domingo, 21 de noviembre de 2010

A Quemarropa: Carlos Álvarez

A Quemarropa: Carlos Álvarez
El humor, la política y su nueva faceta como escritor.

De tin marin de do pingüe, elecciones otra vez’, su show en el Teatro Canout de Miraflores hasta el 7 de diciembre.

MIS PINITOS.

De niño era un imitador innato de tíos y profesores.

De adolescente, preparándome para postular a ciencias políticas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, llamé a un programa cómico de radio Callao e hice un par de imitaciones.

Me contrataron.

Así terminaron mis aspiraciones universitarias y empezó mi carrera de comediante.

'ESPECIAL DEL HUMOR'.

Este programa es mi etapa madura dentro de mis 27 años de carrera humorística. Lo concibo como un referente semanal de lo que ocurre en la política nacional y quiero que sirva como un medio de expresión del sentir de la población.

POPULARIDAD.

Para mí hay una regla general: autógrafos y fotos para todas las personas que los piden.

El otro día fui al Parque de las Leyendas con mis dos sobrinos y solo pude ver al tucán, al mono y la cola del león, porque toda la gente se juntó a mi alrededor.

Esas expresiones de cariño solo merecen ser respondidas con cariño.

MIS PADRES.

Mario y Eva.

Él era muy estricto, me mandaba al colegio así tuviera 39 de fiebre, porque decía que tenía que ser mejor que él.

Ella siempre muy crítica; ahora, por ejemplo, me dice que no le gusta el sketch de las ratas porque son muy lisurientas.

SUSANA VILLARÁN.

Cuando la vi, con los ojos achinados, la sonrisa enorme y las caderazas, me dije: “La tengo que imitar”.

Me puse prótesis en las caderas y empecé a bailar reggaeton.

¿Voté por ella? No, la verdad es que me gustaban ambas, Susana y Lourdes, pero después del debate decidí votar en blanco.

ACTIVIDADES.

La principal, el trabajo; y cuando no trabajo, estoy trabajando.

Es mi vicio.

Veo mucha televisión, como parte de mi investigación sobre temas políticos, y duermo poco.

¿Actividad física?

Ninguna.

De niño jugaba fútbol con amigos del barrio... porque era el dueño de la pelota.

MI CHAPA.

En el colegio me pusieron 'Colotordoc', que es “doctor loco” al revés.

Aunque también me dicen narizón o chato.

Y sí, pues, así soy.

PESO.

Tengo 90 kilos pero debería estar en 85.

Me gustaría bajar más pero no puedo porque mis personajes saldrían horribles.

Una vez llegué a pesar 75 kilos y era imposible imitar a Alan García.

Los políticos cada vez engordan más y con ellos, sus billeteras.

PRESIDENTES.

El chino y su baile cachaciento; Toledo y su vaso de whisky (aunque dice que ya no toma; no tomará precauciones o medidas drásticas, jajaja); Alan y su manazo o su zapatazo... Todo político tiene que tener correa.

PERSONALIDAD.

Soy perfeccionista, renegón y picón, quiero que las cosas salgan bien y para ayer.

Ah, también soy muy estricto con la puntualidad, en eso siempre estamos a la gana-gana con Javier Valle Riestra, quien también es amante de la hora fija.

¿PATERNIDAD?.

Sí, me gustaría tener un hijo pero no se ha dado la oportunidad.

¿Falta de tiempo?

No, porque para fabricarlo no necesitas mucho tiempo (tampoco piensen que soy precoz); sino porque construir un ser humano no es como construir una carrera, requiere de una responsabilidad mayor.

PROYECTO.

Estoy escribiendo un libro desde hace unos meses, donde estoy plasmando mis anécdotas y mi visión del país como artista y ciudadano.

Se llama 'Mi mejor chiste… no es una broma' y pienso presentarlo para antes de fin de año.

CÁBALA.

Las dos horas que me tomo completamente solo antes de presentar un show importante.

Aquí repaso todo nuevamente, me concentro y oro mucho.





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