viernes, 17 de julio de 2009

“Antes de asesinarla, la dopé” declaró Javier Marín (asesinato de Sharon Paliza Valdivia)

“Antes de asesinarla, la dopé” declaró Javier Marín (asesinato de Sharon Paliza Valdivia)
fuente: el Buho Semanario del Sur
Viernes, 17 de Julio 2009


Ayer, con obvios rasgos de sordidez y frialdad, el ex militar, Javier Marín (64) declaró ante la policía cómo victimó a su sobrina Sharon Paliza (29).


Bajo una notoria insensibilidad, Javier Marín, ex militar, declaró a los detectives de Homicidios de la Depincri cómo asesinó a su sobrina Sharon Paliza.

Según manifestó Marín Bratwaithe, los fatídicos sucesos se circunscribieron a partir de las 14:30 horas. “Almorzamos, mi hija, Sharon y yo. Cominos una tortilla de plátano frito y arroz que preparó mi hija.

Yo tenía una botella de gaseosa, serví tres vasos y el que le correspondía a Sharon le añadí una pastilla de Bromazepan (fármaco utilizado para dormir).

Después de merendar, Sharon me dijo: ‘Papá, quiero descansar’, y se fue al cuarto del fondo.

"Antes de asesinarla, la dopé”.
Y prosiguió.

“Al promediar las 19:00 horas, Sharon dormía en posición cúbito dorsal.

La miré, tomé una almohada y la asfixié hasta matarla.

Después de cotejar su muerte, encendí el televisor. Mi hija no sospechaba nada.”
Javier Marín, quien también detalló que trabajó como ex asesor del congresista de la república César Zumaeta, indicó que se contactó con su chofer de confianza de nombre Marcos, a quién pidió ayuda para sacar el cuerpo y desplazarlo hasta un terreno del distrito de Socabaya. Sin embargo, el sujeto se negó.

Al ver que no contaba con movilidad, salí, más o menos a las 02:30 horas de la madrugada, y cogí un taxi. Encontré uno y le dije al conductor: ‘Te pago 50 soles para que llevemos a mi perro muerto hasta Socabaya’. Entonces, embalé el cuerpo con cinta y lo metí en una bolsa para dormir. Lo saque, y cuando el taxista lo vio no sospecho nada.
Javier Marín contó que también se deshizo de las evidencias de la habitación, pues habría mantenido el cuerpo por más 15 horas.

Según narró, aseó la habitación con enseres y aditivos de limpieza. Después de borrar las pruebas del escenario del crimen, tiró al cajón de la basura las sabanas en que reposó el cadáver.
Sobre el botín que debió cobrar por fingir el secuestro aseveró lo siguiente: Yo enviaba los mensajes de textos a la madre y hermano de Sharon. Los mensajes decían: ‘Tenemos a Sharon, no avises a la policía o la matamos”. Respecto a mi hija, ella no tiene nada que ver. Simplemente yo le dictaba lo que debía escribir en unas notas.
Aunque Javier Marín en todo momento reiteraba la inocencia de su hija, los efectivos que tomaron la declaración detectaron algunas contradicciones en las versiones del asesino.

De acuerdo con las indagaciones de la policía, se hallaron en la habitación de Fernanda Marín (21) un mechón de cabello, un anillo y el DNI de la occisa, que servirían como prueba del secuestro.
Finalmente remató el autoinculpado: Tanto fue creciendo el odio por Sharon, que eso me llevó a matarla.”

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