hasta que el 26 de julio del 2007 Raúl Castro los desmintió.
Es la economía...
Y es que en el terreno económico la Revolución cubana tampoco cosechó demasiados éxitos. Medio siglo después el oficialismo reconoce que campea la corrupción, los salarios son insuficientes para vivir y las posibilidades de consumo del ciudadano son mínimas.
Además, el gobierno limita la libertad económica de los ciudadanos impidiendo el desarrollo del trabajo por cuenta propia, actividad que necesita de una licencia que las autoridades no entregan desde hace más de 10 años.
No se puede olvidar que EE.UU. estableció un embargo económico en 1962 que costó al país, según cifras oficiales, casi US$100.000 millones, y afectó todas las aéreas económicas, incluido el turismo, la producción de azúcar y tabaco e incluso la extracción de níquel.
Sin embargo, los críticos señalan que el gobierno cubano también cometió errores económicos, como arrasar todos los árboles frutales de La Habana en los años 60, paralizar el país para realizar una zafra azucarera en 1970 o basar la agricultura en granjas estatales, que resultaron bastante improductivas, como lo reconoce la misma Oficina Nacional de Estadísticas.
En los años 80, Cuba dejó de pagar a sus acreedores occidentales y terminó comprando casi el 100% de sus importaciones en países socialistas, donde gracias al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) podía tener créditos e intercambiar ventajosamente sus producciones.
José Martí advirtió en el siglo XIX que: "Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad. El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse, vende a más de uno. El influjo excesivo de un país en el comercio con otro, se convierte en influjo político".
El apóstol cubano fue un visionario. Cuba no solo copió el modelo económico y político de la Unión Soviética sino que cayó en la mayor crisis de toda su historia cuando desapareció el bloque soviético, una crisis que todavía se arrastra hasta nuestros días.
Pero la Revolución también ha tenido sus triunfos.

lunes, 08 de diciembre de 2008 17:59:51
El futuro de la Revolución

Cuando Cuba celebra cinco décadas de proceso revolucionario, el corresponsal de BBC Mundo en la Habana analiza cuál podría ser.

Pocos dudan de que el futuro de Cuba y su proceso revolucionario estará determinado en gran parte por las medidas que el gobierno de Raúl Castro adopte en los próximos meses. La mayoría de los cubanos, desde los intelectuales hasta el hombre común, coinciden en la necesidad de realizar cambios.

Incluso Fidel Castro, poco antes de su enfermedad, expresó que el proceso revolucionario podía ser destruido "por nosotros mismos" y en uno de sus discursos dijo que Revolución es "cambiar todo lo que debe ser cambiado". Con ello abrió una gran puerta.
El 26 de julio de 2007, el general Raúl Castro, ya entonces presidente en funciones, prometió hacer cambios estructurales pero con un límite: "Lo único que no cuestionará jamás un revolucionario es nuestra decisión de construir el socialismo".
Por su parte, la población lo expresó con toda claridad en 1,2 millones de críticas al funcionamiento del país, planteadas durante 2007, en un debate nacional organizado por el propio Raúl Castro y en el que participaron cerca de 5 millones de cubanos.
La intelectualidad ha escogido Internet. La página española "Kaosenlared" se ha convertido en el centro de la polémica. Recoge cientos de propuestas para transformar la realidad cubana, y los internautas de la isla y del exterior discuten en foros interactivos.
Debate de izquierda
Resulta además interesante que recientemente haya surgido una tendencia de izquierda pero crítica con el sistema, a la que se suman viejos y jóvenes comunistas que, paradójicamente, apelan a que se construya un "verdadero socialismo".
Su pensamiento lo sintetiza el ex diplomático Pedro Campos, cuando afirma que, "el haber mantenido el trabajo asalariado como la forma de organizar la producción ha significado - en esencia - continuar con el mismo modo de producción capitalista, aún cuando se haya intentado un tipo de distribución igualitaria".
En el otro extremo, el economista disidente Oscar Espinosa Chepe reclama que "el presidente Raúl Castro, conocido por su pragmatismo, reflexionará sobre la experiencia china y retomará la idea de promover cambios estructurales y de conceptos".
En definitiva, nunca hubo un espíritu tan generalizado a favor del cambio como el que se puede notar ahora. Es como si la sociedad entera percibiera que las cosas ya no pueden seguir como hasta hoy.
Sin embargo, los que piensan de otra forma no tienen plataforma de opinión. El escritor Félix Sautié denuncia que "se descalifica incluso en ocasiones como enemigos a quienes expresan algo diferente o que no le suene bien al pensamiento oficial establecido".
¿Cómo salir adelante?
Muchos son los que creen que el país se encuentra inmerso en una grave crisis. La agricultura no produce, en las empresas se trabaja poco, la corrupción crece, el poder adquisitivo está por los suelos y la emigración de jóvenes aumenta cada día.
El doctor Lázaro González sostiene que entre los principales problemas están los "pobres niveles de productividad", "las ilegalidades, robos y corrupción" y la "poca motivación" del trabajador que ve a la empresa como un "ente ajeno".
Y es que la economía parece ser el sector que más preocupa a los cubanos.
Una encuesta clandestina realizada por una fundación, adscrita al Partido Republicano de Estados Unidos, determinó que más del 50% de los consultados aspira a cambios económicos, mientras que las transformaciones políticas fueron demandadas por menos del 10%.
En poco tiempo, es muy posible además que la isla se enfrente a una relación distinta con Washington. Si llega a crearse una buena vecindad e incluso un posible levantamiento del embargo, Cuba se quedará sin el "enemigo imperialista" que inflamaba los discursos y a las masas.
Armando Hart, uno de los líderes que acompaña a Castro desde la lucha insurreccional, acaba de advertir que "el reto es inmenso", pronosticando que nace "una nueva etapa en el combate ideológico entre la Revolución cubana y el imperialismo".
Los cambios se iniciaron a la semana siguiente de que Raúl Castro asumiera oficialmente la presidencia, pero se detuvieron después del paso de los ciclones por la isla. Se especula mucho sobre las razones de la inmovilidad, pero sólo el gobierno conoce las verdaderas causas.
Lo que pase en el futuro con la Revolución cubana estará muy ligado a su capacidad de transformarse a sí misma. Incluso la población que la apoyó durante décadas reclama hoy mejoras económicas, sobre todo en los salarios, la alimentación y la vivienda.
El director de cine Tomás Gutiérrez Alea, Titón, dijo que "el guión del socialismo es excelente, pero la puesta en escena deja mucho que desear".
El sentimiento de muchos acá en Cuba es que la Revolución sólo escapará a esta sentencia si es capaz de convertir la originaria propuesta de bienestar en una realidad palpable para el hombre común.