sábado, 17 de noviembre de 2012

¿Quién Diablos es Xi? En las calles de Lima nadie tiene idea, pero Xi Jinping es el nuevo Barak Obama


¿Quién Diablos es Xi?

En las calles de Lima nadie tiene idea, pero Xi Jinping es el nuevo Barak Obama
Uno de los “príncipes” de la nomenclatura china pasó un tiempo en Iowa, EE.UU., estudiando su agricultura.
La semana pasada se inauguró en Pekín el XVII Congreso del Partido Comunista de China.

Es un evento de la máxima importancia. Un Congreso como este se realiza solo una vez cada 10 años.



Determina quiénes serán los próximos gobernantes de un país que con 1.335,718,015 habitantes (según el censo de mediados del 2011) es el más populoso del mundo. También apunta a ser la primera economía del orbe.

Como en el caso de Barack Obama en EE.UU., ya se sabe quién es y será el presidente: Xi Jinping, de 60 años.


Reemplaza a Hu Jintao, quien en los últimos diez años ha sido el que corta el wantán como Presidente de la República Popular, Secretario General del Partido y Presidente de la Comisión Militar Central.

Xi (ese es su apellido), es hijo de Xi Zhongxun, héroe histórico de la revolución china.

Gu Kailai, acusada de envenenar al empresario inglés Neil Heywood, es condenada a muerte en agosto. Pero se presume que su esposo, el dirigente Bo Xilai, cuyo carisma pudo descarrilar la transición, es el verdadero blanco.

Encabezó las guerrillas norteñas contra el Kuomintang y luego se convirtió en un viceprimer ministro reformista.

En 1966, sin embargo, la Revolución Cultural antirreformista lanzada por el propio Mao reprimió duramente esa tendencia. 



Era considerada “pro capitalista”y Mao quería retomar un poder desgastado por el fracaso de su “Gran Salto Adelante”.


Las figuras reformistas y muchos familiares fueron castigados y el actual Xi, entonces un adolescente, fue enviado a trabajar de labriego.

Pero la Revolución Cultural se extinguió en los 70 con el ocaso y deceso de Mao, y eventualmente con el sometimiento de la ‘Banda de los Cuatro’ que encabezaba la viuda de Mao, Jiang Qing.

De esa tendencia extremista solo De esa tendencia extremista solo quedó la autogenocida Camboya de Pol Pot en los años 70 y unos cuantos hijastros políticos, como Sendero Luminoso en el Perú.

Mientras tanto, en 1974, Xi Jinping, ya de vuelta del campo y estudiante universitario, ingresó a un Partido Comunista desprovisto de Guardias Rojas.

Desde entonces hizo una carrera ascendente dentro de la burocracia partidaria en varias regiones de la China continental, ganando prestigio por su pragmatismo y su lucha contra la corrupción.

En el 2008, ya cerca de la cumbre del poder, fue el encargado de organizar los Juegos Olímpicos de Pekin –una coincidencia que el republicano Mit Romney, organizador de los Juegos Olímpicos de Salt Lake City en el 2002, nunca mencionó en su fallida campaña electoral.
Xi visitando a Obama en febrero como vicepresidente de la República Popular y anunciado heredero del poder máximo.

CAMBIOS IMPORTANTES

En China se vienen cambios importantes que son difíciles de precisar en el exterior.



En medio de secretos, misterios y tensiones, se presume que relevará el 70% del los líderes políticos y administrativos del país, y el 70% de los mandos militares.

Las tensiones provienen de un escándalo que es considerado el más serio en una generación.


Tuvo el potencial de descarrilar el actual Congreso del Partido.

EL ESCÁNDALO

Comenzó en febrero cuando Wang Lijun, un afamado jefe policial que inspiró una serie de TV y fue mentado por haber desarticulado unas 3,000 bandas criminales, se presentó sorpresivamente al consulado norteamericano en la ciudad sureña de Chendú.


Allí, en un intento de buscar asilo, hizo un relato acusando a su jefe y mentor, Bo Xilai, el alcalde de la megalópolis de Chonqín, de albergar una red de corrupción y asesinatos.
(Chonqín, de paso, cuenta con 30 millones de habitantes).
EE.UU. no dio asilo a Wang y en septiembre este fue condenado a 15 años de prisión.

Lo más importante es que Bo, un líder carismático y popular que se creía sería el heredero de la Secretaría General de Partido, cayó en desgracia.


Su esposa, Gu Kailai, acusada de asesinar al empresario inglés Neil Heywood, fue condenada a una pena de muerte suspendida. 

Bo, su status hecho trizas, está acusado de traicionar al Partido.
El puerto de Shanghái de hoy, con 23 millones de habitantes, es una de las 30 ciudades más pobladas del mundo, 20 de las cuales están en China.


CUIDADO CON EL PING PONG

Rodean, sin embargo, medidas de seguridad extremas a este Congreso del Partido.


No solo abundan los detectores de metales y explosivos, sino se extrema el boqueo de la internet y los teléfonos celulares.

Se han removido, además, las manijas de las puertas posteriores de todos los taxis de Pekín, y también sellado las ventanas.

Se trata así de evitar el tráfico y distribución no supervisada de personas, paquetes o propaganda ‘subversiva’, sea en volantes o (así lo explican) en pelotas de ping pong.

También se ha prohibido el vuelo de palomas mensajeras, que en China parecen ser las mascotas de muchos aficionados.

La seguridad durante este Congreso es extrema. Las manijas de las puertas posteriores de los los taxis de Pekín han sido retiradas. Así quieren evitar que se distribuya material “subversivo” en volantes, pelotas de ping pong o palomas mensajeras.

Los Desafíos


Los nuevos dirigentes de China se enfrentan a grandes desafíos.

El crecimiento espectacular de la economía china, superando a menudo el 10% anual en las últimas décadas, comenzó con reformas en 1978 que han sacado de la pobreza a 500 millones de personas. Pero en el resto de los mas de 1,300 millones queda mucha miseria primitiva.
La Academia de Ciencias Sociales de China indica que la brecha entre la franja desarrollada del país y el interior atrasado ha aumentado 68% desde 1985.
Esto viene creando serias preocupaciones y la posibilidad de conflictos violentos.
Con ese peligro en mente, el régimen viene aumentando los servicios sociales, pero aún hoy unos 480 millones de personas no tienen acceso a la sanidad y para 120 millones no hay agua.

Mientras tanto, la cantidad de automóviles se ha cuadruplicado desde el 2003 y 20 de las 30 ciudades más grandes del mundo ya están en China.

¿Se privatizará más esa economía con la ilusión de crear más igualdad?
Actualmente el sector estatal produce la mitad del PNB de China, pero recibe el 70% del crédito bancario con intereses bajos preferenciales.


Una tendencia sugiere ahora dar más apoyo a empresas medianas y pequeñas privadas, en sectores que compitan con las estatales y exijan más eficiencia.
También se habla de un gobierno más “transparente” y más receptivo a las demandas del consumidor.


La actual recesión global se deja de sentir en China, pero a la vez su gran demanda la amortigua. Y esto, como bien sabemos, mantiene alto el precio de ciertas materias primas, como los metales, para beneficio de países como el Perú. 
Nuestro intercambio comercial con China creció en más de 30% en el 2011 frente al año anterior, merodeando los US$ 13,000 millones.


EXPECTATIVAS AUMENTAN
Pero en China, con el crecimiento económico, se está dando también un aumento de expectativas que piden más libertad y mejores servicios.
Unos 500 millones de chinos están en internet, concentrados muchos en un sitio de blogueros llamado Sina Weibo, y protestan cuando se establecen restricciones, por ejemplo, a Google.

Son situaciones y desafíos que pesan en el actual XVIII Congreso del Partido y en la mente de un nuevo presidente llamado Xi. 


FUENTE: http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=1076&idSTo=0&idA=61697&NL=1

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